Recordando a Hulk Hogan en uno de sus juegos más icónicos: WWF WrestleFest, toda una leyenda de las recreativas
El arcade de Technos fue una de las recreativas más exitosas de su época.
Hulk Hogan nos ha dejado. Siendo una de las figuras más icónicas de la historia del wrestling, su figura ha sido partícipe en incontables videojuegos, pero uno en particular vendrá a la mente a los que vivieron su tiempo de máximo apogeo, cuando la Hulkamania era un fenómeno internacional. En 1991, de la mano de Technos (los creadores de Double Dragon y Kunio-Kun) llegaba la espectacular recreativa WWF Wrestlefest, posiblemennte el arcade de lucha libre más popular y recordado de todos los tiempos.
La compañía japonesa ya había encontrado fortuna con su primer intento en la franquicia, con un notable WWF Superstars, por lo que para su segunda incursión doblaron la apuesta con una placa más potente que les permitió más luchadores y una presentación más espectacular. Con buen criterio, decidieron apostar por un estilo visual estilizado a modo de dibujos animados, que capturaba perfectamente la idiosincrasia de los 12 luchadores que participaban en el torneo (10 seleccionables más The Legion of Doom, el tag team no seleccionabe que hacía de enemigos finales).
“Entrena, toma tus vitaminas, reza tus oraciones y cree en ti mismo”
Una recreativa tenía la misión fundamental de llamar rápidamente la atención, especialmente en un ambiente de dura competencia contra otras máquinas. WrestleFest cumplía el cometido a la perfección: era ruidosa, colorida y llamaba fácilmente la atención con sus enormes y conocidos personajes en pantalla. El tirón en esa época de personajes como El Último Guerrero o Hulk Hogan era innegable, y ahí estaba el juego que nos permitía manejar a los dos en un Dream Team irresistible para cualquiera que hubiera visto sus épicos combates por el título.
Otro acierto de WrestleFest era su rejugabilidad. El modo Tag Team nos permitía participar en un torneo a dobles con dos de los diez luchadores a nuestra elección, en un formato bastante claro y lineal. Pero la máquina también ofrecía la opción de participar en un caótico y divertidísimo Royal Rumble en el que cada vez más luchadores van entrando al ring, en un auténtico festival visual que ninguna máquina doméstica de entonces hubiera podido reproducir con personajes de ese tamaño. Podías caer a primeras de cambio, o bien podías estar un buen rato en el ring con una sola moneda, todo un desafío con un componente de aleatoriedad que daban ganas de volver a intentarlo.
Un arcade inolvidable
Con una cuidada presentación (incluyendo voces de presentadores reales de entonces como el legendario Gene Okerlund o la inolvidable Mike McGuirk), buenas melodías, un variado abanico de movimientos y la espectacularidad arcade por bandera, no es de extrañar que WrestleFest se convirtiera en un gran éxito, especialmente dado que coincidía con un momento en el que el wrestling americano se convertía en un fenómeno cada vez más internacional. Por todo ello no es de extrañar que fuera el segundo arcade más lucrativo de su época en USA (sólo superado por un invencible Street Fighter 2) y el tercer arcade más popular en Japón en diciembre del 1991.
Hay bastantes juegos de wresting mejores que WrestleFest, más técnicos, más completos, con muchos más personajes y opciones. WWF No Mercy de N64, por ejemplo, o los Fire Pro Wrestling, los grandes referentes para los que buscan algo más parecido a una simulación. Pero WrestleFest ocupa un lugar especial en muchos de los que pudieron vivir la gran época de lo arcades.
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