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Birds of Steel

Birds of Steel

  • PlataformaPS38.33608.3
  • GéneroAcción, Simulación
  • DesarrolladorGaijin Entertainment
  • Lanzamiento15/03/2012
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorKonami

Depredadores del aire

Desde la aparición en septiembre del 2009 de Il-2 Sturmovik: Birds of Prey, los amantes simulación aérea de combate estaban faltos de emociones y de batallas aéreas de verdad en consolas. Gaijin Entertainment regresa pisando fuerte y superando al notable Birds of Prey, esta vez el escenario son los azules cielos y las templadas aguas del pacifico. Konami apuesta a caballo ganador.

Cuando parece que definitivamente la segunda guerra mundial ha pasado de moda en los juegos actuales y se apuesta por un entorno bélico más cercano y sin duda más espectacular, Gaijin Entertainment nos sorprende con una nueva entrega para aquellos aficionados a la simulación aérea de combate. En su anterior entrega “Birds of Prey”, el estudio ruso hizo un más que decente intento por acercar la simulación aérea de combate a un publico más mayoritario. Gaijin es un estudio de desarrollo del que podemos decir sin temor a equivocarnos que sus simuladores pueden gustar más o menos, pero siempre hay un trabajo importante detrás que nos ha traído simuladores como “Apache: Air Assault”, los mencionados “Birds of Prey” (Wings of Prey en PC) y están preparando un interesante MMO sobre la segunda guerra mundial llamado “War Thunder: World of Planes” que no estará únicamente limitado a los aviones.

Pocos días después del ataque a Pearl Harbor, en la idílica isla de Wake, el teniente John F. Kinney se dirigía con aire cansino hacia su Wildcat. Había dormido pocas horas, hacía un calor bochornoso, le temblaba el pulso y su corazón luchaba por salir por su boca, pero tenía que volver a subir ahí arriba una vez más para intentar detener las oleadas de bombarderos japoneses que habían empezado a asolar la isla el mismo día que se declaro la guerra. De 12 Grumman F4F wildcat con los que contaban en la isla al iniciarse el combate, apenas quedaban cuatro operables. Con eso tenían que hacer frente a una oleada de más de 20 bombarderos. Con poco más de 20 años y un lúgubre panorama, a nosotros también nos hubiera temblado el pulso, y alguna cosa más.

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No encontramos la historia del teniente Kinney en “Birds of Steel” pero si encontramos la Batalla de la isla de Wake entre otras muchas. Se trata de revivir un poco de las sensaciones que vivieron esos jóvenes en el teatro del pacifico. Es más, la  floja historia de nuestro protagonista que se narraba en “Birds of Prey” aquí se elimina totalmente y un video de introducción a la misión nos cuenta lo que paso realmente antes de empezarla. Sencillo y directo. Es cierto que quizás una historia consigue que sintamos más empatía por nuestro personaje o por los acontecimientos, pero en un simulador aéreo sólo una vez hemos visto que un modo historia consiguiera realmente estar a la altura de las circunstancias, y fue en el legendario “Wings” donde nuestro protagonista tenía un diario donde anotaba sus vivencias con su escuadrón en el frente europeo durante la I guerra mundial.

Gaijin hace un estupendo trabajo en conseguir que nos sintamos uno de aquellos pilotos recreando tanto las cabinas como el modelaje de los aviones a la perfección. Pese a tener tres vistas diferentes, la externa, una vista virtual exterior y la cabina virtual, es en esta última donde el juego luce en todo su esplendor. Cada uno de los aviones modelados está recreado fielmente, y pese a que en consola no podremos usar todos los elementos de la cabina, sí se consigue transmitir esa sensación de que con pocos botones dominamos a la bestia. La vista de Cabina virtual nos permite mediante una combinación de botón mas seta derecha mover nuestra vista por toda la cabina, mirar al exterior o buscar a nuestro enemigo de una manera bastante fluida. Es un detalle también el ver a nuestro piloto manejar los mandos del avión cuando bajamos la mirada.

