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Motociclismo | GP de Malaisia

Gallina vieja da buen caldo

Rossi logró su noveno título a los 30 años y lo hizo como soñaba, desde el podio, detrás de Stoner y Pedrosa.

Gallina vieja da buen caldo

La frase tiene guasa y, por lo que se ve, se usa tanto en España como en Italia: Gallina vieja da buen caldo. Desde ayer, y gracias a Valentino Rossi, ya es conocida a nivel mundial, por festejar El Doctor con esa leyenda en una divertida camiseta, pero en italiano (Gallina vecchia fa buon brodo), su noveno título, el séptimo en la clase reina, y el primero entrado en la treintena (de ahí lo de gallina vieja).

El 46, además, lo hizo como deseaba, desde el podio, al que en esta ocasión accedió en la tercera plaza y tras el resucitado Stoner y el persistente Pedrosa, que lleva cuatro podios seguidos, pero se le complica el tercero de la general.

¿Y Lorenzo? Cuarto y gracias, con el subcampeonato aún en juego para Valencia, pero a tiro de un punto. Un error de cálculo al entrar en el pit lane tras la vuelta de formación le obligó a salir último. El mallorquín fue víctima del caos que provoca la lluvia desde la aparición del flag to flag, sin interrupciones y con oportunidad de entrar en boxes a cambiar de moto.

No fue necesario que ninguno hiciera el cambio en Sepang, porque la tromba de agua caída a media hora del inicio de la prueba obligó a retrasarla y provocó que el asfalto estuviera empapado durante las 21 vueltas.

A priori, era a Rossi al que peor le venía el cambio de planes, porque había dominado con mano de hierro en la calificación disputada en seco. Al italiano se le notaba nervioso, pero él sí que tuvo tiempo a dar las dos vueltas previas a la formación de parrilla. Lo hizo pasando por el pit lane al acabar la primera, igual que los del Tech 3, pero Lorenzo no porque perdió mucho tiempo al parársele la moto uno. Salió con la segunda y, cuando volvió a boxes, el semáforo del pit lane ya estaba en rojo. Ahí se acababa la poca emoción que quedaba por el título.

La salida, en cambio, fue prometedora y, en media vuelta, Lorenzo remontaba desde la última hasta la octava plaza, justo por delante de un Rossi al que el agua le retrasaba más de lo normal por precaución.

Por delante, Pedrosa hacía otra de sus meteóricas salidas, viéndose obligado a ceder el liderato ante el empuje de Stoner. El australiano abrió pronto hueco, a razón de tres segundos por vuelta en los primeros compases, y no permitió que nadie pusiera en duda su cuarta victoria del año.

Por detrás, la remontada de Lorenzo ya era más pausada y, aunque vislumbró en el horizonte las plazas de podio, Rossi le impidió soñar con una gesta más grande, porque le adelantó, salvó un susto que a punto estuvo de mandarle al suelo, y soltó de rueda al español. Iba a llegar también hasta Pedrosa y Dovizioso, pero la caída de su compatriota ya le aseguraba el podio y decidió dejar tranquilo a Dani, que contuvo muy bien a Andrea. A Rossi tampoco le importaron los 19 segundos que le sacó Stoner. Sólo quería el título. Lo consiguió y su gran rival acudió a pie de podio, como ya hiciera el año pasado, a felicitarle. Rossi recibió a Lorenzo con un abrazo y con unas cariñosas palabras: "Gran año, gran rival, enhorabuena". Buen detalle.