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Pokémon GO

Pokémon GO

Análisis Pokémon GO

Primero fue el Pokéwalker el que nos pidió salir a la calle y andar para mejorar nuestro Pokémon. Luego Google nos permitió buscarlos desde casa en Google Maps. Finalmente Niantic nos hace salir a la calle a capturarlos a Poké Ball limpia. Pokémon GO es ya un fenómeno sociológico, pero, ¿cómo es el juego?

Desde tiernas historias de gente que supera su agorafobia a otras cruentas de robos y hasta hallazgos de cadáveres. De Pokémon GO a estas alturas se ha hablado de casi todo, salvo del propio juego. Y es quizá porque no es fácil, ya que la propuesta de Niantic y The Pokémon Company se aparta totalmente de lo que es un videojuego al uso.

Si hubiera que inscribirlo en un género, realmente habría que trascender los videojuegos y ponerlo en el saco de juegos "analógicos" como policías y ladrones, el escondite o el tú la llevas… El género de la fantasía grupal al aire libre. Todo lo que vemos en pantalla, e incluso la propia (y muy limitada) jugabilidad, es solo lo básico para que nuestra imaginación rellene el resto.

No hay mucho que hacer en Pokémon Go. Y de hecho, la acción más fundamental no la hacen nuestros dedos, ni siquiera nuestro dispositivo. La hacen nuestros pies, y es andar. Y no unas pocos metros, Pokémon GO nos pide hacer muchos kilómetros. Es verdad que abundan las Poképaradas y con suerte no nos pillará lejos algún gimnasio. Pero incluso en ese caso, la experiencia pide expandir horizontes para avanzar.

Esto genera un nuevo paradigma. Hasta ahora ha habido juegos de sobremesa (consola o PC), que se juegan sentados en el salón o habitación, y juegos de dispositivos portátiles (sean consolas o dispositivos “inteligentes”), que se juegan en momentos de pausa, en el transporte, salas de espera o en la calle en reposo, pudiendo prestar nuestra atención al juego en un mayor o menor grado. Pokémon GO rompe con esto, y nos pide movernos en todo momento durante la partida, avanzar físicamente por un mundo virtual que tiene las dimensiones del planeta tierra, o al menos de aquella porción del mismo que puedan abarcar nuestros pies antes de darse por vencidos.

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A cambio, realmente el juego pide muy poquito de nuestra atención, lo cual por otra parte es una necesidad, pues es realmente complicado estar al mundo virtual y al real. Mietras lo mantengamos abierto, cada 5-10 minutos nos avisará de que aparece algún Pokémon. Una lista en la esquina inferior derecha nos avisará de las especies cercanas, y la cantidad de pisadas bajo su imagen, lo cerca que estamos.

Una vez nos topemos con uno, se mostrará sobre el mapa en 3D; y una vez toquemos sobre él, se abrirá nuestra cámara (si así lo tenemos configurado) y podremos lanzar una Poké Ball para atraparlo. La puntería importa, pero el sistema de apuntado es harto impreciso, por lo que al final solo prestaremos atención al círculo que aparece sobre el Pokémon y se va cerrando mientras mantenemos apretado nuestro dedo sobre la Poké Ball. Si calculamos el tiempo y lanzamos la Poké Ball dentro de él cuando está más cerrado, tendremos mayores posibilidades de éxito.

También podemos inmortalizar el momento para compartirlo después con nuestras amistades si seleccionamos el objeto “cámara” desde la bolsa, y en este sentido sorprende que no haya la posibilidad de ver las instantáneas que hemos tomado y compartirlas directamente desde la aplicación; otro detalle de la sencillez y minimalismo, que podría considerarse ausencia de contenido, de Pokémon GO.

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Estos Pokémon en realidad tienen bastante poco uso. Con ellos recibiremos una cantidad de “polvoestelares” y algunos caramelos de la especie en cuestión. Con estos caramelos, en combinación con los “polvoestelares”, podremos subir de poder a nuestro Pokémon e incluso con una elevada cantidad, evolucionarlo (si la especie en cuestión cuenta con evolución en la primera generación).

La gestión la realizaremos desde la ficha del Pokémon, donde también veremos sus dos movimientos (uno que podemos utilizar todo el tiempo y otro solo al cargarse una barra determinada). Esta pantalla nos muestra también el mapa de donde capturamos dicho ejemplar, y una pestaña para transferirlo al profesor Willow, quien es también el encargado de darnos la bienvenida al juego y al mundo Pokémon a la forma en que ha popularizado la saga.

Precisamente al empezar podremos elegir nuestro avatar. Para ello tendremos que dar de alta un usuario bien con una cuenta de Google o bien con una cuenta de entrenador de The Pokémon Company (la aplicación no cuenta con ningún vínculo con Nintendo en este sentido, no podremos enlazarlo ni con nuestra Nintendo Network ID, ni con nuestra cuenta Nintendo ni por tanto participar de las recompensas de My Nintendo, todo lo cual resulta extremadamente llamativo y un tanto decepcionante).

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Nuestro personaje se puede elegir entre un hombre o mujer (alejados del aspecto más infantil que muestran los juegos de la saga normalmente) y distintos tonos de piel, y personalizar su aspecto combinando tres posibles colores/diseños de traje. Este editor es sorprendentemente pobre y sigue la tendencia del juego de centrarse en lo mínimo necesario.

