Nightmare Frames, análisis; La aventura gráfica más terrorífica del año

Pese a que el género de la aventura gráfica gozó de muchísima popularidad en nuestro país desde sus inicios a finales de los 80, hubo que esperar hasta 1994 para poder disfrutar del primer exponente del género desarrollado aquí. Igor: Objetivo Uikokahonia, título de impronunciable nombre con el que debutaba Pendulo Studios, tuvo el honor de ser la primera aventura gráfica patria, fuertemente influenciada por las obras de Lucas pero a la vez sabiendo ser muy nuestra como solo un título desarrollado en este país podía ser. Tristemente, el desarrollo de aventuras gráficas no se prodigó en exceso dentro de nuestras fronteras en la edad dorada del género. En 1996 Alcachofa Soft lanzaba Dráscula, y ese mismo año Revistronic editaba 3 Skulls of the Toltecs, ambientada en el salvaje oeste. En 1997 Pendulo volvía con el inolvidable (y muy puñetero…) Hollywood Monsters, pero más allá de alguna que otra producción menor no hubo mucho más que rascar en lo tocante a aventuras creadas en España.

Durante los años más complicados para el género, Pendulo continuó manteniendo los rescoldos del mismo con su saga Runaway y un segundo Hollywood Monsters, Alcachofa se inspiró en La Abadía del Crimen para su The Abbey y Revistronic continuaba su aventura de vaqueros con Fenimore Fillmore: The Westerner. Ha sido con el resurgir del género de la aventura gráfica que ha experimentado este desde hace ya unos cuantos años, la ocasión propicia para que el desarrollo de aventuras gráficas realizadas en España esté experimentando un espectacular auge. Randall´s Monday, la soberbia fusión de la influencia de Poe y Lovecraft que es The Last Door lanzada en 2013 por The Game Kitchen antes de dar el pelotazo con Blasphemous, el tremendo futuro distópico de Dead Synchronicity editado por Fictiorama ese mismo año o la deliciosa fusión en acuarela de aventura gráfica con videoaventura 2d que es Candle de Teku Studios son buenas muestras de ello.

Mas ejemplos los tenemos en los recientes Mutropolis y Lone McLonegan: A Western Adventure, o Intruder In Antiquonia, que saldrá el próximo 8 de julio. Y, por supuesto, este soberbio Nightmare Frames que hoy nos ocupa, desde ya una de nuestras aventuras gráficas favoritas de los últimos tiempos y un auténtico imprescindible que ningún aficionado al género debe perderse. El principal culpable de esta joya es Jose María Melendez, antiguo colaborador de Alcachofa Soft y de la web especializada en el género Aventura Y Cía, que bajo su estudio Postmodern Adventures ha facturado una aventura gráfica de corte totalmente clásico que nos ha conquistado por completo. El señor Melendez ya mostró maneras con Billy Masters Was Right y Urban Witch Story, dos pequeñas aventuras disponibles gratis en Itch.io que arrasaron en los premios Adventure Games Studio Awards, y que debéis probar sí o sí, pero con Nightmares Frames se ha coronado definitivamente.

La película más terrorífica de la historia

Nightmare Frames nos propone un magnífico thriller que se va retorciendo hasta acabar en algo totalmente dantesco, que a buen seguro hará las delicias de los seguidores del género slasher. Estamos en la Hollywood de 1985, y nuestro protagonista es Alan Goldberg, guionista de cine que tras alcanzar el éxito precisamente en ese género slasher, está tratando de renegar de él para realizar guiones más profundos fuera de tan visceral género. Un cúmulo de circunstancias a raíz del misterioso suicidio de una de las personalidades del sector lo pondrá en contacto con Helen Westmore, una de las personas más poderosas y acaudaladas de la industria del cine. Helen se compromete a satisfacer todos los sueños y anhelos de nuestro protagonista a cambio de un simple favor: que Alan recupere una cinta cuyo metraje se supone que es el más terrorífico jamás filmado.

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Dicha película es una leyenda que ni siquiera se sabe si es realmente cierta, y se supone que fue grabada por un director independiente cuyo primer trabajo resultó ser uno de los más aterradores de la historia, para desaparecer luego en misteriosas circunstancias, y parece ser que llegó a grabar una segunda cinta infinitamente más terrorífica que su primer trabajo según las malas lenguas. Deberemos pues descifrar qué aconteció con el misterioso director y descubrir si tan pavoroso metraje existe realmente. Comenzaremos moviéndonos por diversas localizaciones de la Hollywood de la época, como estudios, agencias y restaurantes, para rematar visitando un oscuro pueblo de pesadilla que oculta terribles secretos e incluso localizaciones aún más dantescas si cabe.

El ominoso, retorcido y visceral descenso a los infiernos de Nightmare Frames en forma de guión que cada vez se va complicando más y volviéndose más tenebroso a cada paso que damos es una de las cosas que más nos ha gustado de la aventura. La trama atrapa por completo, nos mantiene en vilo y pegados a la pantalla deseando descubrir con qué vil giro de los acontecimientos nos va a golpear. Los inicios pausados y mundanos del título no nos preparan para la dureza de los acontecimientos que vendrán a continuación.

