Tales of Symphonia Remastered, análisis. Un clásico que merecía más

Hay una larga lista de capítulos de la saga Tales of que siempre motivan al jugador a volver a completar. Uno de los más queridos por los seguidores de la franquicia de Bandai Namco es Symphonia, el quinto lanzado para la consola GameCube de Nintendo que posteriormente fue lanzado a otras plataformas, tanto en solitario como en pack con otros títulos.

Lo que tenemos hoy entre manos es Tales of Symphonia Remastered, una excusa para no fallar a la cita de aparecer en consolas posteriores tras su lanzamiento original porque, por mal que nos pese, esto es lo que parece tras haberlo jugado. Aquí hemos probado la versión de PlayStation 4 utilizando una PlayStation 5 y esto es lo que nos ha parecido.

Con más brilli brilli

Tales of Symphonia Remastered es el mismo videojuego que pudimos disfrutar en 2004 para GameCube, ni más ni menos. La aventura de Lloyd, Colette y su grupo de amigos para restaurar el maná de Sylvarant. Un viaje de peregrinación a los diferentes templos que existen en el mundo para despertar a los espíritus que darán poder a Colette hasta que cumpla su cometido de convertirse en ángel y poder así traer la paz una vez más al mundo. Tenéis más detalles sobre el título en nuestro análisis original y, rizando el rizo, también en el análisis dedicado al recopilatorio que se lanzó para PlayStation 3 junto a su continuación.

Vamos a ser francos y no vamos a andarnos con rodeos; esto no es lo que pedíamos. Le falta mucho para ganarse a pulso la coletilla de Remastered puesto que salvo pequeños cambios en la jugabilidad y correcciones aparte, estamos ante el Tales of Symphonia de siempre pero con más lustro. Y sin embargo ni en esto último es capaz de destacar.

Primero y más importante es que la versión que nos ofrecen es la misma que ya vimos en el recopilatorio lanzado para PlayStation 3, o lo que es lo mismo, resolución a 1080p y 30 frames por segundo. No hay opción alguna en consolas “superiores” —si es que hace falta tanta potencia para lograrlo— para disfrutar del juego a 4K. Más sangrante aún para gran parte de los aficionados es el hecho de no elevar la tasa de imágenes a los 60 cuadros por segundos, algo que curiosamente el juego original traía de serie en GameCube. Tampoco hay cambios en la banda sonora puesto que es la misma y tanto las voces en inglés como en japonés no sufren cambio alguno ni tampoco son novedad.

Por si fuera poco y para enervar aún más a los seguidores de la saga, el apartado gráfico puede despertar más odio que alabanzas. Desconocemos qué tipo de técnica —seguramente upscaling— ha utilizado Bandai Namco para “mejorar” los modelos y texturas del videojuego pero lo que está claro es que flaco favor le han hecho. Tanto los protagonistas como los personajes secundarios se ven extraños, como si de un juego flash se tratara. Se nota cierto estiramiento en las texturas y los detalles en el ropaje se ven como demasiado acentuados —además de con cierto pixelado—. Por el camino se pierden detalles y luce menos natural que la versión original para ordenador, por ejemplo.

Otro detalle a tener en cuenta, al menos jugando a Tales of Symphonia Remastered en PlayStation 5, es que el título tiene algo subido el brillo, contraste y saturación en los colores, y algunas áreas las llega a quemar, llegando a alterar los colores originales. No sabemos si esto solo ocurre con la última consola de Sony pero es algo que se ve a simple vista a la hora de seleccionar el título en el menú principal de PlayStation 5 o en el fondo que aparece al cargar el título. Hemos hecho pruebas con nuestro televisor y aplicado diferentes cambios a estas características logrando mejorar la experiencia pero empeorando la del resto de títulos que hemos probado. Es posible que sea también nuestra percepción y no ocurra con el resto de lectores pero no está de más señalar esta experiencia.

Un 20 aniversario descafeinado

Tales of Symphonia Remastered no era lo que el público esperaba ni por asomo. Después de jugar durante bastantes horas a este en teoría renovado lanzamiento, se nos ha quedado la cara de pocos amigos. Sucedió hace poco de forma similar con el relanzamiento de Persona 3 Portable siendo este un port al uso de la versión PSP pero al menos esta versión traía cambios algo más palpables.

Las sensaciones al tomar el control de ToS Remastered son la de un remaster —si se le puede llamar así— hecho con prisas y con la intención de exprimir un poco más al fanático de la saga. Tanto es así que incluso comparte los mismos trofeos que tenía el juego en su versión para PlayStation 3. Ahora mismo y salvo que la compañía anuncie futuros parches para actualizar el juego a lo que el usuario esperaba, solo podemos recomendar sacar del trastero una consola PlayStation 3 y echarle el guante a Tales of Symphonia Chronicles o la versión del título original para Steam. Incluso si sois uno de esos afortunados, sacar a relucir vuestra copia de GameCube, quizás la mejor decisión.

Es un poco triste que en la celebración de su 20 aniversario se haya ofrecido este producto a sus fans. El título es el mismo de siempre con sus batallas en tiempo real y posibilidad para cuatro jugadores, su apasionante historia, sus escenas de diálogo entre los compañeros de grupo y su dificultad a la antigua usanza, pero esta versión no añade nada ni mejora en absoluto al original más allá de adecentar un poco el apartado gráfico. Y este punto es fácilmente rebatible.

Sabemos que muchos os guiais de las notas a la hora de acercaros a una tienda especializada y comprar el videojuego, y por ello queremos dejaros claro que la puntuación que le hemos otorgado a esta versión se basa más en los aspectos técnicos y el trato que ha recibido el capítulo que en la calidad del mismo. Tales of Symphonia es un título legendario, de esos que cuando lo completas —puede durarnos incluso tres cifras— te sientes vacío. A estas alturas nadie podría poner en tela de juicio prácticamente ninguna entrega de la saga pero Tales of Symphonia Remastered, una vez más, no es lo que el usuario esperaba para un título tan emblemático dentro de la franquicia.