Bianchi colocó el difícil F60 a sólo una décima del Red Bull

Jules Bianchi es la última perla de la factoría de pilotos de Nicolas Todt, el hijo del actual presidente de la FIA. El francés debutó ayer a los mandos del Ferrari F60 y estuvo bien sobre un monoplaza muy difícil de llevar. De hecho, lo dejó a menos de una décima del coche que terminó mejor la pasada temporada, el Red Bull que pilotó el también prometedor Ricciardo. Ferrari lo califica en un comunicado como un piloto suyo y le dedicó todo un semblante en su página web. Compite desde los tres años y pertenece a una familia de pilotos. El año que viene estará en GP2 con la intención de ganarla. La F-1 le espera y él terminó muy satisfecho con su debut: "Estoy muy orgulloso de haber debutado con un Ferrari, el equipo más grande del mundo".