La FIA le quita la pole a Hamilton y le coloca último

Paró junto a la marea azul, donde están los más fieles de los aficionados alonsistas del mundo y claro, los silbidos arreciaron sobre Lewis Hamilton, como si Cristiano Ronaldo hubiera aparcado su coche en el centro del Camp Nou. O el Calderón. Pero Lewis salía feliz, confiado, tranquilo. Así apareció después en la sala de prensa como poleman. Eran casi las siete y media, caía la noche sobre Montmeló y comenzaba a llover cuando un batallón de periodistas se lanzaba literalmente sobre los comunicados que sacaba la FIA. Los comisarios habían decidido que la pole sería para Pastor Maldonado y Hamilton saldría último. ¿La razón? Vulnerar el artículo seis del reglamento. El mismo que dice que los pilotos deben regresar con su coche al parque cerrado con al menos un litro de gasolina en el monoplaza.

Sam Michael, director técnico de McLaren, explicó a la FIA que el coche se paró por una fuerza mayor, "alguien del equipo había puesto una cantidad insuficiente de gasolina en el coche", y por eso lo pararon para que pudiera estar con ese litro de gasolina. Los comisarios no contemplaron ese caso como fuerza mayor, que es la excepción que permite la regla, es decir, por avería o similar.

Martin Whitmarsh lo explicaba antes de conocer la sanción: "Se ha tratado de un problema técnico que ha tenido lugar en el garaje y que impedía el funcionamiento del monoplaza en cualquier modo. Detuvimos el coche cuando le quedaban 1,3 litros de combustible". Esa regla se cambió después de que Hamilton fuera remolcado por otro coche después de hacer la pole de Canadá 2010. Entonces, la sanción fue de 10.000 euros al equipo. Las cosas cambian.