El rey de los espías. La gran despedida que James Bond hubiera merecido

El mejor James Bond de la historia, Daniel Craig, se despidió del personaje en 2020 de manera lastimosa en ‘Sin tiempo para morir’. Un adiós indigno que ha dejado una herida que aún no se ha cicatrizado. En estas ha llegado Mark Millar, una de las figuras referenciales del cómic actual, y ha conseguido llenar ese vacío con una potente historia crepuscular de espías.

El escocés toma como punto de partida la figura de 007 y la exagera a tal punto que la convierte en una caricatura de sí mismo: letal, amoral, mujeriego… pero con un cáncer terminal. Una sentencia de muerte diferida seis meses en los que debe poner en orden sus asuntos personales. Y estos son acabar con todas aquellas personas, principalmente las que protegían sus jefes, que ha contribuido a que el mundo sea un lugar peor.

Un cómic que empezaba como una película de 007 más, con su persecución y sus escenas de acción inverosímiles, y a las 15 páginas se convierte una especie de ‘Sin Perdón’ en la que un jubilado, Ronald King, se dedica a eliminar a todos aquellos a los que considera personas nocivas para la sociedad.

Guion lineal

Mark Millar conocido por ser el gran renovador de Marvel a principios de siglo junto a Bendis, vuelve a crear una historia excesiva, que en algunos momentos se acerca a los trabajos de Garth Ennis, pero sin el toque ácido que tiene el guionista irlandés. La característica más definitoria de Millar es la introducción de un giro de guion en las últimas páginas que cambia todo el relato gracias a unas semillas que ha ido plantando desde el comienzo. En esta ocasión ha sido más honesto con el lector y la historia es lo que se vislumbra: una venganza de un viejo cansado de un mundo de mentiras.

Otro gobierno en las sombras

El escocés retoma temas que ya ha desarrollado con anterioridad: agentes secretos al servicio de Su Majestad (The Secret Service) y una sociedad dominada por villanos (Wanted). Hay una leve crítica social a los grandes poderes del mundo a los que presenta como grandes villanos. El Papa, un expresidente de los EE. UU., banqueros, periodistas, traficantes, empresarios… todos aquellos que han intervenido en los tejemanejes de un mundo corrupto se convierten en objetivo.

Gran trabajo a los lápices

Del dibujo se encarga el italiano Matteo Scalera, con el que Millar ya colaboró con anterioridad (Space Bandists). En ‘El rey de los espías’ se marca uno de sus mejores trabajos, una historia en la que prima la acción se presta a que luzca su estilo dinámico con viñetas de composiciones arriesgadas y esas omnipresentes líneas finas para marcar velocidad. El inicio del cómic es un manual de cómo deben dibujarse las páginas de lucha, una de sus grandes referencias es Frank Frazetta.

El dibujante cobró renombre por su alabado trabajo en Ciencia Oscura junto a Rick Rmender y por sus manos han pasado personajes icónicos, tanto de DC (Batman) como de Marvel (Daredevil, Deadpool…)

La obra tiene cierto aire cinematográfico en su desarrollo, no en vano Millar vendió su sello editorial (Millarworld) a Netflix con el objetivo de que la plataforma llevara a la pantalla sus creaciones. Esta funcionará bien.

Conclusión

Un cómic entretenido en que la acción prima sobre la trama, aunque la historia tiene los suficientes mimbres para resultar atractiva. El dibujo de Matreo Scalera se ajusta a la perfección al trabajo de Millar que, pese a su legión de detractores, es uno de los grandes talentos de la historia del cómic. Sus peores trabajos están muy por encima de la media del resto y este no entra en esa categoría.

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