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Fórmula 1 | Una marca emblemática

Mercedes pudo haber desaparecido este año

La victoria de Rosberg llega como bálsamo para un equipo sometido a muchas presiones dado que el único objetivo real era luchar por el campeonato. Fue el presidente de Daimler el que apostó por la continuidad.

Actualizado a
<b>AYER Y HOY. </b>La última victoria de Mercedes en la F-1 hasta la del pasado domingo, conquistada por Rosberg en China, era la de Fangio, en Monza 1955.

Ross Brawn ha ganado títulos mundiales con Benetton, Ferrari y Brawn GP, pero el pasado domingo en Shanghai, después de la victoria de Nico Rosberg con Mercedes, declaró que era el día más feliz de su vida. Es comprensible. Porque las presiones con las que ha tenido que vivir este gigantón de aspecto amable en los dos años que ha tardado en hacer de la escudería alemana un equipo campeón han sido tremendas.

No hace tanto, uno de los inversores del grupo Daimler, Ingo Speich, pidió a la dirección que abandonasen la aventura "sin sentido y sin futuro" de la F-1. No era la primera vez. En una de las reuniones de dirección de la marca automovilística alemana de finales del pasado año se planteó incluso que Mercedes no tomara parte en esta temporada de F-1. No había paciencia. Pero fue el propio Dieter Zetsche, presidente de Daimler y jefe de Mercedes-Benz desde 2006, el que apostó por la continuidad. Sobre todo por la confianza ciega que tiene en Ross Brawn. También comprensible, Brawn pasa por ser uno de los hombres más inteligentes que pueblan el universo de la F-1.

Tras hacer historia con Michael Schumacher, sobre todo en Ferrari, compró por un euro el equipo Honda, se hizo cargo de todas las deudas, se inventó el doble difusor y dominó la temporada con Jenson Button campeón. Después, en la última carrera de 2009 se reunió con Zetsche y vendió el 71,5% de la escudería a Mercedes por 130 millones de euros. Y además se quedó con una parte del accionariado. En 2010 ya había un Mercedes en pista, dos años después el coche gana carreras. Es cierto que las dos primeras temporadas fueron decepcionantes, con tres podios de Rosberg como mejores resultados en el primer año y ninguno en el segundo. Pero todo proyecto nuevo necesita tiempo.

La firma alemana había dejado los grandes premios después de la tragedia de las 24 Horas de Le Mans de 1955, cuando Pierre Levegh perdió el control de su coche y fallecieron 82 personas. En los inicios de la F-1 fue uno de los equipos más importantes, lograron nueve victorias y dos campeonatos (1954 y 55), pero la última victoria hasta la de Rosberg había sido la de Juan Manuel Fangio en el GP de Italia 1955, en Monza.

El argentino fue el piloto más importante de la historia de la estrella con ocho victorias y dos títulos. Ahora ya ha llegado la primera de la nueva era y quieren más. El próximo objetivo es devolver el triunfo a su adorado Schumacher, lo que completaría la cuadratura del círculo de Mercedes y Brawn. En Europa su 'S-Duct' no tendrá tanta importancia porque las rectas no son tan largas, pero Bahrain, por ejemplo, parece construido para un coche como el que ha pensado la mente maravillosa del ingeniero atómico inglés.