Análisis de The Outer Worlds 2, un RPG de ciencia ficción ideal para sibaritas del género

Cuando uno busca las siglas RPG en un diccionario, lo primero que aparece a su lado es el nombre de Obsidian Entertainment. Es el estudio creador de mitos como Star Wars Knights of the Old Republic II: The Sith Lords, Fallout: New Vegas y Neverwinter Nights 2, entre otros. En la última década nos ha dejado nombres propios como Pillars of Eternity, Tiranny, Pentiment, Grounded y Avowed. Casi nada.

En 2019, el estudio afincado en California sorprendió a todos con The Outer Worlds, una aventura de ciencia ficción ambientada en el espacio. Ahora, seis años después, nos presenta The Outer Worlds 2, una secuela continuista en términos jugables, pero que se puede disfrutar de manera independiente. ¿Es capaz de mejorar lo visto en la primera entrega? Os lo contamos con todo lujo de detalles.

Un día más en la oficina

La premisa de la historia no es la más original de la galaxia, pues el punto de partida no es otro sino la aparición de una serie de fisuras que podrían poner en riesgo a toda la especie humana. Nosotros nos ponemos en la piel —y en el traje— de un empleado del Consejo de Administración Terráqueo, cuya misión consiste en personarse en Arcadia, un lugar de lo más colorido y aparentemente acogedor, pero sumido en una guerra sin fin. ¿El objetivo? Lo típico para un recién llegado: mediar con grandes corporaciones, gobiernos, organizaciones criminales, grupos religiosos... Una mezcla de lo más normal, aderezada con el inconfundible sentido del humor de la que ya es una saga en toda regla.

En líneas generales, la historia es interesante y cuenta con algún que otro giro muy bien planteado, pero no es mentira que también hay varios elementos que se antojan previsibles, especialmente en cierto arco. Aun así, las variantes a la hora de desarrollar nuestro papel en una trama tan profunda y rica en matices nos incita a sumergirnos en ella, interesarnos por todo lo que sucede a nuestro alrededor e involucrarnos en el devenir de los acontecimientos más trascendentes, sobre todo a la hora de encarar el final —mejor dicho, los finales— de la historia.

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RPG con mayúsculas

Como no podía ser de otra forma, la principal virtud de The Outer Worlds 2 es su faceta rolera, bastante más profunda que la de Avowed y en la línea del primer The Outer Worlds. La toma de decisiones es constante y prácticamente todo lo que hacemos tiene impacto en el mundo que nos rodea. Porque la línea entre acabar enemistados con una facción, provocar una trifulca que acabe con varios muertos o solventar una situación complicada por vías diplomáticas es muy delgada, así que conviene tener mucho cuidado con lo que decimos. Eso de engañar o traicionar a alguien y que a los cinco segundos nos desee pasar una buena tarde como ocurre en algunos RPG superficiales que terminan decepcionando a los fans del género no está presente aquí.

También destacan las misiones secundarias, ya que alguna nos ha sorprendido por las cotas de profundidad que alcanzan. Prácticamente no hay rastro de esos encargos opcionales en los que uno se siente como el chico de los recados. En otras palabras, aquí no hay 200 pequeñas tareas de esas que consisten en ir al fin del mundo a buscar medio kilo de tomates. En su lugar, tenemos una cantidad acotada de misiones bien escritas, protagonizadas por personajes carismáticos y repletas de posibilidades a la hora de abordar cada situación y sentirnos partícipes de todo lo que sucede a nuestro alrededor.

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Todo esto no solo influye notoriamente en el desarrollo de la historia principal y las misiones secundarias; también es un elemento clave en el grupo de aliados, esos que reciben el nombre de compañeros, ya que no solo nos acompañan en combate, sino que también ‘se mojan’ cuando toca darle al pico, opinan sobre nuestros actos e incluso nos sugieren tomar diversas decisiones. Prestarles atención y dedicar un poco de tiempo a profundizar en sus historias da lugar a que se habiliten nuestras misiones, y algunas merecen mucho la pena.

En cuanto a la acción, y aunque a menudo podemos resolver todo tipo de situaciones por la vía diplomática, ya sea ganándonos a nuestro objetivo o mintiendo como un bellaco, The Outer Worlds 2 tiene un potente componente FPS, más acentuado aún que en la anterior entrega debido a la gran cantidad de enemigos a los que nos toca hacer frente durante las misiones. Por supuesto, el sistema DTT (Dilatación Táctica del Tiempo) vuelve a tener un gran protagonismo en los combates.

Esta mecánica nos permite ralentizar el tiempo durante un breve período y es un recurso muy útil cuando estamos rodeados de enemigos o nos toca hacer frente a un adversario especialmente duro. Primero lo ejecutamos y posteriormente empuñamos nuestras mejores armas para causar auténticos estragos. El arsenal es muy variado: pistolas, rifles de francotirador, escopetas, armas láser, armas cuerpo a cuerpo... Hay un poco de todo, y como era de esperar, podemos modificar cada pieza para alterar sus capacidades, añadir efectos secundarios y crear todo tipo de ‘juguetitos’. En líneas generales, los combates funcionan bien, pero tampoco hay nada especial que nos invite a luchar por diversión.

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Varias luces y alguna que otra sombra

El primer The Outer Worlds pecaba de insípido a la hora de explorar sus entornos abiertos, y lo cierto es que aquí sucede lo mismo. No se llega a tales extremos, pero la realidad es que algunos mapas son enormes y recorrerlos no es demasiado gratificante, pues la sensación de que no hay demasiado que hacer en ellos nos acompaña en casi todo momento. Cuando nos encaminamos hacia un punto de interés con la intención de progresar en una misión secundaria tiene un pase, pero el mundo del juego no invita a lanzarnos a explorar por nuestra cuenta. En este sentido, Avowed es un título muy superior.

Todo lo contrario sucede con las mazmorras o escenarios interiores, pues todos están muy bien detallados y el diseño de niveles nos permite abordar la gran mayoría de situaciones de diferentes maneras. Podemos infiltrarnos y aprovechar el sigilo (la IA enemiga es muy básica, todo hay que decirlo), o si nos ven y las cosas se complican, pues nos liamos a tiros contra todo lo que se mueva y ya está. En estos entornos hay multitud de puertas bloqueadas que nos obligan a buscar una llave u otros caminos por los que continuar, por lo que no tenemos queja alguna. De hecho, tenemos claro que The Outer Worlds 2 funciona mucho mejor en las distancias cortas.

En lo que al apartado audiovisual se refiere, tenemos varias luces y alguna que otra sombra. En la versión de PS5, el modo rendimiento va fluido en casi todo momento, mientras que el modo calidad mejora sustancialmente la faceta gráfica sacrificando los 60 FPS. Lo normal. A nivel artístico, y aunque para gustos, colores, nuestra percepción es que las ciudades y los entornos interiores son una maravilla, mientras que el mundo abierto es un tanto... peculiar. Los planetas están repletos de formas sinuosas y colores intensos, hasta el punto de que varias localizaciones recuerdan al citado Avowed, aunque no tiene esa personalidad arrolladora que lo caracteriza.

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