Tom Cruise vuela con un Red Bull a 290 km/h

Saliendo de Beverly Hills, tomando la autopista 405 hacia el norte, dirección Palmdale, se emprende viaje a Rosamond. Y allí, en esa localidad californiana, se esconde Willow Springs y su circuito, donde durante unas horas se dieron la mano cine y motor. Tom Cruise, el niño eterno y amante de la velocidad, al volante de un Red Bull, el bólido al que todos silban cuando lo ven pasar por la Fórmula 1. ¿Un simple reclamo publicitario? El show no admite demasiadas bromas cuando uno es capaz de pilotar a 290 km/h.

Ésa fue la velocidad que alcanzó Cruise en el trazado de cuatro kilómetros. Dio 24 vueltas y su mejora entre la primera y la última fue, nada más y nada menos, de 11 segundos. "Tom es increíble. Me sorprendió lo rápido que aprendió, parecía un piloto consumado", reconoció David Coulthard, embajador de Red Bull e instructor de lujo del actor en Willow Springs. "Su respuesta fue tremenda, sobre todo teniendo en cuenta lo complicado que resulta pilotar un F-1. Es un tipo que realmente se lo toma en serio, no era una jornada fácil o algo cara a la galería. Me impresionó profundamente", reconoció el expiloto escocés.

La sesión transcurrió en privado, sólo los miembros de Red Bull fueron testigos de la pericia de Cruise con el monoplaza azul. Coulthard también dio unas vueltas al circuito y, según ha trascendido, su velocidad punta fue sólo 6,5 km/h mayor que la de Cruise. Aquel Cole Trickle de 'Días de Trueno'. El tipo que no sólo vuela en la gran pantalla.