Análisis de Stellar Blade, Eve ha llegado para quedarse

Quienes jugaran a la demo de Stellar Blade hace unas semanas, se quedarían con la misma impresión: reúne influencias de algunos de los mejores juegos de acción de los últimos años, un sistema de combate con muchas posibilidades, una ambientación de ciencia ficción con carácter… Pero también generó dudas, tratándose de una nueva IP y del primer gran lanzamiento AAA de los coreanos de Shift Up: ¿sería capaz de aguantar todas esas virtudes y explotarlas a lo largo de toda la aventura?

No es fácil conjugar tantas mecánicas jugables, y habilidades, y ser capaces de dejar al jugador disfrutar de todas ellas. Es habitual que, cuando el jugador realmente se siente poderoso, el juego se encuentra en su recta final, pero no es este el caso, y es que la curva de aprendizaje de Stellar Blade es magnífica.

El sistema de combate es capaz de sostener todo el juego

EVE es una protagonista que al comienzo del juego, y como ya pudimos ver en la demo, comienza siendo prácticamente una aprendiz de espadachina, y se muestra incluso frágil ante la decisión y la bravura de su compañera de aventuras inicial, Tachy. Sin embargo, con el transcurrir de las horas, se mostrará como una guerrera con decenas de habilidades que, entre todas ellas, completan uno de los sistemas de combate más profundos que hemos visto en mucho tiempo, y eso, sorpresa, habiendo únicamente una sola arma: Filo Sangriento, su inseparable espada. Creednos: no vais a echar de menos en absoluto un arsenal mayor.

A los habituales ataques normales y fuertes, con sus correspondientes combinaciones, hay que sumar las habilidades beta, que al contrario que en otros títulos, no se utilizan de manera indiscriminada: cada una de ellas es útil en una situación concreta, y no podemos llevarlas a cabo sin ton ni son. Ya pudimos echarles un primer vistazo en la demo: Triada (un estoque hacia delante) y Movimiento Sísmico (una serie de tajos en horizontal) son útiles cuando nos enfrentamos únicamente a un solo enemigo especialmente poderoso, mientras que Corte (un tajo en círculo para hacer daño de área) es una buena solución para momentos en que nos sintamos rodeados. Por último, Interruptor de Escudo se define simplemente con su nombre. En definitiva, cada una de ellas (todas mejorables en varios nodos) tiene su función, y no podemos descuidar ninguna a la hora de hacerlas progresar gracias a los puntos de experiencia que conseguimos.

Mientras, Parpadeo y Rechazo nos sirven para situarnos detrás del enemigo o impulsarnos desde él mismo hacia atrás respectivamente, en un sistema de combinaciones que dependerá del color del ataque rival para saber cuál usar, mientras que el momento en el que Filo Sangriento brille será el adecuado para llevarlo a cabo.

Como no podía ser de otra manera, para defendernos tenemos esquivas y bloqueos, los cuales, si realizamos en el momento preciso, tendremos la oportunidad de asestar ataques aún más letales… siempre que aprendamos la habilidad correspondiente, y eso es algo que Stellar Blade hace magníficamente bien: estamos desbloqueando nuevas habilidades, y aprendiendo a combatir mejor, hasta el mismísimo jefe final. De hecho, de los cinco árboles de habilidades presentes en el juego solo dispondremos de tres al comienzo, y pasarán muchas horas hasta desbloquear el cuarto, de las habilidades de Estallido –las más espectaculares-, y el quinto, del cual no podemos hablar ya que sería entrar en spoilers argumentales.

Hemos visto muchas posibilidades, pero aún quedan más, y es que tras varias horas, se desbloqueará el Dron como arma, ya que al comienzo nos acompaña con la voz de Adam, y posteriormente de Lily, nuestros dos inseparables amigos. Es un arma accesoria, pero imprescindible. Nos explicamos: por sí misma tiene poca utilidad, pero tras llevar a cabo un Rechazo con éxito, el enemigo queda aturdido dejando a la vista su punto débil, siendo ese el momento en que aprovechamos para bañarlo de plomo. Además, el juego en ciertos momentos nos priva de Filo Sangriento, obligándonos a jugar durante un buen rato como si de un third person shooter se tratara.

Cada decisión de diseño en relación al combate en Stellar Blade es acertada. No es el típico juego en el que te sientes en una zona de confort en la que con ataques normales, fuertes y tres o cuatro habilidades puedes pasártelo completo. Ni siquiera te deja entrar en esa zona de confort, ya que tras desbloquear una habilidad (en el árbol, o bien como parte de la historia), el juego te coloca en una situación en la que te ves obligado a usarla. De esta forma, llegas más que preparado para un final donde necesitarás de tus mejores dotes como jugador.

