"Estar cerca de Doohan era estar cerca del título"

Usted fue el primer campeón del mundo español de 500cc y lo fue con HRC. Supongo que era el puente ideal para llegar a lo más alto.

Sí. Recuerdo cuando se me presentó aquella oportunidad. Entré en Honda en el 92 y en el 93 estaba con Sito en 500cc. Tenía una oferta para seguir, económicamente tentadora, pero vino La Fábrica y me ofreció un contrato. La oferta no podía ser muy alta, pero mostraba que a largo plazo confiaban en que un piloto joven como yo llegara a ser campeón mundial.

Es decir, que la presión era considerable...

En el primer año no me exigían nada, en el segundo subir al podio y a partir del tercero, luchar por el campeonato.

HRC suponía tocar el cielo en la categoría reina, también estar junto a un monstruo como Mick Doohan.

Se cumplió un sueño. Pude competir con él y contra él. Disfruté. Era el más duro, el más rápido, era la mejor moto y el mejor piloto. El objetivo era acercarme lo más posible a él en tiempos. Si estaba cerca de él, estaba cerca del título.

Usted aterrizaba en el equipo más respetado del Mundial, el más potente en medios y en efectivos. ¿Cómo lo llevó?

Pues lo primero que tuve que hacer fue aprender inglés, tuve que realizar en Londres dos cursos intensivos dos años seguidos. Mi jefe de mecánicos era francés y sabía español (Gilles Bigot), luego tuve a Javier Ullate (ahora jefe de mecánicos de Lorenzo en Yamaha), pero había muchos japoneses y gente de otros países. Era otro mundo.

Supongo que el 'paddock' mira de un modo especial a los pilotos de HRC.

Estamos en el mejor equipo, claro, yo además tuve la suerte de contar desde el segundo año con Repsol (en el primer año fue Elf). Con un patrocinador potente como Repsol siempre tienes una garantía. Ellos y HRC tuvieron la paciencia para que yo llegara a ser campeón del mundo en 500cc en 1999.

Ese sueño ahora lo tienen Pedrosa y, desde 2013, Márquez, el futuro de HRC. ¿Usted está tan ilusionado como el resto de los mortales?

Sin duda. Dani, Marc y Repsol son una combinación ganadora, todo ello con la base de HRC. Un auténtico lujo.