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Fórmula 1 | La intrahistoria

Todo un desafío de altos vuelos

Branson, dueño de Virgin, y el de Lotus, Fernandes, se han desafiado y uno acabará vestido de azafata

Dos de los nuevos equipos en la parrilla de 2010 tienen un curioso vínculo cruzado al más alto nivel. El propietario de la renacida Lotus, Tony Fernandes, fue alumno aventajado del dueño de Virgin Racing, Richard Branson. El multimillonario británico, el hombre 261 más rico del mundo con 1,72 billones de euros de fortuna personal, tuvo como director financiero en Virgin a Fernandes.

Y el malayo aprendió bien de su jefe y abandonó la compañía para seguir los pasos de Branson, propietario de la aerolínea Virgin Atlantic, y crear también una línea aérea, Air Asia, compañía de bajo coste. El resultado de su acierto en los negocios ya le reporta un patrimonio de más de 161 millones de euros.

Ahora no sólo son rivales buscando clientes que llenen sus aviones y sus bolsillos, el siguiente reto es quedar por delante del otro en el Mundial de F-1. Y lo tienen muy en cuenta. Fernandes se adelantó un día a Branson en la presentación del equipo y recalcó: "Punto número uno: tenemos que terminar el Mundial por delante de Branson. Si no, me retiro y me mato". Sólo horas después, en Londres, el constructor de la primera nave que lleva turistas al espacio recogió el guante de su discípulo.

Quitando dramatismo a la frase del jefe de Lotus, le desafió a una apuesta más original: "El que quede por detrás en el campeonato se vestirá como una azafata de la otra compañía". Fernandes ha aceptado el reto, así que añaden un divertido atractivo a una competición en la que lucharán por las últimas plazas. Eso sí, el perdedor no sólo aguantará el ridículo del disfraz. Conociendo a los dos personajes, las fotos invadirán Internet...