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PGA Tour 2K21

PGA Tour 2K21

  • PlataformaNSW8XBO8PS48PC8STD8
  • GéneroDeportes
  • DesarrolladorHB Studios
  • Lanzamiento21/08/2020
  • TextoEspañol
  • VocesInglés
  • Editor2K Games

Vuelve el Golf

PGA TOUR 2K21, Análisis. Putt al hoyo

Nos adentramos en el intento más serio de devolver el golf al videojuego, después de años de ostracismo.

Actualizado a

Más de 15 años, que se dice pronto, han pasado desde el supuesto apogeo de los juegos de golf. Más de 15 años hace que Electronic Arts unía la licencia del PGA Tour y su entonces jugador franquicia Tiger Woods. Pero entrega anual tras entrega anual su calidad se fue diluyendo a la par que el interés de los jugadores, hasta que se decidió no continuar con la saga. HB Studios, que había realizado ya trabajos en colaboración junto al gigante californiano, cogía en 2014 las riendas de la franquicia con su The Golf Club y en 2018 llegaría 2K para publicarlo. Con la entrega de este año, PGA TOUR 2K21 oficializa su paso a la familia deportiva de 2K con la esperanza de darle a los fans de este deporte un juego actualizado que esté a la altura de los tiempos que corren. Y en cierta manera se ha conseguido.

Lo fundamental funciona (y muy bien)

Del conjunto que compone PGA TOUR 2K21 lo forman 3 grandes grupos: el de las cosas que funcionan muy bien, el de las cosas que tienen buen potencial y el de las cosas que tiene que mejorar. Cuando estuvimos en la presentación del juego hace algunas semanas, la pregunta que MeriStation hizo al equipo de desarrollo fue la siguiente: “Tras la llegada de 2K y viendo que el núcleo del juego ya funcionaba en los anteriores The Golf Club, ¿es lógico pensar que buena parte del esfuerzo se ha centrado en la parte accesoria (presentación, valores de producción, etc.)?”. La respuesta fue rotunda: sí, efectivamente. Pues bien, todavía queda trecho por recorrer en ese aspecto y es sin lugar a dudas la parte que menos luce del título. Y eso es porque lo fundamental, el núcleo de lo que convierte a este juego en un buen juego de golf, funciona.

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Y es que por encima de todo hay dos puntos vitales que no deben fallar: cómo se traslade la sensación de un partido al jugador - con todas las posibilidades que existen en el campo - y que la física de lo que estemos viendo en pantalla se corresponda con lo que ocurre en un campo de verdad. Un humilde hándicap 24 como este redactor que suscribe tal vez refleje que no es el mejor jugador del mundo pero sí basta para poder apreciar si lo que el juego nos transmite se adecúa, salvando las distancias, a lo que se experimenta en la calle o en el green y hemos salido muy satisfechos en ese aspecto. Hasta el punto que a veces nos ha hecho más ilusión completar un par salvador en el hoyo 17 que de no embocar nos complicaba la clasificación de final de temporada que muchas de las sensaciones en el campo real. Y eso, que nos recuerda mucho a las largas noches que habíamos pasado torneo tras torneo con las entregas viejunas de Tiger Woods, es muy buena señal.

Para los que no hayan probado nunca ninguna de las 3 versiones anteriores de The Golf Club, estamos ante un simulador de golf. Simulador frente a las versiones de EA, muy bien presentadas pero también más arcade, y con el valor añadido de no perder ni un ápice de accesibilidad. Se han añadido nuevos modos de personalización para hacer la experiencia de juego a nuestro gusto aunque jugando en “normal”, por defecto, se nos ha antojado un poco sencillo. A partir de la Pro las cosas ya empiezan a ponerse tensas porque se ha remodelado el swing (que va a ser algo que necesitaremos dominar a la mayor brevedad) y se necesita un control del ratón y un timing bastante preciso para empezar a clavar esos birdies.

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Y dado que el golf es uno de los deportes más complejos que existen, la cantidad de opciones disponibles durante la partida puede parecer abrumadora para el jugador novel. Nada más lejos de la realidad porque PGA Tour 2K21 es, en sí mismo, un gigantesco compendio enciclopédico para entender cómo y por qué las cosas funcionan en un campo de golf. Desde las distintas inclinaciones del driver hasta las diferencias entre un chip y un flop, cómo contrarrestar el viento cambiando el ángulo de ataque a la bola, por qué un híbrido permite salir mejor de la hierba o entender las particularidades del green (esa moqueta verde donde de vez en cuando se ganan pero mayormente se pierden los partidos)... todo está representado perfectamente en el juego y su comportamiento es coherente con la realidad. Este juego no te enseña a jugar al golf pero te enseña a entender sobre golf.

A todo ello se le suma una física de la pelota estupenda y una buena representación de los campos, por lo menos sobre el papel. Cierto que no hemos tenido la oportunidad de jugar nunca en ninguno de los 15 campos licenciados, pero afortunadamente las comparativas a vista de pájaro nos dan una idea muy aproximada de la alta fidelidad de sus homólogos digitales. Nunca hemos tenido la sensación de que nada de lo que pasara en el juego fuera un invento o un error; cada vez que hemos enviado una bola al agua o a la arena siempre podía atribuirse a un error humano y eso es algo fundamental. Eso no quiere decir que el juego no sea frustrante a veces: en un par de ocasiones la bandera nos jugó una mala pasada en un putt cuando no pudimos quitarla, por ejemplo, pero por regla general se ha puesto mucho cuidado en que la representación del acto de jugar sea clara y honesta.