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Lo cierto es que han conseguido que un mando de consola no sea algo totalmente alieno al juego. Un mando de consola para un simulador es algo tan poco realista como ese mismo mando para conducir un coche, pero los chicos de Gaijin han logrado que uno se olvide que tiene entre manos un mando de consola para pensar que está a los controles de un avión de guerra. Con un simple botón hacemos zoom en la mirilla a la hora de atacar, o la seta derecha servirá para dar potencia al motor, un gatillo para bombas otro para las ametralladoras, u otro botón para el mapa del conflicto o los frenos aéreos indispensables para los ataques en picado a la “Stuka”.  En el fragor del combate, rodeado por decenas de aviones y barcos, cuando tus manos empiezan a sudar es de agradecer una buena configuración. Lo cierto es que en ningún momento echas en falta un teclado o millones de opciones más típicas de los simuladores aéreos.

El juego es altamente personalizable. Tendremos 3 opciones genéricas que ya existían en Birds of Prey en cuanto a la dificultad de vuelo: “Simplificado” que es un modo plenamente arcade pero no exento de divertimento incluso para los más exigentes; “Realista” es donde ya las cosas se ponen un poco más serias, sobre todo en las dinámicas del avión y quizás es demasiado brusco el cambio respecto al modo “arcade” para un neófito; por último, está la opción “simulador” que ya supondrá un autentico reto el poder aterrizar el avión y controlar el motor. Todas las opciones pueden utilizarse con munición y combustible ilimitado, si escogemos que tenga limite tendremos que aterrizar en nuestro aeródromo más de una vez para recargar las armas y el combustible. En realidad es lo que se tenía que hacer. Y nos queda la opción “personalizable” donde podremos activar o desactivar todos los parámetros que controlan el avión a nuestra elección. Las dinámicas aunque no son un X-Plane si que responden diferente dependiendo del avión que usemos, y si esta tocado por fuego enemigo, la respuesta del aparato añade realismo a la ya de por si excelente atmosfera.

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Tora! Tora! Tora!

El modo campaña del “Birds of Steel” nos lleva primero a los meses previos al ataque a Pearl Harbor. La exótica isla de Hawái es nuestro primer destino como reclutas y es donde las primeras misiones serán una simple toma de contacto con los aviones. Aquí se nos enseñará a despegar, aterrizar, atacar a barcos enemigos con torpedos y a hacer ataques en picado usando los frenos aéreos. No debe suponer mucho problema para nadie superar esas primeras clases de aviación. Pero hay un añadido importante: los portaaviones. Es tremendamente exigente operar desde un portaviones en 1941, no sólo el despegue, si no que el aterrizaje y más si tu avión esta dañado, es sencillamente una prueba de fuego. Además el ambiente en el portaaviones está fielmente recreado, con los soldados moviéndose por cubierta y esperando que despegues. No nos entendáis mal, no esta tan fielmente recreada como la misión del portaaviones en Battlefield 3, pero cumple sus objetivos de inmersión.

Una vez conseguimos que superar sin mucha dificultad las misiones de entrenamiento viene uno de los platos fuertes del juego. Luchar la campaña del pacifico, del bando norteamericano o japonés  desde el ataque a Pearl Harbor hasta el fin de la contienda, pasando por la batalla de la isla de wake o Guadalcanal. Las misiones se van desbloqueando a medida que superamos las anteriores y tienen una curva de dificultad muy bien trazada. Nuestro avión se dirigirá a los objetivos directamente ahorrándonos horas de vuelo sobre mar abierto, y algunas misiones secundarias aparecerán sobre la marcha. Al final de la misión siempre nos dará la opción acabarla o intentar aterrizar. Obviamente los impacientes querrán acabarla cuanto antes pero recomendamos intentar aterrizar aunque nuestro avión tenga más agujeros que un colador; si lo conseguimos el resultado es más que satisfactorio para uno mismo, y además recibiremos más experiencia que nos ayudará a desbloquear más aviones.

A medida que la contienda se complica las misiones se vuelven más y más exigentes, de los inicios interceptando bombarderos sin apenas defensa a ataques en picado sobre portaaviones mientras innumerables Zeros nos disparan sin cesar a las 6 y nuestro artillero de cola trata de rebajar un poco la presión sobre nosotros. Porque la atmosfera esta realmente bien conseguida, algo que por otra parte viene siendo habitual en los simuladores de Gaijin, las explosiones de los antiaéreos, las balas trazadoras, el aceite en el cristal de la cabina, el traqueteo de nuestra avión, todo ello mientras el cielo que nos rodea esta cubierto de aviones (más de 30 en ocasiones) y  hay decenas de barcos en el mar. La experiencia es sumamente gratificante por poco que nos dejemos llevar en esa atmosfera. 

