Las figuras de One Piece con las que empezó una de las relaciones más bonitas de la serie

El arco de Wano concluyó en el manga de One Piece con un buen número de polémicas y cuentas pendientes, pero como aún está por cerrar en el anime, no haremos spoiler ni destripe alguno. Simplemente diremos que, más allá de ese agridulce final, Wano nos dejó muchas, pero muchísimas cosas buenas, y sin duda la mejor de todas fue Yamato. Eiichiro (G)Oda se sacó de la manga (por algo es un manga-ka, ba dum tsss) un personaje que pisaba todos los charcos habidos y por haber, y que encima lo hacía con una sonrisa y sin botas para la lluvia (es decir, salpicando agua a los ojos de sus haters).

En tiempo récord, Yamato adelantó por la derecha a Carrot en la lista de aspirantes a nakama, se destapó como el hijo de Kaidou, se convirtió en el gran icono trans de One Piece y rescató a Ace del baúl de los recuerdos. Y es precisamente esto último, su relación con Ace, lo que Banpresto ha intentado plasmar con dos nuevas figuras de One Piece en las que encontramos a ambos personajes peleando. Porque antes de hacer buenas migas y de firmar el capítulo más bonito de la historia de One Piece (el episodio 1015), ambos se ganaron el respeto mutuo con un combate a muerte en la isla de Onigashima.

Presentado como un oni con rasgos de mujer que se identifica a sí mismo como hombre, estos últimos meses hemos visto a Yamato leer el diario de bitácora de Kozuki Oden, enfrentarse a su padre (Kaidou, el Rey de las Bestias) y salvar a Luffy en más de una ocasión, a quien por cierto no dudó en pedirle unirse a su tripulación a los diez minutos de conocerlo. ¿¡Pero quién se ha creído?!, nos preguntamos todos tras oírselo decir por primera vez allá por el capítulo 983 del manga. Después de ciento y pico episodios con Carrot (804) y tras más de trescientos desde la aparición de Momonosuke (684), ¿de verdad piensa que va a aparecer en la recta final de Wano y robarse el show? Pues bien, al final no es que lo pensara, es que lo hizo. Y también robó otra cosa por el camino: nuestro corazón.

Porque Yamato tiene una historia tan trágica como la de cualquier otro mugiwara y contó con un flashback en el anime en el que relleno y canon se abrazaron y fundieron para explicarla, cristalizando en ese memorable capítulo 1015. En dicho flashback vimos el encuentro entre Ace y Yamato, el cual empezó con una pelea a muerte y terminó con ambos brindando y compartiendo sueños y confidencias como amigos íntimos. El joven de fuego le habló de su hermano y de los piratas Spade, de cómo lideraría a una nueva generación y vencería a emperadores como Barbablanca. Por su parte, el oni le habló de sus ganas de escapar de Wano, de huir de la sombra de su padre y salir al mar en busca de aventuras, siguiendo así los pasos de Oden y descubriendo lo qué ponía en las páginas arrancadas de su diario.

En aquella pelea que ambos libraron había más que un alarde de fuerza. En su combate se dieron la mano toda clase de sentimientos. Las ansias por demostrar, la rabia, la impotencia y sobre todo las ganas de devolver al mundo uno de los tantos golpes que éste acostumbra a propinar. La colección Senkozekkei se compone de dos figuras de 9 centímetros, una de Yamayo y otra de Ace, cuyas bases combinan y sirven para recrear uno de esos golpes que dividió los cielos.

Más baratas que de costumbre (en torno a los 30 euros), ambas recuerdan a la otra colección de la compañía, la Manhood Special, en la que se recoge el golpe entre Gol D. Roger y Edward Newgate (Barbablanca). Es una colección que recrea el comienzo de una de las relaciones más bonitas de One Piece, una por la que no tardaríamos en derramar lágrimas, esposas y vivre cards de por medio. Tanto por los lazos entre Yamato y Ace como por todas esas promesas que no pudieron cumplirse y que nos duelen como si fueran nuestras. Un pack imprescindible.