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Fórmula 1 | Alfonso de Portago

Cincuenta años de la muerte del 'Piloto loco'

Alfonso de Portago.

Alfonso Fon Cabeza de Vaca, Marqués de Portago. Auténtico pionero del automovilismo español y antecesor de Alonso en un podio de F-1. Pero catalogarlo como un simple piloto sería faltar a la realidad. Con su más de 1'80 de estatura, cazadora de cuero negro y cigarro en sus labios, destacó en natación, fue un notable jugador de polo, gran jinete de obstáculos e incluso, con 17 años, ganó una apuesta de 5.000 dólares al volar con un aeroplano bajo un puente. También participó en los JJ OO de Invierno en Cortina D'Ampezzo (1956), en bobsleigh, donde fue cuarto, a 17 centésimas del bronce, sin apenas entrenar.

Era un ganador nato admirado y temido por sus rivales. Ese año logró su podio en F-1: segundo en Silverstone. Cuando estaba peleando de tú a tú con las dos estrellas del momento, Fangio y Moss, fue llamado a boxes para ceder su coche a Collins, que tenía opciones en el Mundial. Éste acabó tras Fangio y compartió los puntos con el español. En esta carrera se produjo una anécdota que demuestra su carácter. Tras ceder el volante a Collins, se subió en el D50 que Castellotti había abandonado en su box, tras una colisión, y lo condujo hasta la meta, donde esperó fumando un cigarrillo a que bajara la bandera de cuadros, logrando la décima plaza que se le otorgó al italiano.

El 12 de mayo de 1957 el destino le guardaba un trágico final. Obligado a participar por Ferrari en la 'Mille Miglia' tuvo un trágico accidente en una recta a pocos kilómetros de la meta y perdió la vida cruelmente (la capota lo partió en dos) junto a su copiloto Gurner Nelson, además de nueve aficionados.

Fue el fin de una gran promesa y de la mítica carrera. Pocos días antes el bravo piloto escribió su epitafio: "Si muriera mañana no por ello habría dejado de vivir 28 años maravillosos". Hoy se cumplen 50 años y su ímpetu, deseos de ganar y osadía tienen un digno sucesor en un asturiano que luchará en Montmeló como el piloto loco habría hecho.