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Fórmula 1 | La intrahistoria

"Más despacio, más despacio por favor..."

AS probó ayer un Ferrari 458 Italia en el Jarama.

Manuel Franco, antes de subirse al Ferrari.
carlos martínez

La sonrisa de Marta combatía con la sensación de mareo y las ganas de contar lo que le había pasado en apenas unos minutos, en los que el estómago volaba dentro de su cuerpo y la mente miraba al chico de al lado sin creer la realidad. Después de los periodistas, de algunos afortunados que acertaron lo que otros no fuimos capaces, una de las azafatas del Santander pudo subirse con Alonso en un Ferrari 458 Italia en el Jarama.

El doble campeón español mostró el detalle de gentileza que suele tener en cada evento de este tipo. Qué fácil tiene la gente con talento hacer felices a los demás. Mientras, este periodista intentaba domar el simulador de más de 300.000 euros que montaron en el box 19 del circuito madrileño, en el que poco antes se había dado varias vueltas el asturiano. Nos dijeron que Fernando tiene uno igual en su casa, no está mal para poder entrenarse. Alonso, que llegó con su tradicional cara larga de los eventos con periodistas, poco a poco fue haciendo crecer su sonrisa, esa que enamora a las mujeres, hasta llegar casi a la felicidad cuando empezó a subirse en el coche. Conducir, la única verdad de la F-1, dice este campeón, de vez en cuando en entrevistas.

El momento de la jornada iba a llegar pronto. La 'Academia Corso Pilota' había traído varias unidades del increíble 458 Italia, rojos, por supuesto, como un sueño, también, algo por lo que muchos ofrecerían un trocito de su vida, conducir un Ferrari en un circuito. Un 458 Italia de 570 CV, 3,4 segundos en llegar hasta los 100 km/h, motor V8, 325 km/h de punta, casi 200.000 euros...

Primero vuelta con el monitor, trazaba las curvas del Jarama como si nada, no quiero ni pensar lo que debe ser ir con Alonso... Después me tocó llevar el coche. En estos casos uno siempre va con el freno puesto en la mente. A ver si voy a romper esto... Pero esta vez, no, las oportunidades hay que aprovecharlas. Y lo hice. Casco puesto, mirada al frente, pellizco en la pierna para ver que es verdad y acelerador a fondo. Primera, segunda, tercera, primera curva, volantazo, segunda, levas en el volante, el coche ruge, el monitor me mira con cara de susto, ehhh, despacio... Sí, sí, tranquilo, otra curva y otra, eses de Bugatti, recta, la aguja sube hasta los 290 km/h, más curvas... Despacio, por favooor, grita el de al lado. Otra vuelta. Fin del sueño.