Motociclismo | Foro Ferrándiz-As
Crivillé: "Con Pedrosa nos ha salido un crack"
En 1999 alcanzó la cima del motociclismo español al conquistar el campeonato del mundo en la categoría reina. Álex Crivillé forma parte de la historia del deporte español y no podía faltar en el Foro Ferrándiz-AS en el repaso a la década prodigiosa.
Es injusto pretender que el talento que nos seduce se corresponda con un carácter amable. Diría más: es casi imposible. El genio suele ser fruto de una descompensación emocional o afectiva, víctima de algún prodigioso desborde que se localiza en el corazón o en la cabeza, o tal vez más al sur, no está claro. Por eso, la experiencia recomienda no acercarse demasiado al ídolo, pues, a mayor proximidad, aumenta el riesgo de que tengamos que retirar sus pósters y repintar la habitación.
Bien, pues Álex Crivillé (36 años), campeón del mundo de 500cc en 1999, no sólo justifica los pósters que pusimos, sino que invita a poner otros. El único español que ha ganado un título en la categoría reina del motociclismo, se maneja con una asombrosa discreción, como si en lugar de haberse pasado más de media vida jugándose el tipo sobre una moto hubiera practicado meditación trascendental.
Crivillé tiene fama de tímido y recuerda Valentín Requena, añorado comentarista de las motos en TVE, que su apocamiento era perfecto, pues sus opiniones sobre la carrera duraban exactamente el tiempo que exigía el Telediario: doce segundos.
Sin embargo, algo debe haber cambiado porque, dentro de su contención natural, Crivillé resulta ahora afable y encantador. "Ahora tengo una familia: un niño de tres años y una niña de uno. Y eso te da equilibrio. El niño, cuando ve por televisión las carreras, me pregunta: '¿Papá, ése eres tú?'. "No hijo, es Pedrosa", le respondo. "Es que Dani lleva colores parecidos a los míos...", se justifica divertido Crivi, con una sonrisa.
Han pasado siete años de su gran conquista, una de las grandes cimas del deporte español en esta última década. Por eso no podía faltar a los Foros que conmemoran esa época prodigiosa.
Para introducir al héroe, un vídeo que incluye champán, trazadas y caídas. "Todavía se me pone la piel de gallina al ver estas imágenes siete años después de mi retirada. Son momentos de gloria que no puedes olvidar".
"Cuando ganas un campeonato en la categoría máxima estás en las nubes. Nos costó casi siete años de trabajo porque me tocó enfrentarme a un australiano que me hizo la vida imposible, Doohan, al que se podría comparar con Rossi".
Como sucede con todos los campeones, el camino hacia el triunfo tenía curvas. "Con 14 años empecé a correr y con 16 participé en el Europeo. Mi padre estaba en contra porque le parecía muy peligroso y tuvo que ser mi hermano quien falsificó su firma para que pudiera competir. Yo, por supuesto, no estaba al corriente", sonríe Crivillé. "Éramos una familia muy 'motard', mi tío había participado en las 24 Horas de Montjuïc... Cuando eres joven no te enteras de mucho, pero ahora sí que valoras lo que ha hecho tu familia por ti. No era fácil, había que viajar, compaginar la moto con los estudios".
En 1988, Crivillé alcanzó el subcampeonato del mundo en 80cc después de rebelarse a las órdenes del equipo Derbi, que favorecían a Aspar y Champi Herreros. "No era consciente de lo que hacía, pero no veía justo que me impidieran desarrollar lo que tenía dentro. ¡Y podía ser subcampeón!".
En 1989, Crivillé se proclamó campeón de 125cc en su primer año completo en la categoría. Las dos temporadas siguientes deambuló en 250cc y en 1992 fichó por Sito Pons, logrando ese año la primera victoria española en la categoría. ¿Cómo acabó su relación con Sito? "Bien, quedamos bien, él me ayudó a tener mi primer contacto con los 500..." ¿Pero era tan tacaño como dicen? "Bueno, ejem... ¡es catalán!".