Hay una máxima en todos los simuladores de vuelo (o debería haberla) y es que lo más importante a la hora de simular un avión no es una replica exacta de los mandos, ni siquiera de la física de los modelos, si no que el simulador sea lo suficientemente suave como para realizar los procedimientos ya de por si complicados con fluidez. ¿Qué hay más desagradable que justo antes de aterrizar tu simulador tenga una caída de frames importante, y lo que era una alineación perfecta con la pista sea un desastre segundos después? Ese apartado Birds  of Steel lo supera con brillantez. Hemos entrado en combates con más de una veintena de aviones, explosiones, disparos, aviones despegando de portaaviones, humo y aviones estrellándose sin notar ni siquiera una pequeña bajada de frames. Que el escenario sea mayoritariamente mar (excelentemente recreado a baja altura por otra parte) y el simulador no tenga que además añadir cálculos de mesh en abundancia ayuda, seguro, pero en cualquier caso el resultado es excelente.

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La campaña ya de por sí puede darnos unas cuantas horas en cada bando (tampoco muchas) para completarla, pero el juego tiene varios modos que alargan su vida espectacularmente. Tenemos cometidos aparte como las misiones individuales, y ya no sólo en el pacifico, si no como si fuera una extensión del Birds of Prey tenemos el escenario del mediterráneo, o el frente oriental y el occidental, cada uno con media docena de misiones y una veintena en el escenario del pacifico. Una interesantísima campaña dinámica, con ocho escenarios como el asedio de la isla de Malta o la batalla del Ruhr, cada uno con más de diez misiones que cambian totalmente dependiendo del año, el bando o la modalidad de juego que escogemos. Además la campaña dinámica te permite crear la partida online, privada o jugar desconectado. La cantidad de opciones diferentes que manejamos es realmente abrumadora. Si por ejemplo se nos ocurre cambiar la campaña dinámica un año, digamos el 44 en lugar del 41, sobre Malta, son dos misiones totalmente distintas. El único inconveniente es tener desbloqueado el tipo de avión requerido en cada misión.

Tiene además un potente editor de misiones (usado para crear todas las del juego), con todo tipo de opciones, desde los efectos meteorológicos, la hora del día, donde queremos empezar la misión, habilidades de aliado y enemigos etcétera, o simplemente dejarlo al azar. Ya dejando de lado las misiones propiamente dichas  tenemos un apartado de “eventos” al más puro estilo Gran Turismo donde encontramos misiones concretas y especiales online, durante esta semana podremos unirnos a un grupo de bombarderos Lancaster para hacer volar por los aires una fábrica alemana. Cada semana se incorporarán eventos nuevos. Algo similar ocurre con los “torneos” online que periódicamente se irán renovando. El multijugador nos permitirá crear combates aéreos de hasta 16 jugadores, con diversos modo de juego, como dominación aérea o de aeródromos en diferentes escenarios. No hemos tenido ningún problema para encontrar partidas creadas o crear las nuestras, pero hay ahí arriba ya unos cuantos ases que juegan como si llevasen toda la vida volando.

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Hangar

Otro de los aspectos positivos de “Birds of Steel” es su hangar. Estamos hablando literalmente de casi 100 modelos diferentes de aviones, muchos recogidos de anteriores ediciones pero que lo ponen en primera línea en cuanto a variedad de aviones. De esos 100 hay muchas versiones del mismo modelo y no todos tienen cabinas interiores como los bombarderos, pero el trabajo es enorme y no podemos hacer otra cosa que felicitar a Gaijin por semejante esfuerzo. El modelado de los aviones es excelente si bien algunas de las texturas externas del avión y en algunos modelos en concreto no son de muy buena resolución, pero suponemos que es el precio a pagar por mover todo lo que mueve en una consola.

En general gráficamente no pasará al hall of fame de los videojuegos, pero el excelente detalle en el interior de las cabinas, en las nubes, el mar y los vuelos a baja altura hacen que no estemos pendiente de la calidad en algunas texturas. Mientras que el sonido es realista a cien por cien (no hemos volado rodeados de explosiones pero no debe diferir mucho), consiguiendo que las explosiones, las ráfagas de la ametralladora, los gritos por la radio se mezclen consiguiendo un lienzo sencillamente excepcional. La banda sonora también es digna de mención con unos momentos épicos y con esos acordes tristes y pegadizos que nos recuerda inevitablemente a series como Hermanos de Sangre.

8.3

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.