Syberia: The World Before, análisis Pc. Vuelve el clásico de la aventura gráfica

Vivimos tiempos maravillosos para los amantes de las aventuras gráficas. En contra de la opinión general, el género lleva ya muchos años gozando de una salud de hierro, y contando con infinidad de lanzamientos de calidad. Hemos vistos como nuevas compañías apuestan por el género, hemos visto varios de los grandes nombres de la edad dorada volver al ruedo, y la cantidad de estupendas aventuras gráficas que hemos disfrutado estos años es realmente elevada. Como colofón a todo ello, el reciente anuncio de un nuevo Monkey Island con Ron Gilbert, Dave Grossman y David Fox entre otros al frente.

Sin embargo, hay que recordar la dolorosa travesía del desierto que sufrió el género en torno al año 2000. Casi sin solución de continuidad y sin una explicación muy clara, la aventura gráfica pasó de ser la niña bonita de los jugadores de Pc a ser algo casi marginal, perdiendo el favor del gran público. Entre el impulso del pujante género de los juegos de disparos en primera persona, la incapacidad del género de adaptarse con soltura a las tres dimensiones, y los cambios de los gustos de los consumidores, junto con otros factores difíciles de explicar, llevaron a ver como el número de lanzamientos de aventuras gráficas se recortaba drásticamente hasta casi desaparecer.

Entre los principales clavos ardiendo a los que se agarró el género por aquel entonces, destacan el fantástico y maravilloso The Longest Journey del año 2000, y el primer y espectacular primer título de la saga que hoy nos ocupa, Syberia, publicado a principios de 2002. Un clásico instantáneo que tendría continuación en 2004 con Syberia II. La idea inicial era que fueran un único título, pero hubo que dividirlo dada la magnitud del proyecto. La secuela era aún mejor que el primero, y ambos se consagraron como saga de culto. Habría que esperar a 2017 para asistir al lanzamiento de Syberia 3, un título muy irregular y lleno de taras que causó gran disgusto entre los seguidores de la franquicia.

Finalmente, llegamos al pasado 18 de marzo en que se lanzó este Syberia 4 que vamos a analizar. Lanzamiento que viene condicionado por una factor crucial: el trágico fallecimiento de su creador y alma máter, el artista belga Benoit Sokal, el 28 de mayo del año pasado. La principal característica diferenciadora de la saga es su peculiar ambientación art noveau plagada de autómatas y diversas invenciones mecánicas, dentro de lo que se ha dado en llamar como clockpunk. El título se ha completado sin el genio belga, siendo esta su obra póstuma.

Tristemente, Syberia 4 nos ha decepcionado bastante. Es un paso adelante con respecto al fallido Syberia 3, pero queda muy lejos de los 2 primeros y de títulos de aventuras similares con mucho más que ofrecer. Sus puzles son demasiado sencillos, no muy inspirados y no especialmente satisfactorios. Su narrativa es su principal baza y a ella juega casi todas sus cartas, pero en nuestra opinión esta sufre de un ritmo nefasto y narra una historia un tanto plana y que en ocasiones da la sensación de no saber muy bien qué quiere ofrecer realmente. Apuesta por la emotividad y el drama como principales reclamos para conectar con el jugador, pero desgraciadamente en nuestro caso no lo ha conseguido. La soberbia ambientación y el colosal apartado audiovisual, junto con el placer de vivir una interesante aventura de la mano de una gran protagonista como es Kate Walker han hecho que por momentos disfrutáramos del juego, aunque el regusto final sea muy agridulce.

Kate Walker en busca de su pasado

No es necesario en absoluto haber jugado los 3 títulos anteriores para poder disfrutar de Syberia: The World Before sin que esto sea un problema, aunque sea recomendable hacerlo tanto por la calidad de los dos primeros títulos como por lo que ayudan a entender varias referencias de este. La trama comienza inmediatamente tras los acontecimientos de la tercera entrega: nuestra protagonista, Kate Walker, está presa en unas minas de sal en la Taiga. Durante su huída, descubre un tren con diversas obras de arte, entre ellas un cuadro con la imagen de una muchacha que es clavada a Kate. En medio de la huída, la compañera de Kate durante su cautiverio sufre un trágico destino, y le promete a esta que buscará quién es la muchacha del retrato.

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Esta resultará ser Dana Roze, a la postre coprotagonista de la historia y segundo personaje jugable de la misma. Ello resultará en una trama a caballo entre dos épocas, 1937 con Dana y 2004 con Kate Walker. La trama trata sobre la Segunda Guerra Mundial, de forma encubierta al caracterizar a los nazi como La Sombra Marrón, y a los judíos como Vagheranos, pero la analogía es evidente. Como ya hemos comentado, se deja atrás un tanto el tono aventurero y de descubrimiento de la saga en pos de un enfoque más emotivo y dramático, y aquí está uno de los quids de la cuestión. Si conectamos con este nuevo enfoque, perfecto, pero dado el enorme peso narrativo del título, si no es el caso el título pierde muchos enteros y casi todo su encanto.

