Endless Dungeon, impresiones. Un desafío mejor en compañía

El universo Endless parece que, como su nombre indica, puede albergar un número ilimitado de géneros y conceptos. Lo hemos vivido a través de sus diferentes juegos de estrategia, en el pasado y en el futuro, pero también en experiencias roguelikes como Dungeon of the Endless, un díficil y estiloso juego que supuso la primera salida del estudio francés Amplitude fuera de su zona de confort. La experiencia resultó lo suficientemente provechosa y estimulante para repetirla, aunque subiendo la apuesta y añadiendo nuevos elementos que hacen a Endless Dungeon un título a seguir cuando sea lanzado el próximo 18 de mayo para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series y PC.

Creciendo a raíz de una semilla

La semilla de Endless Dungeon está en el modo multijugador de Dungeon of the Endless, un modo añadido casi como un extra, muy básico, pero que demostró ser bastante popular, lo que sorprendió a los propios desarrolladores y les dio pistas para continuar en esa dirección. Con esta secuela empezaron usando de cimientos los elementos básicos del primero, pero esta vez teniendo el multijugador en mente desde el principio o, para ser más exactos, al colaborativo. Con la idea de demostrar esta faceta, Sega invitó a medios de todo el mundo a una sesión online de varias horas para comprobar cómo funciona esta faceta en detalle.

Romain de Wauberty (CEO) y Jeffrey Spock (Director de Narrativa) nos dieron la bienvenida a esta sesión, de cara a introducirnos algunos conceptos claves y a hablarnos de algunos aspectos ya conocidos del proyecto. Se nos ofreció unas pinceladas del mundo, del trasfondo de los personajes y de cómo hay un elemento narrativo en cada uno de ellos, que explican sus fortalezas y debilidades y les da una personalidad más allá de dar tiros. También se nos mostró algunas pinceladas del desarrollo narrativo bajo el que trataremos de desentrañar los misterios que nos aguardan en la estación espacial en la que están todos atrapados.

Si has jugado a Dungeon of the Endless, buena parte de los conceptos se mantienen iguales. La secuela ha descartado el pixelart para apostar por un estilizado 3D, pero el principio sigue siendo el mismo. Empezamos en una habitación, con un cristal y deberemos buscar la forma de llevar ese cristal a la habitación en donde se encuentra la salida para poder avanzar a la siguiente zona. En cada habitación hay diferentes punto fijos en los que podemos instalar sistemas de defensa autónomos como distintos tipos de torretas, a cambio de recursos.

No sabemos qué hay en cada habitación hasta que entremos, pero hay veces que nos encontraremos “nidos” de criaturas y en ese momento en el que tendremos que prestar atención. Una vez que hayamos encontrado estos lugares, cada cierto tiempo generarán enemigos en forma de oleadas, que bien pueden atacarnos, o atacar el cristal sin el que no podremos salir del lugar. Tanto si morimos, como si dejamos que acaban con el cristal, será el fin de partida y volveremos al punto de partida. Pero tampoco podemos dejar de evitar abrir habitaciones, ya que conseguir recursos depende de que abramos las susodichas puertas, además de que es necesario hacerlo en orden de encontrar el punto de salida.

Explorar para avanzar

Hay también una serie de recursos a tener en cuenta: Industria, Ciencia, Alimentación y Polvo estelar -uno de los nexos comunes que conecta a todo Endless-. Con Industria podemos fabricar torretas autónomas que nos ofrecerán distintos servicios, desde fuego adicional a protección, pasando por campos de estasis para frenar el avance de los enemigos a otras funcionalidades. La Alimentación nos permitirá comprar diversos objetos para mejorar a nuestro personaje. La ciencia nos permite avanzar nuevas y más avanzadas torretas e instalaciones que podemos usar, mientras que el polvo nos servirá para “encender” ciertas habitaciones y poder usar los recursos que se encuentran en ella.

En la obtención de recursos vuelve a tener una gran importancia la presencia de los generadores que podemos instalar. Cuando encontremos una localización adecuada, y si tenemos los recursos para ello, podremos instalar un generador del tipo de recurso que necesitamos más y obtener así un extra en la cantidad que extraemos cada vez que abrimos otra puerta. Pero estos generadores también pueden ser proclives a ser atacados por los diferentes enemigos que surgirán de sus nidos, por lo que tienen que ser también defendidos.

El punto crítico vuelve a ser cuando necesitamos mover un cristal de un lado a otro, ya que es entonces cuando todos los nidos de enemigos entrarán en ebullición y empezarán a soltar hordas de enemigos sin descanso hasta que nos destruyan o consigamos depositar el cristal en otro sitio. En vez de llevar el cristal en la mano, éste contará con un sistema autónomo de movimiento (que se puede mejorar para ser más resistente y más rápido, entre otras cosas). Una vez que lo movamos, deberemos tener bien clara la ruta que seguir, fortificar las posiciones más delicadas y prepararse para aguantar mientras vamos en marcha. En esto también es importante la composición de nuestro grupo, ya que cada uno de los estrambóticos personajes tiene sus particularidades, que hay que entender.

Es posible jugar en solitario, de forma parecida a Dungeon of the Endless, alternando entre los distintos personajes que forman nuestro grupo y marcando patrones básicos a los que quedan al control de la AI (” sigue al jugador” o “permanece estático y defiende la posición” ). Pero esta nueva entrega tiene un elemento más marcado de Hack’n Slash, lo que requiere de un control más directo e intensivo que los ataques automáticos del anterior trabajo. Por eso queda claro que la opción de jugar con otros jugadores bien coordinados será la más deseable y a lo que está más orientado.

Otro elemento que nos ha llamado la atención de nuestras horas con esta versión ya madura del juego es la cantidad de tipos de daño que hay, así como el conectado sistema de fortalezas y debilidades . Cada tipo de enemigo tendrá resistencias a un tipo de daño y debilidades a otro, de modo que es importante usar el arma adecuada en cada momento, además de trabajar adecuadamente con nuestros compañeros. Es posible alternar entre distintos de armas, que podremos ir comprando al comerciante, con estadísticas y cualidades bien distintas en cada ocasión, como corresponde a la naturaleza de roguelite con la que cuenta. Todo esto no hace sino enfatizar el elemento táctico del juego, que nos pedirá tanto que trabajemos bien juntos como que sepamos bien qué construir y qué usar en cada ocasión. Los recursos son compartidos, así que es necesario un buen grado de entendimiento para que todos creen estructuras útiles, donde sean necesarias.

Por otro lado, el proyecto sigue teniendo ese toque de clase que Amplitude suele dar a sus juegos en cuanto a presentación, estética y componente audiovisual. Quizás haya perdido un poco de personalidad respecto al pixelart del anterior trabajo, pero el paso al 3D es sólido y se han incorporado una gran cantidad de detalles, animaciones y pequeños toques visuales que dan una mayor efectividad a la acción y le dan al mundo un mayor trasfondo. Además, vuelve a contar con la figura de Arnaud Roy, que hizo un magnífico trabajo con la banda sonora de Dungeon of the Endless; a su dominio de los sintetizadores y gran gusto se le añade la presencia de la cantante Lera Lynn, de la que ya hemos podido ver dos singles para el tema principal “Free Again” y un segundo llamado “The Garden” que suenan fantásticos.

Endless Dungeon nos dejó una buena impresión y, si convence, puede ser una apuesta bastante sólida de PVE para los siguientes meses. Está claro que es algo a lo que aspira Amplitude, de cara a realizar más contenido y tener un título de largo recorrido en su catálogo.