El rival.
Cuando se consolidó, Álex tuvo que enfrentarse al gran Mick Doohan. "Es difícil decir si fue mejor que Rossi, ambos tienen cinco títulos. Ahora manda Rossi como antes lo hicieron Doohan, Lawson, Roberts... ¡Lo que sí puedo asegurar es que he visto hacer a Doohan cosas verdaderamente increíbles!".
En 1996 el pique alcanzó uno de sus momentos más esplendorosos. En Jerez, Doohan aprovechó una invasión de la pista para superar a Crivillé y después en Australia los dos se fueron al suelo al chocar en la última vuelta. "Nos íbamos pasando y cuando él estaba por delante se paró en una curva para que no le rebasara. El resultado es que choqué contra él. No lo hice a propósito, pero admito que no me supo mal. Quien no se lo tomó muy bien fue un mecánico de Doohan, que quería darme un martillazo en la cabeza".
Sí, conviene decirlo cuanto antes: el dulce Crivillé se transforma cuando se enfunda el mono y se baja la visera del casco. "Entonces me sube la presión y me siento en mi mundo". Esa mutación "en hombre lobo", como la define Relaño, fue decisiva para lograr el título en 1999, Río de Janeiro, fiesta apocalíptica, cuentan.
Sólo un par de años después llegó el adiós. "Lo pensé mucho. Fue por motivos físicos, sufría mareos, no me encontraba fino. Fui a ver a un médico en Canadá y me dijo que podía ser por el estrés, así que me recomendó dejarlo un tiempo, un año, quizá dos Ahora, después de una terapia, me siento como nunca y he pensado incluso en volver a subirme a una moto, aunque he llegado a la conclusión de que una retirada a tiempo es una victoria".
Pero Crivillé no abandonó el motor. Ahora corre en coches y asesora a Elías en el Mundial.
Álex Crivillé no escatima elogios cuando habla de Dani Pedrosa, el delfín. "Nos ha salido un crack, pronto lo veremos ganando carreras y luego despegarse de todos, como Rossi. La cosa pinta bien, aunque falta todavía un poco de tiempo".
Sin embargo, el elogio a los jóvenes pilotos incluye, según Valentín Requena, un reproche "para el club de los 30". "Tal vez Rossi ha estado compitiendo contra pilotos que no le llegaban a la altura del zapato".
"Los chicos de la nueva generación conducen diferente y creo que les han favorecido las motos de cuatro tiempos, más fáciles de conducir. Toman la curva como si estuvieran en 250 y se mueven poco sobre la moto. Es otro estilo, es la juventud", dice Crivillé.
"¿Sete y Checa? Uff, son amigos, no quiero decir que están acabados, pero es cierto que viene una nueva generación que empuja. Sete se equivocó cuando dejó Honda, aunque no sé si el cambio a Ducati le compensó económicamente. Con la Honda estaba adelante en cada carrera y ahora... Checa es un piloto con carisma, un buen probador".
Además de correr en rallys del campeonato de España, Crivillé ejerce como asesor de Toni Elías. "Es joven y puede hacerlo bien. Tiene que trabajar y dejar de pensar en lo que piensan los demás".
"¿Lorenzo? Es un gran piloto y puede ganar muchas carreras, incluso el Mundial, pero a veces hace declaraciones un poco ridículas, se dará cuenta dentro de un tiempo. Si me piden un pronóstico para esta temporada diría: Bautista en 125cc, quizás Lorenzo en 250 y en MotoGP... Valentino Rossi".
la gente me para. ¿Qué siento? Como dice mi madre, debo estar orgulloso.
Pronóstico: Bautista, Lorenzo puede porque es agresivo y me gusta. Y luego, Rossi.
Los caballos. Un jeque me regaló uno tordo