Sordo regresa a sus orígenes en la cita de Trier

Hotel Penta de Trier. Agosto de 2004. Un chavalín de 21 años llamado Dani Sordo se asoma junto a su copiloto, Carlos del Barrio, por la puerta de la recepción con cara expectante. El Rally de Alemania era su segunda participación en el extranjero tras una efímera aparición en Argentina. El chico que un año antes se había convertido en el ganador más joven de una prueba del Nacional, ya tenía sus miras en el Mundial. Acabó quinto en Grupo N al volante de un Mitsubishi que le dio problemas de cambio, pero lo mejor fueron algunos tiempos cañón que marcó en los tramos.

Hotel Penta de Trier. Agosto de 2011. El mismo chavalín, porque con 28 añitos uno sigue siendo joven, regresa a la misma recepción, de nuevo con Carlos del Barrio, que además celebra su 43º cumpleaños, como compañero, pero ahora como flamantes pilotos estrella del regreso de Mini al Mundial. Han pasado siete años y la casualidad ha querido que los dos cántabros regresaran a sus orígenes en el Rally de Alemania. Están alojados en el mismo hotel y se podría decir que casi siguen con la misma ilusión a pesar de que, por unas cosas u otras, la ansiada primera victoria se hace esperar.

Y el de Alemania, prueba que se disputa este fin de semana y en la que ayer se iniciaron los reconocimientos, puede ser un gran rally para ellos. A poco que el Mini responda, las posibilidades de podio son reales, ya que Dani ha sido el único hombre capaz de echarle carreras al intocable Sebastien Loeb en asfalto en los últimos tiempos. Fue la prueba que le valió el pasaporte para firmar con Citroën en 2006 y ha logrado tres segundas posiciones las tres veces que lo ha terminado desde entonces. Incluso podría ser el gran aliado de su amigo Loeb en su lucha frente a su no tan querido Ogier. ¿Correrá el champán el domingo en el Hotel Penta de Trier?