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Los magníficos diálogos y excelentes personajes que encontraremos en la aventura terminan por dar una enorme solidez al guión y trama del título, acertando plenamente en ambos apartados. Alan Goldberg es un magnífico protagonista, lleno de carisma y con una evolución interesantísima a lo largo de la aventura. Los secundarios no le van a la zaga, y todo ello compone una historia para el recuerdo. Debemos hacer hincapié eso sí en la crudeza y dureza del título, especialmente a partir de su segunda mitad donde deja momentos muy impactantes, así que aquellas personas más aprensibles deben tener esto en cuenta. En cuanto a la duración, oscila en torno a las 6-8 horas en función de nuestra pericia, y sin ser una aventura corta, nos ha gustado tanto que sí que nos habría gustado que durara un poquillo más. Por supuesto, siendo un título desarrollado en España, cuenta con todos los textos traducidos al castellano.

Clásico hasta la médula

Nightmare Frames es una de las aventuras gráficas modernas con mayor esencia clásica que hemos jugado en los últimos años. Sigue a pies juntillas los cánones más tradicionales del género, tanto en su desarrollo como en sus puzles. Su única concesión moderna es el control por puntero, eliminando todo interfaz adicional, y empleando el botón derecho del ratón para obtener descripciones y el izquierdo para realizar acciones. Contaremos con el tradicional inventario, que eso sí nunca se verá excesivamente poblado.

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La dificultad del título no es excesivamente elevada, entre otras cosas por un factor del juego realizado con gran acierto y que denota claramente el amor y enorme conocimiento del género por parte del señor Melendez. Las descripciones de objetos, personajes y demás elementos del título que obtendremos con el botón derecho del ratón están realizadas con maestría, dando veladas pistas de forma muy sutil y que invitan a conectar las piezas de manera inteligente, por lo que si estamos atentos y leemos con cuidado, daremos con la solución a todos los entuertos de manera lógica. La integración de los puzles es magnífica, siendo realizada de manera muy orgánica y no sintiéndose nunca como añadidos forzados para complicar el avance del jugador.

La práctica totalidad de los puzles son los clásicos de inventario, debiendo emplear el objeto adecuado para poder avanzar. También habrá que obtener información indagando en conversaciones, y forzar alguna situación para nuestro propio beneficio. Sin ser especialmente brillantes ni variados, son puzles satisfactorios y lógicos, y la sensación de avance en la aventura resulta muy placentera. Da gusto ver una aventura gráfica que sepa recuperar un desarrollo tan clásico sin caer en la nostalgia vacua y que sepa ofrecer un producto tan redondo que sabe ser entretenido y atrapar al jugador más allá de jugar con ese factor nostálgico.

Hay un par de momentos de “pixel hunting”, o elementos necesarios para avanzar en la aventura difíciles de detectar en pantalla que nos pueden complicar el avance si no estamos bien atentos, pero en general no es grave. Normalmente habrá varias localizaciones disponibles a visitar, y tendremos cierta libertad para tratar de avanzar en varios hilos deductivos al mismo tiempo, aunque la aventura es bastante lineal. Sin ser una aventura fácil, sí resulta recomendable incluso para aquellos sin excesivo o incluso ningún bagaje en el género, y que se sientan atraídos por la visceral trama del título y su ambientación dantesca.

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El retrato del horror

Sin hacer gala del más espectacular pixel art ni mucho menos, el trabajo visual de Nightmare Frames resulta muy sólido, y logra recrear de maravilla en pantalla una auténtica pesadilla de lo más retorcida. Hay que aplaudir el trabajo logrado por Jose María Melendez, teniendo en cuenta que se ha encargado él en solitario por completo del mismo. Quizá los sprites tengan un acabado un tanto árido, pero los magníficos retratos de todos los personajes que acompañan las conversaciones logran dotar de mucha expresividad y personalidad a los mismos. Hay que aplaudir el trabajo realizado por Paco García con estos retratos, magistrales y que realzan muchísimo el apartado gráfico del juego.

Visitaremos multitud de localizaciones, muy variadas y muy bien recreadas, dotadas además en general de mucha vida y movimiento. Varias de estas localizaciones son un auténtico chute ochentero en vena, que seguro hará las delicias de los más talluditos de lugar. Cuando la cosa se pone oscura de verdad, Melendez sabe retratar estupendamente horrores dantescos en pantalla, sabiendo tejer con maestría una ambientación malsana de verdadera pesadilla. Si este descenso a los infiernos desde la Hollywood ochentera más ampulosa a las más oscura simas de oscuridad se realiza soberbiamente a nivel de guión, ese mismo trayecto se plasma igual de bien a nivel visual.

Para rematar, y nuevamente con factor nostálgico, la banda sonora es un festín para los oídos, un festival Synthwave y de música ochentera que nos ha encantado, que resalta de manera genial la ambientación de la aventura, y sabe ponerse tensa también cuando la situación lo requiere. Excelsa en todo momento, la banda sonora de Nightmare Frames es una auténtica delicia. Es una lástima que el apartado sonoro no se complete con voces para los personajes, que la verdad se echan un tanto de menos, pero se perdona dado lo humilde del desarrollo del título y su más que ajustado precio de lanzamiento.

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