Análisis de Blasphemous 2: Mea Culpa, un DLC que invita a pecar de nuevo

Perdónanos, padre, porque hemos pecado. Nos hemos pasado el año hablando de Prince of Persia como el mejor metroidvania desde Hollow Knight y de Neva como el mejor juego español de la última década. Entregados por completo a la hipérbole, hemos estado a punto de negar tres veces al Penitente antes de que cantara el gallo. Y por más que tuviéramos los DLC de la primera entrega como precedentes, nos hemos negado a creer en la resurrección de Blasphemous 2 hasta que han llegado The Game Kitchen y Team 17 y nos han obligado a meter la mano en la herida de su costado. Llámese herida, llámese llaga, llámese expansión. ¡Bienaventurados los que también vayan a sumergirse en ella porque ha resultado ser muy barata, muy castiza y muy buena!

Dos expansiones en una

Ha pasado poco más de un año desde que analizáramos el milagro de Blasphemous 2 y sus 7 pecados capitales. Entre los puntos negativos de aquel texto se encontraban “la falta de motivos para rejugar” y la sensación de que aquel viaje por Cvstodia había sido “sensiblemente más fácil” que el anterior. Dos debilidades que pronto dejarán de existir, pues el juego va a incorporar sus propias cuentas de rosario. Dos DLC (uno gratis y uno de pago) que invitan a una segunda penitencia y aumentan el desafío.

El nombre de la actualización gratuita (Verdadero Tormento) ya lo dice todo. Trae consigo el ansiado modo Nueva Partida+ y permite personalizar y disparar el nivel de dificultad (o dicho de otro modo para los masoquistas como nosotros, ¡los pinchos vuelven a ser letales!). También amplía escenarios como Coro de las Zarzas y Dédalo de Bajamar con salas extras que, además de añadir enemigos y objetos inéditos, conectan el mapa de nuevas formas. Atajos para desplazarse por Cvstodia con mayor rapidez y comodidad. Rejugabilidad, calidad de vida y dificultad.

Pero la joya de la corona y el contenido que hoy nos ocupa es Mea Culpa, una expansión con dos áreas completamente nuevas. Llamadas Gélido Reposo y Santa Vigilia, incluyen sus propios jefes y misiones secundarias, un final alternativo para la historia, más rezos y cuentas de rosario, así como 9 temas inéditos del maestro Carlos Viola y otros 9 logros y trofeos para coleccionistas. Su gran novedad es un cuarto arma, la espada del primer Penitente que da nombre al DLC, y que no solo aportará a los combates, sino también al componente plataformero. En total, hablamos de entre 2 y 4 horas de juego por 11.99 euros.

Volver a Blasphemous 2 no ha sido ninguna penitencia, sino un auténtico placer. A nivel audiovisual sigue siendo uno de nuestros metroidvania favoritos y continuamos pensando que cuenta con una ambientación digna de estudiarse en las universidades y con uno de los mejores doblajes al castellano jamás hechos. Mea Culpa es una excusa fantástica para regresar a Cvstodia y, aunque sabemos que The Game Kitchen anda sumida en muchos otros proyectos (como All On Board! y The Stone of Madness), este DLC nos ha recordado las ganas que tenemos de Blasphemous 3. Que nadie pierda le fe.

Como habréis visto en la galería sobre estas líneas, la expansión entra por los ojos y ofrece algunos escenarios y diseños arrebatadores. Aún así, dos zonas dan para lo que dan y encontraremos poco más de cinco enemigos nuevos. Si os habéis pasado el juego de antemano, ninguno os dará especial batalla. Sucumben ante un par de golpes de Veredicto y no incitan a cambiar demasiado la build para trastear con las figuras de retablo y los versos y cantos que se han incorporado. Los hay interesantes (como escudos o torbellinos de fuego), pero estamos tan rotos y es tan sencillo que los hemos probado por cumplir más que por verdadero interés.

Sirva de ejemplo que buena parte de las amenazas ahora son a distancia y que se ha puesto especial énfasis en la defensa contra proyectiles, pero ni por esas sentiremos la necesidad de cambiar nuestro rosario. Las dos áreas se antojan facilonas, jefes incluidos, y casan mejor con la experiencia de quien tope con ellas a mitad de una primera vuelta que con quien las afronte a modo de endgame. Queda patente que la dificultad y lo interesante de Mea Culpa no reside en el combate.

En realidad, lo complicado de la expansión es precisamente lo que menos nos ha gustado. Resulta fácil perderse y quedarse bloqueado. Aunque esté claro lo que tenemos que hacer para avanzar, esconder llaves y poderes fuera de Gélido Reposo y Santa Vigilia nos ha parecido un error. Obliga a mirar el mapa original con lupa y a patearse los escenarios ya vistos en busca de algo nuevo. Y como Verdadero Tormento (la actualización gratuita) también incorpora salas inéditas, a veces se confunden ambos contenidos y uno acaba pasándose horas sin lograr avances. El DLC alarga su vida recurriendo a un backtracking de lo más frustrante.

Un arma para gobernarlas a todas

Tampoco queremos terminar con la nota negativa, pues como decíamos, volver a Cvstodia siempre es una alegría (aunque sus habitantes nos matarían si nos oyeran). Permitidnos entonces reivindicar las nuevas mecánicas, y en especial las relativas a Mea Culpa, el mítico arma del primer Penitente y la espada que da nombre a esta expansión. Se intercambia con Ruego al Alba, y tiene un estilo de combate similar (a ver quién vuelve a ella), que en este caso premia un enfoque más agresivo y vertical con un modo berserker que permite quitarnos culpa de encima con cada golpe. Un serio rival para la hegemonía de Veredicto en combate y para los desafíos de plataformas de Sarmiento y Centella.

Porque fuera de la contienda, cada golpe con Mea Culpa ‘dispara’ una sombra hacia delante a la que podemos teletransportarnos, lo que permite atravesar zarzas y otros obstáculos. Al combinar esa habilidad con el doble salto y el dash en el aire, el juego presenta unas nuevas secciones de plataformas de lo más interesantes. Incluso sin la espada de por medio, se nota que el resto de la expansión también pule y explora en ese campo con nuevos suelos quebradizos e interruptores que hacen aparecer y desaparecer muros y zonas de agarre. Nada realmente original dentro del género, pero interesante para la fórmula Blasphemous. Pareciera un ilusionante campo de pruebas para futuras entregas.

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