El ritmo excesivamente pausado, contemplativo y lleno de interrupciones del juego no ayuda en demasía a conectar con lo que cuenta. La aventura está excesivamente salpicada de escenas cinemáticas, cortes, transiciones y elementos que afectan negativamente al fluir del guión. Además, la sensación del título es de ser un prólogo y de no saber muy bien hacia donde tirar hasta casi las 10 horas, y no hay un desarrollo de los personajes excesivo como para que conectemos con ellos. La duración de la aventura ronda las 14 horas, algo más o menos en función de si exploramos todo lo que tiene por ofrecer y lo que nos paremos admirando las bellísimas estampas que nos ofrece.

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Aventura más narrativa que gráfica

La aventura busca que la narrativa sea el hilo conductor del título, relegando puzles a un segundo plano, tanto en presencia como en complejidad. Y sin embargo estos no se sienten nada satisfactorios ni orgánicos, parecen más obstáculos puestos para dificultar el avance, aunque no mucho, que un elemento integral de la jugabilidad. La mayoría de estos versan sobre accionar diversos mecanismos, rotando la vista, realizando acciones gestuales con los mandos, y accionando palancas e interruptores. Este tipo de puzles es tradicional en la saga, pero los que vemos aquí no están nada inspirados. Tambien habrá puzles de inventario, en los que deberemos recoger objetos y emplearlos donde toca. Estas situaciones se verán facilitadas por el hecho de que el propio juego nos marcará donde podemos usar objetos y donde no, y nunca llevaremos más de 3 o 4 encima.

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Ni unos ni otros resultan por ser puzles excesivamente satisfactorios, nunca hemos sentido ese momento de eureka que hace grande una aventura. Pese a su escaso desafío, algún puzle se nos ha resistido por problemas con el control o alguna acción que no queda muy clara. En varios de ellos solo hay que pulsar el botón que se nos marca en pantalla o desplazar el stick en la dirección indicada. Podemos optar por control con teclado y ratón o directo con pad de control, manejando de forma directa a los personajes y teniendo un cursor en pantalla para determinadas acciones. El control también es un tanto tosco, y la cámara solo nos permite moverla ligeramente de su encuadre, sin posibilidad de rotación ni cambio de enfoque, y en determinadas situaciones esto dificulta nuestro avance.

Todo esto que comentamos afecta negativamente al ritmo de la narrativa, y junto con los problemas mencionados anteriormente lastran mucho al título. La influencia de las aventuras modernas, Life Is Strange a la cabeza, es más que palpable en este nuevo Syberia. Se le ve que la intención es contentar tanto a los jugadores de hoy en día como a los seguidores tradicionales de la saga, pero en nuestra opinión el resultado es mejorable. Tampoco arriesga nada en lo jugable, más allá de permitirnos alternar el control de ambos personajes en diferentes momentos temporales para resolver un par de puzles. Todos los textos de la aventura cuentan con una excelente traducción al castellano.

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Un mundo bellísimo en la mejor tradición de la saga

Si por algo ha destacado esta serie de aventuras es por su magistral y única ambientación, y aquí sí que triunfa esta nueva entrega de Syberia. La puesta en escena es magistral, recargada, bella y con una dirección artística personal como pocas. Los estupendos efectos de iluminación resaltan la tremenda galería de bellas estampas que el título nos regala. Los modelados de los personajes están muy conseguidos, y todo ello hace que el título luzca espectacular en pantalla. Cierto es que esto pasa factura, y el rendimiento en lo tocante a la tasa de imágenes por segundo se resiente en algunos momentos, y el título es bastante exigente en cuanto a hardware para poder disfrutarlo al máximo de sus prestaciones. La imaginación, buen hacer y elegancia que desborda el apartado gráfico de Syberia, The World Before, justifican en parte disfrutar de esta aventura.

El apartado sonoro no se queda atrás, lleno de excelsas composiciones que son un placer para el oído, otorgándole gran protagonismo al piano. La manera en que la banda sonora refuerza la ambientación del título es magistral, y el acompañamiento es magnífico en todo momento. La labor de doblaje también es estupenda, pese a no contar con voces en castellano. Curiosamente, el juego recomienda jugar con doblaje ruso, y este es el seleccionado por defecto. Nosotros lo hemos jugado con voces en inglés, y las actuaciones nos parecen fenomenales y casan de maravilla con los personajes a los que ponen voz. Afortunadamente, a diferencia de Syberia 3, el título está muy pulido más allá de los mencionados tirones eventuales, y no nos hemos encontrado ningún bug reseñable.

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