Vettel lo hace fácil y Alonso busca el milagro

Mientras unos cuantos indios se encargan de los perros callejeros que pululan por los alrededores del circuito, otros siguen haciendo buenas algunas costumbres. Sebastian Vettel quería alzar su mítico dedo al cielo señalando el número uno en el primer gran premio de la India y logró ayer su decimotercera pole position de la temporada, a sólo una del récord de Nigel Mansell. Le quedan al alemán dos grandes premios para conseguirlo y pocos dudan de que logrará su objetivo en Abu Dhabi y Brasil. Es posible, fácil, incluso para él, muy probable.

Otros tienen otros objetivos más complicados, casi imposibles. Fernando Alonso, por ejemplo, va a intentar ganar su segundo gran premio de la temporada en estas tres carreras que quedan. El asturiano es el único piloto de la parrilla (que hoy guardará, antes de la carrera, un minuto de silencio en recuerdo de Dan Wheldon y Marco Simoncelli) al que se le piden milagros en el paddock, lleva el tercer mejor coche de la parrilla, más lento que Red Bull y McLaren, pero son muchos los que creen en su triunfo. Ayer fue cuarto en la calificación, a apenas tres décimas de Vettel y a 11 centésimas del otro coche azul, el de Webber, pero sale tercero por la sanción de tres puestos a Hamilton. Y le sacó casi seis a su compañero Massa. La estrategia y las posibilidades de Fernando pasan por una salida genial de esas suyas y después que los neumáticos se desgasten más de lo que se espera y sean necesarias tres paradas. Con dos, la tanda de duros será muy larga y es imposible que luche por ganar, incluso por el podio, pero si son tres puede alargar más con los blandos y ahí su talento puede obrar el milagro. Los dos McLaren y los dos Red Bull son sus rivales. No es poca cosa.

Y con los mejores, de nuevo, está Alguersuari, décimo ayer, por detrás de su compañero Buemi y con pinta de luchar por acercarse a los intocables de arriba. Se espera una gran carrera en lugar extraño. India lo merece.