Al contrario de lo que pudimos pensar en un principio -hablamos del momento de su anuncio-, Stellar Blade no es un hack & slash, sino que a lo que nos vamos a enfrentar son enemigos normalmente fuertes y capaces de derrotarnos de dos golpes, y en muy raras ocasiones tendremos enfrente una horda de enemigos. En efecto, en este sentido es más parecido a un juego de From Software que a uno de Platinum Games, aunque desde el punto de vista artístico nos recordará más a la obra de los segundos. Sin embargo, la presencia de campamentos para recuperar salud, que resucitarán a los naytibos –nombre con el que se conoce a los enemigos del juego-, beben directamente de la influyente fórmula de Hidetaka Miyazaki y compañía.

Mención aparte merecen los jefes finales: duros, muy duros. Olvidáos de derrotarlos en el primer encuentro: hay que intentarlo varias veces, aprender sus patrones de ataque para ser capaces de contrarrestarlos con bloqueos perfectos, en una sucesión rítmica digna de Sekiro: Shadows Die Twice o a su peculiar y divertidísima manera, Hi-Fi Rush, y sobre todo, utilizar nuestras habilidades más letales. Para bien o para mal, los ataques normales hacen muy poco daño a los enemigos más duros del juego, que van a exigir de nosotros una maestría casi absoluta a los mandos de Eve.

Mucho más que combatir: una sorprendente variedad en su desarrollo

La personalización de nuestra protagonista va más allá de los polémicos trajes, los cuales tienen -salvo el más “popular”, que dificulta el juego- una mera utilidad estética. De hecho, podríamos hablar de que es posible experimentar con ciertas builds gracias al Equipo y las Exoespinas, diferentes accesorios que nos otorgan mayor daño cuerpo a cuerpo, camuflaje -sí, se puede acabar con los enemigos con sigilo-, reducir el daño a distancia, etc... hasta completar decenas de combinaciones posibles.

Pero sorprendentemente, no todo es combatir en Stellar Blade, y hemos encontrado durante las decenas de horas de aventura muchas secciones de plataformas, puzles basados en el entorno -lo suficientemente fáciles para no atascarnos, lo suficientemente difíciles para que no resulten insultantes-, y en general, una variedad de situaciones que no esperábamos descubrir. Este desarrollo es eminentemente lineal, en escenarios relativamente acotados aunque no exentos de atajos y zonas ocultas, pero quienes quieran perderse farmeando y cumpliendo misiones secundarias –poco inspiradas, eso sí-, podrán hacerlo tanto en el páramo como en el desierto, los dos escenarios más abiertos del juego. No son entornos especialmente grandes, ni tampoco bonitos, y aunque podamos encontrar algún secreto en ellos que valga la pena descubrir, dejan la sensación de que el juego no habría sido peor sin ellos. Tampoco mejor, porque son, como decimos, completamente opcionales y de cara a la historia principal, totalmente irrelevantes.

Efectivamente, no todo es perfecto en Stellar Blade, y es que estos entornos cumplen un papel más de matarratos que de realmente aportar algo importante al gameplay, no digamos ya a la narrativa. La mayoría de misiones secundarias se llevan a cabo en estos dos mapas, salvo alguna en la que no necesitaremos salir de Xion -la ciudad-, y donde no faltará la típica señora a la que se le ha perdido el gato y nos pedirá que lo busquemos. Por supuesto, tampoco falta un minijuego de pesca, como no podía ser de otra manera. Sin embargo, entendemos que no todos los jugadores son igual de hábiles, y como punto de farmeo cumplen su función, aunque hay que dejar claro que la experiencia al derrotar enemigos solo sirve para desbloquear habilidades, ya que para mejorar el daño del arma o la vida y energía beta máximas hay que encontrar objetos ocultos que obviamente, están limitados.

Mención aparte merece su banda sonora, maravillosa, y que con voces femeninas y melodías melancólicas, nos ha recordado irremediablemente a la de otro grande del género, como es Nier Automata. Se trata de música de la que nos gusta escuchar mientras trabajamos, y estamos deseando que esté disponible en las plataformas de streaming para ponerla en bucle una y otra vez.

Este análisis ha sido realizado con un código de review suministrado por PlayStation.