Warcraft Remastered Battle Chest, los orígenes de una leyenda del videojuego

Cuando hablamos de videojuegos y grandes sagas, una de las que siempre acaba entrando en la conversación es Warcraft, y es que Blizzard creó una leyenda que sigue destacando a día de hoy gracias a su popular MMORPG. Las tres primeras entregas de la franquicia son historia del medio, juegos que definieron el género de la estrategia en tiempo real y, entrega tras entrega, fueron perfeccionando, mejorando y añadiendo novedades a una fórmula sobre la que parecía estar todo escrito.

Warcraft Remastered Battle Chest es la mejor opción hasta la fecha para disfrutar en sistemas modernos de tres grandes clásicos. Una trilogía que merece disfrutarse entrega por entrega, y que en esta ocasión nos llega con un aspecto renovado, mejoras de calidad de vida, pero todo sin perder el espíritu y la frescura que los definió. Y es que varias décadas después sigue impresionando lo bien que continúa manteniéndose un título como Warcraft II, el que lo cambió todo y asentó unos cimientos que ya de por sí eran firmes.

El inicio de la leyenda

Warcraft permite en sus remasterizaciones lo que se ha convertido en un habitual en este tipo de producciones: poder cambiar entre los gráficos clásicos y los de la remasterización. Por lo que hay opciones al gusto de todos, y es que los cambios gráficos son especialmente notables en la primera entrega de la saga, siendo esta en la que más trabajo parece haber detrás, aportando un estilo más caricaturesco que traslada correctamente lo que trataban de mostrar en su día con una tecnología mucho más limitada.

Junto a los cambios gráficos, una banda sonora remasterizada que como suele ser habitual en la casa, nos sumerge de forma épica en el juego. Las novedades van más allá de lo visual y lo sonoro, con cambios notables en la jugabilidad debido al aumento de las unidades que podemos manejar al mismo tiempo, pasando de las cuatro del original a un total de nueve que era lo que se podía hacer en Warcraft II, mientras que en la remasterización de la segunda entrega hemos pasado a un total de doce unidades.

Una secuela que continúa impresionando

Cambios jugables que afectan y modifican el propio diseño del juego en comparación al original, teniendo ahora que fijarse mucho más en los despliegues tácticos y no en el hecho de mandar simplemente pequeños grupos. Este aumento de unidades se nota especialmente debido al tamaño de los mapas, los cuáles en su concepción original no preveían que hubiese tanto movimiento a la vez. Esto es lo suficientemente interesante como para que aquellos que los disfrutasen en el pasado lo vuelvan a hacer.

Los años pesan más en Warcraft I que en Warcraft II, y sorprende el añadido de algunas novedades en comparación al hecho de que se hayan mantenido un gran número de funciones de los clásicos. Desde las cinemáticas a cambios en los menús que hubiesen otorgado mayor calidad de vida, y es que si has cambiado aspectos jugables como un mayor número de manejo de unidades, que otorgan un mayor dinamismo al juego, sorprende que no hayan optado por más y decidan quedarse a medio camino entre lo clásico y lo moderno.

Warcraft III: Reforged quiere estar a la altura del mito

En este maravilloso pack no hay que pasar por alto la esperada versión 2.0 de Warcraft III: Reforged, un título que cuando salió en el año 2020 prometía devolver a la franquicia a lo más alto dentro de la estrategia en tiempo real, con la que iba a ser la mejor versión posible de su gran clásico, pero acabó siendo todo lo contrario. Blizzard podría haber desistido, puesto tierra de por medio y hacer como si esa versión del juego nunca hubiese existido, pero no ha sido así, sabedores de lo que significa Warcraft 3 en su historia y la del videojuego.

El lanzamiento inicial lleno de errores de Warcraft III: Reforged costará de olvidar, pero la 2.0 abre el camino para ello, y no será la última vez que se siga mejorando esta versión del juego. La posibilidad de mezclar los gráficos de Reforged y los del juego clásico en versión HD son un interesante añadido, pudiendo tener las tropas y personajes con la vertiente más clásica, mientras que optamos por la Reforged para los edificios. Nuevos retratos, aspecto de los personajes y unidades, música de las dos primeras entregas, así como mejoras en el multijugador. Warcraft III continúa siendo toda una experiencia a día de hoy y Reforged está acercándose paso a paso a lo que todos esperábamos de esta versión en un inicio.

Historia del videojuego en un pack imprescindible

Warcraft ha cambiado enormemente desde sus inicios, siendo su vinculación a oídos de la mayoría de jugadores casi absoluta con el género MMORPG. La realidad es que todo tiene un inicio, y la saga fue uno de los baluartes de la estrategia en tiempo real, añadiendo un contexto medieval en el que la fantasía y la hechicería formaban parte del mismo, y logrando la excelencia con una segunda parte imprescindible. Su tercera entrega nos mostró lo bien que le sientan los conceptos RPG a una saga que terminaría abrazando ese género, y que al mismo tiempo serviría como núcleo para crear otros géneros tan populares como el MOBA.

Warcraft Remastered Battle Chest nos trae una trilogía que definió la industria y nos muestra que en un mundo donde la inmediatez y las cifras están cada vez más a la orden del día, todavía hay lugar para sentarnos, disfrutar, revisitar o conocer títulos que definieron a toda una generación.