Desde la esquina inferior derecha podremos acceder a nuestra ficha, en la que destaca nuestro diario, que resume nuestras acciones pasadas, nuestro indicador de nivel, nuestro equipo y nuestra colección de insignias, una forma de logros (del tipo "capturar x Pokémon de cierto tipo"), que sirven para darle un toque de profundidad al juego. Inicialmente hay 17 aunque como todo juego de este tipo podrían ampliarse en el futuro.

Centrada en la parte inferior una Poké Ball nos permite acceder al menú del juego, desde el que podemos hablar con el Profesor Willow, representado en una única ilustración, y que siempre repite el mismo texto, un pequeño tutorial del juego; así como la tienda, la Pokédex, la bolsa (llamada “objetos” contra la tradición de la saga) y las fichas de Pokémon.  Todas ellas tienen lo que se puede esperar de su nombre con la excepción de la tienda.

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En ella usamos las Pokémonedas, las cuales se pueden comprar con dinero real desde la misma tienda, para obtener Poké Balls, Inciensos, Huevos Suerte, Módulos Cebo (similares a los inciensos pero que funcionan para cualquier entrenador), Incubadoras para poder acumular pasos para más de un huevo, aumentos de espacio para acumular más Pokémon y Objetos, y las propias Pokémonedas, las cuales siguen una equivalencia cercana al 1-1 con el céntimo de euro.

Los precios de los objetos son en general razonables (200 Poké Balls cuestan unos ocho euros y una incubadora extra uno y medio), pero a excepción de Poké Balls, revivir y pociones (y los propios huevos), que nos aparecerán en las Poképaradas, objetos como el incienso y los módulos nos acabarán animando a pasar por caja.

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Más allá de estos menús, el juego nos representa de forma esquemática en una combinación no muy atractiva de tonos verdes o azules (según estemos de día o de noche) con amarillo un mapa de nuestro entorno sobre el que se sitúa nuestro avatar y en el que se reflejan nuestros pasos en tiempo real, así como las Poképaradas y Gimnasios más cercanos.

Estos últimos son la única posibilidad de poner nuestros Pokémon en acción. Dependiendo de si nuestro equipo coincide con el gimnasio, combatir en ellos le dará o restará prestigio, estando siempre comandado por un entrenador que deposita en él un Pokémon para que lo defienda.

Una vez seleccionemos el gimnasio, el propio juego nos mostrará el Pokémon de nuestro equipo que considere más apropiado para el combate, si bien podremos cambiarlo a nuestro gusto si no nos convence. Si el gimnasio cuenta con varios Pokémon, estos irán apareciendo en sucesión según los vayamos derrotando, y en nuestro equipo podremos cambiarlo por otro o rendirnos, y podremos reemplazarlo cuando sea derrotado hasta que caigan tantos Pokémon nuestros como tiene el gimnasio.

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Los combates en sí son algo desastrosos. Técnicamente podemos esquivar los ataques rivales deslizando nuestro Pokémon a derecha e izquierda y atacar tocando al enemigo. Una vez acumulemos suficiente barra azul, podremos lanzar el movimiento más fuerte con una pulsación más larga. En la práctica nuestro enemigo ataca sin parar de forma que deslizarnos aunque evite recibir daño un segundo, no aporta mucho, por lo que lo mejor es atacar todo el rato si tenemos superioridad, y la victoria la determinará quién tiene el ataque más poderoso y más PS. El componente de habilidad y estrategia, una de las señas de identidad de Pokémon, es mínimo aquí, por desgracia.

Los ataques siguen la lógica de ventajas de tipos para ser superefectivos o poco efectivos, pero con limitaciones, por ejemplo, un movimiento normal o de lucha puede atacar a un fantasma. Los movimientos cuentan con una cifra en la ficha del Pokémon que indica su poder y tipo pero carecen de descripción.

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En general los combates no están implementados de una forma muy atractiva y además, actualmente, y posiblemente por el estado de los servidores, es muy común que haya cuelgues o que directamente nuestro rival o nosotros nos volvamos invencibles, impidiendo acabar el combate y obligando a forzar el cierre de la aplicación. Por suerte el juego se guarda regularmente y probablemente no perdamos ningún progreso.

Estos problemas de rendimiento se pueden extender al resto de la aplicación, con un consumo muy elevado de batería y algo menor pero importante de datos. El dispositivo utilizado en esta prueba también se calentó bastante durante las partidas, pero en ello también influyó posiblemente el verano. Como aspecto positivo, si salimos de la aplicación al menú y nos ponemos música de fondo, podremos seguir escuchándola incluso si volvemos a la aplicación. Y es que el aspecto musical es repetitivo y, si bien cuenta con composiciones del propio Masuda (compositor original de la saga y director de los últimos títulos), la poca variedad acaba por cansar rápido.

Mención aparte merece la terrible localización, que combina abreviaturas en español como PS (Puntos de Salud) con otras en inglés, como CP (Combat Points); o que a veces llama al equipo por su nombre, (por ejemplo “equipo valor”) y otras con su color en inglés (por ejemplo, “equipo red”). En general los términos usados son confusos para el jugador y no parece haber ni coherencia ni glosario, lo que repercute negativamente en la experiencia. Molesta especialmente el abuso de abreviaturas que no se explican, aunque a veces al apretar sobre algún elemento, como los objetos, nos aparecerá una breve descripción.