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Una de las cosas que más curiosidad nos planteaba era el tema de las rivalidades que se van formando a medida que competimos en el Tour. El juego va creando nuestros propios némesis dentro de la clasificación con los que nos iremos batiendo virtualmente durante toda la carrera. Esto forma parte de alguna manera del sistema de progresión que nos acompaña en el modo campaña, junto al desbloqueo de patrocinadores y a la posibilidad de ir cambiando de palos con distintas características de distintas marcas. Aunque un valor muy apreciado por los principiantes suele ser el cuán permisivo es un palo con los errores de swing, a medida que perfeccionemos nuestras habilidades y avancemos nos será posible adquirir material que potencie la distancia o el efecto que adquiere la bola en sacrificio de otras cualidades. No hay ningún palo o set de palos que proporcione ventajas netas completas sobre el set que se nos da al principio, pero sí que podremos ajustar nuestra bolsa a nuestro particular estilo de golf.

Un potencial por descubrir

El modo carrera es el modo principal en el que pasaremos la mayor parte del tiempo cuando juguemos solos; recuerda pero no tiene nada que ver con el que comparten otras franquicias de 2K como NBA 2K20, por ejemplo, y viene a ser una versión algo simplificada de una temporada del PGA Tour. Podremos escoger el nivel de profesionalización en el que empezamos y rápidamente ir ascendiendo escalones hasta jugarnos las castañas contra Justin Thomas o Jim Furyk entre otros. Pero si queremos jugar contra otra gente, las sociedades online es el agujero negro donde caerán horas y horas de sueño. En el momento de escribir esta review, la sociedad oficial apenas contaba con 11 miembros, algo lógico pues es previo al lanzamiento del juego. Las sociedades funcionan básicamente como hubs en los que se pueden organizar eventos, competiciones, clasificaciones… y por qué no, encontrar otros golfistas con los que compartir partidas. Pero, como todo, es una funcionalidad que depende mucho del quién y el cómo se organice.

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La segunda cosa que nos parece que tiene montones de posibilidades es el creador de campos. PGA Tour 2K21 licencia 15 campos reales y el resto están creados con las mismas herramientas con las que cada usuario puede hacer sus creaciones, siguiendo las recomendaciones del programa o editando hoyos desde cero. De nuevo, en el momento de publicar esta review, no había ningún campo creado por usuarios pero si podemos extrapolar de otras versiones, hay ahí un mar prácticamente inabarcable de posibilidades donde las mentes más creativas pueden hacer gala de sus habilidades para goce y disfrute del resto de usuarios. Lamentablemente este campo es uno donde en especial carecemos de maestría y con buen criterio hemos dejado que sean otros los que se luzcan a este respecto. Ambas cosas, sociedades y editor, vendrían a ser lo que debería alargar la vida útil del juego más allá de lo que venda de lanzamiento, a la espera de si el hecho de pasar oficialmente a la nomenclatura 2K esta franquicia se convertirá en anual, bianual o será una base sobre la que expandirse.

Gran margen de mejora

Y como antes apuntábamos, hay una serie de características que necesitan con distinto grado de urgencia la atención del equipo desarrollador. Una de las que más llaman la atención es que, a pesar de que hay 12 golfistas profesionales licenciados contra los que podremos jugar, nunca podremos llegar a manejarlos. Esto es algo que nos ha llamado poderosamente la atención y aunque no es capital - y seguramente obedezca a algún tema de licencias con el PGA Tour - sí que nos tuvo rebuscando en las opciones porque nos parecía tan extraño que temíamos que se nos tuviera pasando por alto. Sería como comprar un FIFA y no poder controlar nunca a Messi, o comprar un NBA y no poder tirar con Lebron o Harden. Sabemos que los profesionales existen porque de vez en cuando aparecen en las tablas clasificatorias o en una secuencia durante una partida de una jugada espectacular que haya pasado en otro hoyo, y nada más.

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Técnicamente el juego cumple y los diseños de los campos están muy conseguidos pero hay detalles, como el público, que te sacan completamente de situación por lo mal representados que están. De nuevo, no es algo que forme parte del corazón del juego, pero sí forma parte de la vestimenta, de esos valores de producción en los que buena parte del presupuesto se nos dijo que se había invertido. Los comentaristas Luke Elvy y Rich Beem añaden colorido a las retransmisiones (aunque puestos a preferir, nos gustaba más la dupla Gary McCord y David Feherty) especialmente durante los primeros campos, hasta que los comentarios se van repitiendo uno tras otro. Tras unas cuantas horas es habitual, por lo menos en nuestro caso, poner una lista de reproducción en Spotify o Youtube y desactivar el sonido por completo. Esto generalmente no habla bien de la banda sonora de un título pero, como decimos, es práctica habitual en muchos usuarios (incluidos nosotros) en este tipo de juegos.

Conclusión

Hemos quedado muy satisfechos con este PGA TOUR 2K20 y se puede decir que no hay mejor simulador de golf ahora mismo en el mercado. A veces parece que podría pulirse un poco más, que estamos ante un Porsche Carrera que han dejado sin acabar de pintar, pero las sensaciones de juego son difícilmente mejorables. Con unos fundamentos tremendamente sólidos, un recorrido por delante con buenas perspectivas y la posibilidad de crear y jugar los campos creados por los usuarios, estamos ante un título que, si nos gusta el deporte del golf o los buenos simuladores en general, garantiza largas horas de diversión, tanto en local u online con amigos. Ojalá en futuras entregas podamos disfrutar del mayor nivel de refinado que gozan otras franquicias de 2K y podríamos estar delante ante el mejor simulador deportivo en general. Hb Studios va por el buen camino.

Lo mejor

  • La representación de los campos
  • La física de la pelota
  • Sociedades online, creación de campos
  • Rivalidades y modo carrera

Lo peor

  • El aspecto técnico no es puntero
  • Faltan campos, jugadores y la posibilidad de jugar con ellos.
8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.