Piratas con sabor añejo

Prácticamente un año después de la salida de A Vampyre Story en España, nos llega la segunda aventura del equipo Autumn Moon, encabezado por Bill Tiller. La presencia del genio de Bill es siempre sinónimo de  un apartado artístico sensacional, que quedó patente no sólo en A Vampyre Story sino también en el atemporal Curse of Monkey Island. De hecho, el parecido con la tercera entrega de las aventuras de Guybrush se hará muy palpable en ciertos momentos del juego tanto por la propia temática del título como por el apartado visual.

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Ghost Pirates of Vooju Island sigue el planteamiento clásico del género pero con ideas de jugabilidad ya vistas en A Vampyre Story. La principal diferencia, temática aparte, es la presencia de tres personajes jugables en contraste con Mona, protagonista de la aventura de vampiros. El sacerdote Vooju Papa Doc, el cocinero Blue Belly (traducido en la versión castellana como Vientreazul) y la pícara Jane Starling son los susodichos personajes principales que deberán de cooperar entre sí con el objetivo de superar los puzles y situaciones que se presenten. La aventura tiene lugar en el Mar Azuribe, una representación alternativa del Caribe y concretamente en la Isla Vooju, aunque según avancen los hechos tendremos la oportunidad de visitar otras variadas localizaciones. Todo comienza cuando la ex-mujer de Papa Doc y también sacerdotisa de la isla Vooju se alía con el Capitán Barbaverde para comenzar con un oscuro y secreto plan en la isla. Los protagonistas se ven envueltos en dichos sucesos y son privados de sus cuerpos, viéndose destinados a vagar como fantasmas.

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El título está dividido en tres partes principales y diferenciadas, que a su vez se dividen en otras tres subpartes, una protagonizada por cada personaje. A lo largo de la historia los tres fantasmas se cruzarán en muy contadas ocasiones, pues cada uno tendrá misiones en localizaciones diferentes. No obstante, una de las habilidades obtenidas por el hecho de ser unos entes fantasmales es poder comunicarse entre los tres a pesar de las distancias. De hecho, la comunicación entre los personajes es una de las características centrales del título, pues gran parte de los puzles requerirán pedir ayuda a los otros dos compañeros. Por ejemplo, Papa Doc puede leer simbología Vooju e incluso realizar hechizos, Blue Belly dará soporte culinario y Jane ayudará a abrir cerraduras, por poner algunos ejemplos. Además, no sólo nos darán consejo sino que los fantasmas pueden invadir el cuerpo del personaje activo para realizar algún cometido específico.

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El resultado, al menos en este planteamiento de cooperación a distancia, recuerda mucho al que ofrece la segunda parte de Maniac Mansion: Day of the Tentacle. Curiosamente, son también tres los protagonistas que deben cooperar entre sí, aunque en el caso de la aventura de LucasArts lo hacen a través del tiempo haciendo uso de las Crono-Letrinas del Dr. Fred. La diferencia radica en que el inventario de cada personaje en Ghost Pirates of Vooju Island es exclusivo del personaje que lo ha cogido, sin dar opción de intercambiar objetos, permitiendo sólo pedir información sobre objetos concretos. El inventario sigue los pasos del que vimos en A Vampyre Story, en el que sólo se guardarán objetos de dimensiones reducidas, dejando los más aparatosos como ideas junto al resto de los objetos. En el caso de necesitar un objeto representado como una idea, el jugador automáticamente lo usará como si de un objeto real se tratara. De hecho, podemos usar objetos reales con ideas e incluso ideas con ideas, para dar lugar a otra idea. Con este planteamiento, lejos quedan los poco creíbles inventarios interminables.

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El juego, cómo podéis haber intuido a la vista de las capturas, se corresponde con el clásico estilo point'n'click que cuenta con un menú emergente que se activará al pasar por los objetos interactivos y que dispone de los iconos clásicos: coger, usar, hablar y mirar. Los escenarios están bastante cargados de puntos interactivos, algunos importantes para la propia aventura y otros muchos puramente informativos y que dan pie a investigaciones a conciencia de los escenarios. Aun así, para los menos exploradores hay una opción que resalta dichos puntos para ir directamente al punto exacto dónde se puede interactuar. En cualquier momento podremos cambiar de un personaje a otro simplemente pinchando en su icono característico. Aun así, cada subtrama de cada personaje se puede hacer del tirón, pues los hechos que ocurren en una no dependen de los ocurridos en la de otro personaje. Así que si bien podemos jugar en paralelo con los tres personajes, lo ideal es ir completando del tirón cada una de las partes de cada personaje.

