Far Cry 6: Sin rumbo entre mundos, impresiones. Perdidos en una realidad alternativa

La locura va implícita en el ADN de la saga Far Cry. Un asunto tan grave como la dictadura cae en el sarcasmo, aunque de fondo se toquen temas relevantes caricaturizados. Si la sexta entrega principal nos llevaba al corazón de una república bananera, la expansión Sin rumbo entre mundos da un giro de tuerca a su propuesta. Dani Rojas, la protagonista de Far Cry 6, se ve envuelta en una delirante historia de aliens y grietas espacio-temporales.

El contenido postlanzamiento de Far Cry 6 se ha nutrido del género roguelite para que el jugador se introduzca en la mente de varios villanos de la saga principal. Dentro de sus cabezas, los escenarios se retuercen, cambian de forma, adquieren un aspecto surrealista. Parte de esa esencia está presente en Sin rumbo entre mundos, aunque en esta ocasión haya alienígenas de por medio.

Y por si la dictadura no fuera suficiente, ahora cae un meteorito

Esta versión alternativa de Yara surge después de que un extraño meteorito se estrelle en la ista. De repente, Dani descubre que está encerrada en una realidad que no le pertenece. Pronto se le aparece Fai, una forma de vida no corpórea y alienígena que hace gala de un vocabulario lenguaraz y afilado contra nuestra protagonista, a la que insulta sin miramientos. El objetivo a partir de ahora será reparar la nave de Fai, por lo que habrá que buscar cinco fragmentos a fin de encontrar una posible vía de escape.

Uno de los aspectos interesantes de esta expansión es que cada una de las localizaciones funciona bajo distintas condiciones. Todas son zonas de Yara, pero sometidas a los efectos del surrealismo más estrambótico. Entre las grietas descubriremos lugares peligrosos, espacios donde los rayos caen continuamente, las llamas arden en las plataformas o los escenarios rotan mediante ingeniosos mecanismos, que deberemos de manipular y usar en nuestro beneficio. Que cada espacio esté diseñado teniendo en mente parámetros concretos aporta frescura y reduce la sensación de reiteración en el que a menudo caen los juegos de tipo roguelite.

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El título desarrollado por Ubisoft Toronto da libertad al jugador, pues este transita por diferentes portales que conducen a zonas diferente. No importa el orden, solo trazar el camino hacia los cinco fragmentos de cristal que necesitamos para arreglar la nave de Fai. Nada tiene sentido argumentalmente, no hay explicación de por qué ha caído un meteorito alienígena, pero tampoco lo necesita. Es una expansión centrada en la jugabilidad, ni más ni menos.

Estructura roguelite y 'gunplay' cromático

A los mandos, Far Cry 6: Sin rumbo entre mundos no cambia con respecto al título principal. Todas las acciones se llevan a cabo como en el juego base, lo que cambia es la estructura y la premisa roguelite. Esto se traduce en que si mueres tienes que volver a empezar desde el principio, si bien hay unos cristales que te permiten regresar a la zona en la que estabas (si tienes los suficientes). Al conseguir cada uno de los fragmentos, Fai te proporciona una pieza de equipamiento que puedes utilizar para interactuar con los escenarios y acceder a lugares antes vedados: es lo único que no desaparece al reiniciar la run.

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De las novedades a reseñar, cabe destacar el aspecto cromático del combate. Hay enemigos de color rojo y enemigos de color azul. A cada uno le afecta un tipo de arma diferente, que se representa en pantalla mediante esos mismos colores. De este modo, si tenemos un contrincante azulado tendremos que usar el arma del mismo color y viceversa. El cambio se realiza rápidamente a través de un único botón.

Far Cry 6: Sin rumbo entre mundos ya está disponible en Xbox One, Xbox Series X, Xbox Series S, PS4, PS5 y PC. Se trata de un producto sólido, si bien Ubisoft ha abusado demasiado de la fórmula roguelite, que también ha utilizado en el modo gratuito de Assassin's Creed Valhalla, La Saga Olvidada. Lee aquí el análisis del juego base.