Impresiones de Life y Strange: Double Exposure. El regreso de Max y una nueva mecánica que da un giro a la fórmula

A Max Caufield le rodea la tragedia. Los sucesos de Arcadia Bay, el despertar de sus poderes, el drama que vivió en su adolescencia, la destrucción, el dolor y las lágrimas. Años después de los sucesos narrados en Life is Strange y Life is Strange: Before the Storm, Square Enix retoma la aventura de su protagonista principal. Don’t Not Entertainment pasó el testigo a Deck Nine Games, el estudio norteamericano que creó tanto la precuela como True Colors, la entrega más reciente. En Life is Strange: Double Exposure, los años no han pasado en balde, pero la tragedia se ha reencontrado con Max. ¿Quieres saber más? Estas son nuestras primeras impresiones a los mandos.

La historia de este nuevo capítulo arranca con el asesinato de Sofi, la mejor amiga de Max. La joven se ha convertido en una reputada fotógrafa de la Universidad de Caledon, por lo que pasa sus horas en el campus y en sus aledaños. Cuando encuentra a su compañera desplomada sobre la nieve intenta utilizar sus poderes de rebobinado. Sin embargo, hace tanto que nos los utiliza que ocurre algo del todo inesperado: abre un portal a otra realidad alternativa en la que Sofi todavía está viva. A partir de entonces, la protagonista tendrá que jugar con esos dos universos para tratar de prevenir el suceso.

Max Caufield ya no es una niña: estos son sus nuevos poderes

Recuperar a un personaje tan querido como Max Caufield entraña sus riesgos. Por un lado, el estudio ha de tener cuidado a la hora de escribir al personaje, que necesita reflejar su pasado, pero también su evolución. Después de todo, ya no es una adolescente, de modo que los temas a tratar también deben construirse en torno a esa nueva realidad. Por otro lado, reutilizar los poderes y plasmarlos de la misma manera hubiese restado bastante interés y atractivo al producto. Naturalmente, Deck Nine no reinventa la rueda, los fundamentos de la saga siguen presentes, y eso no es una mala noticia. Lo que resulta más fresco es el nuevo uso de los poderes, que dota a la producción de un enfoque diferente.

La demo empieza en las instalaciones de la universidad, horas después del asesinato de Sofi. La policía se ha personado en el lugar para investigar el caso, así que uno de los agentes está interrogando a Moses, compañero y amigo de la víctima. El detective Vince Alderman aprieta las tuercas al científico porque quiere acceder a su despacho, registrarlo y buscar posibles pesquisas. Moses escribe un mensaje a Max y le cuenta por qué está nervioso: sin que mediara ninguna reacción racional, el investigador se llevó la cámara del cadáver y la escondió en algún lugar de su despacho.

Al igual que en otros títulos de la saga, los diálogos ofrecen distintas opciones de respuesta, que dirigen el argumento y las acciones de los personajes. En este caso, Max se propone recuperar la cámara antes de que el detective la descubra. Aquí entra en juego la nueva mecánica: en determinados lugares que brillan, la protagonista puede alternar entre las dos realidades. Como la puerta de la sala está cerrada a cal y canto —Moses dice que la ha perdido—, la mujer utiliza su peculiar habilidad y entra sin mayores problemas. Se encuentra con la versión alternativa del científico, completamente ajeno a la otra realidad paralela. El objetivo ahora es hallar la cámara y recuperarla: una de las maneras es mediante la conversación, pese a que al mismo tiempo, Max ha de tener cuidado, pues su amigo desconoce los sucesos del otro universo; tampoco tiene ni idea de los poderes que la fotógrafa alberga en su interior.

Alternar entre dos realidades, un enfoque nuevo para Life is Strange

Descubrimos que Moses guarda sus objetos más preciados “debajo de una estrella”, pero como el hombre es astrónomo, todo está lleno de estrellas en el despacho. Habrá que utilizar la observación y la interacción de los escenarios y cambiar de realidad un par de veces hasta dar con la solución. El problema es que a medida que pasa el tiempo, el detective Alderman se va impacientando y al final consigue acceder a la habitación. Pillada por sorpresa y a punto de recuperar la cámara, la joven se las ingenia para buscar una solución: saltar a la realidad, tomar del árbol de Navidad un molesto juguete que reproduce villancicos y despistar al policía con su sonido.

En esta ocasión, la cosa no ha terminado mal. Está por ver si el resto de interacciones entre universos sigue manteniendo su frescura, pero el tono, el personaje y la atmósfera son puro Life is Strange.

Life is Strange: Double Exposure saldrá al a venta el próximo 29 de octubre en PS5, Xbox Series X, Xbox Series S y PC. Más adelante también está previsto para Nintendo Switch, aunque de momento no hay fecha para esta versión. El juego no incluirá voces en español, pero los textos estarán traducidos.