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Como fantasmas no podremos relacionarnos directamente con los seres vivos: ni nos oirán ni nos verán. De hecho, gran parte de las situaciones que se presentan se basan en la incapacidad que tendremos de relacionarnos con otros personajes en pantalla. Por ello, los clásicos diálogos están limitados a puntos concretos de la aventura. Cuando están presentes se basan en el estilo clásico de árboles de diálogo en el que podremos ir sacando información entrando por las diferentes ramas posibles que se dan lugar en cada conversación.

Al margen del sistema point'n'click, el juego cuenta con algún que otro minijuego que se intercalará en puntos concretos de la aventura. Es digno de mención el minijuego de mímica, quizás uno de los momentos más divertidos de toda la aventura. No queremos romper la magia del momento, pero solo destacar lo interesante y divertido que puede ser un minijuego bien planteado y que combine tan bien dentro de la aventura. Salvando este original puzle y a pesar de que hay situaciones muy divertidas, el nivel de humor sigue pasando factura a los chicos de Autumn Moon. La mayoría de los chistes y clichés no hacen la gracia que se esperaría en un título de esta índole. Además, los últimos pasos de la aventura se ven lastrados por un minijuego que desmerece por competo al resto de la aventura, dejando un auténtico mal sabor de boca ante una aventura bastante notable.

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Si hablamos de dificultad, Ghost Pirates of Vooju Island es una aventura bastante fácil. Hay puzles que requieren pensar un poco, pero si hablamos en términos generales el nivel de dificultad no es para nada elevado y no presenta reto alguno para los más aficionados al género. No obstante, la aventura es lo suficientemente larga para ser disfrutada de principio a fin entre unas 6 u 8 horas de duración. Lo cual, unido a su historia y a unos excelentes escenarios son justificación suficiente para echarle un ojo al título.

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Aspecto técnico

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En el apartado gráfico, nos quitamos de nuevo el sombrero ante la buena mano de Bill Tiller con su trabajo en los escenarios. Totalmente en 2D, llenos de detalles, colores y un estilo muy propio que hacen de los escenarios auténticos protagonistas de la aventura. Los objetos importantes y los personajes en cambio son modelos 3D que si bien en el caso de los objetos combinan bien con los elementos 2D, los personajes por su parte contrastan demasiado con los fondos, dando en ocasiones una ocasión pobre en ese sentido. Aun así, hay que destacar los efectos que poseen los fantasmas al moverse y de translucidez, dejando ver parte del escenario a través de ellos. A lo largo de la aventura se intercalarán videos para representar los momentos más importantes. El problema radica en que la calidad de los mismos es bastante pobre, con una compresión mediocre. Lo más sensato posiblemente hubiese sido hacer dichas escenas con el propio motor gráfico o bien ya aumentar considerablemente la calidad de los videos.

Por otra parte, en lo referente a la música el juego cumple sin más. Melodías que están presentes pero que no tienen la misma fuerza que los escenarios del apartado artístico. De hecho, en alguna que otra ocasión la música ambiental puede llegar a ser repetitiva. El juego llega con doblaje en inglés, que si bien es correcto y está muy bien trabajado, no nos cansaremos de pedir un doblaje al castellano y que haga honor al título. Si hay aventuras que llegan totalmente en castellano, el resto no puede ser menos. No obstante, el título cuenta con subtítulos al castellano que, aunque de calidad, se les escapan algunos que otros detalles.

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Aunque el juego tiene su estilo propio, algún que otro escenario nos recordará a los vistos en The Curse of Monkey Island, no en vano la mano encargada de los artes de ambos es la misma. La amena isla de Cayo Alegre recuerda muchísimo a Puerto Pollo. Desde el estilo de los edificios y calles hasta los paisajes y sus gentes, sin olvidar el apartado musical con temas que también recuerdan a la famosa ciudad de isla Plunder.

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