The Callisto Protocol, ya hemos jugado al terror visceral con sello español del padre de Dead Space
Pasamos por la primera sesión de juego de The Callisto Protocol a tan solo un par de meses de su lanzamiento oficial. ¿Estamos ante el tapado del año?
The Callisto Protocol absorbe tu energía. No hay un segundo de descanso en el survival horror capitaneado por Glen Schofield, quien dio el salto a la fama por su visión en la franquicia Dead Space. Lo que nos hemos encontrado en la primera sesión de juego es diferente a lo que pensábamos. Va más allá de apretar el gatillo sin ton ni son: los recursos escasean y los enemigos son implacables si les dejas espacios. Sin advertirlo se te induce a aprovechar todas las herramientas a tu alcance para poder sobrevivir.
MeriStation visita la sede de Striking Distance Studio en la ciudad de Zaragoza para conocer los entresijos técnicos tras el juego, y poder charlar tanto con el propio Schofield como con Jorge Jiménez, quien capitanea el equipo afincado en España.
Un equipo a medida para trasladar el terror al videojuego
Tras la revelación de The Callisto Protocol durante la edición 2020 de The Game Awards supimos que Krafton, el gigante ligado a PUBG, había invertido en la fundación de un nuevo estudio en San Ramón, California. El elegido para liderar esta nueva aventura no fue otro que Glen Schofield, veterano de la industria que afrontaba esta nueva etapa en su carrera tras abandonar Sledgehammer Games, que fundó junto a Michael Condrey dentro de la estructura de Activision.
Es durante su etapa en la franquicia Call of Duty donde conoció a Jorge Jiménez, un joven zaragozano que trabajó durante siete entregas de la franquicia como director técnico en investigación y desarrollo gráfico. Muchos de los avances gráficos entre Call of Duty: Ghosts y el reboot de Modern Warfare son obra de Jiménez y su equipo, algo que no pasó desapercibido para Schofield.
El consejero delegado de Striking Distance Studio quedó prendado del español por una demostración técnica que realizó sobre la evolución del comportamiento de los ojos en entornos virtuales. Tras casi 10 años trabajando juntos, Schofield buscó nuevas aventuras sin olvidarse de Jiménez. Para el desarrollo de The Callisto Protocol buscaba un apoyo técnico de confianza que pudiera darle el salto de calidad al terror sci-fi. Descolgó el teléfono para mandarle el siguiente mensaje: “¿Sabes qué? Te montaré un estudio y te daré la mejor tecnología”. La promesa se cumplió en cuanto Jiménez dio luz verde.
Tras la pandemia y los múltiples retrasos por las variantes de la COVID-19, no fue hasta el pasado mes de mayo cuando la oficina de Striking Distance Studio Zaragoza abría las puertas. De hecho, nuestra incursión junto a otros de profesionales del sector fue la primera visita externa que habían recibido. En este tour junto al equipo pudimos conocer el proceso prácticamente artesano que han realizado al fabricar el terror dentro de la prisión de Hierro Negro.
Jorge Jiménez nos guía por cada uno de los departamentos. Los detalles técnicos son alucinantes. La iluminación juega una parte fundamental en el proyecto; nos hablan de la técnica OLAT, cuyas siglas se refieren a One Light At a Time, que en castellano se traduce como Una Luz al Mismo Tiempo. Esto les permite dar un tratamiento controlado, personalizado y realista de la iluminación sobre los cuerpos en movimientos sin tener que depender de generar puntos de luz fake.
El uso del trazado de rayos les permite dar consistencia a la iluminación. Nos indican que en algunos momentos del juego habrá más de 100 puntos de luz diferentes incidiendo en tiempo real sobre el escenario. Tanto es así que incluso influye a los Biofagos, los enemigos deformes que intentarán darnos caza. Si nos fijamos al detalle veremos que partes de su cuerpo dejan pasar la luz; esa refracción de las pretuberancias por donde fluyen los líquidos de estos monstruos crea profundidad en el modelado. Además, su sistema de trazado de rayos incide sobre las sombras, que determina dónde y de qué manera se reflejan.
El músculo técnico detrás de The Callisto Protocol es fruto de una versión ultramodificada de Unreal Engine 4. De hecho, el propio Jiménez indica que esa personalización del motor de Epic Games es “su visión” de cómo tendrían que ser los siguientes pasos de la empresa con Unreal. También señala que no dar el salto a la quinta versión ha sido una decisión tomada por la naturaleza del juego. Las novedades de Unreal Engine 5 no encajaban en un escenario tan cerrado.
Limpiar asperezas y mejorar el detalle de los modelados fue otro de los trabajos encargados al equipo de Zaragoza. Nos muestran un ejemplo junto a una pequeña anécdota. La oficina en Estados Unidos les envió el material en bruto del escaneado 3D de los actores que dan vida a los personajes. Una vez completado el proceso devolvieron el contenido con las modificaciones realizadas aquí en España. “Fliparon”, nos comenta uno de los trabajadores, y lo cierto es que en la comparativa las diferencias saltan a la vista.
Durante toda la sesión saltaba a la vista la pasión con la que Jorge Jiménez transmitía los entresijos técnicos tras The Callisto Protocol. Es una persona humilde, que se aleja de los titulares pomposos y el ruido de las redes sociales. Se centra en su trabajo, en “buscar la siguiente montaña que escalar”, como él mismo describe en su página web. Para el gran público es desconocido, pero lo cierto es que estamos ante uno de los talentos de la ingeniería aplicada al videojuego en nuestro país.
No hay momento para el descanso
El tour tuvo un destino final excelente: un kit de desarrollo de PlayStation 5 con una build no definitiva de The Callisto Protocol ejecutada. La compañía nos avisa que nos vamos a enfrentar a los desafíos del tercer nivel, donde los jugadores ya tendrán en su poder los principales recursos iniciales. Nos colocamos los cascos sabiendo, en este caso, que nos enfrentamos a lo desconocido. El crujir metálico del suelo de la prisión acompaña nos acompaña paso a paso.
El escenario impone. Agarras el DualSense sabiendo que es tu único aliado para poder salir con vida. No hay jumpscares ni momentos que caen en el susto barato. El terror de The Callisto Protocol se transmite por la opresión del entorno. Recuerda inevitablemente a lo logrado en la USG Ishimura, pero se desmarca buscando un juego todavía más oscuro y visceral. Sus pasillos te ahogan. La muerte acecha en cada esquina.
Pronto descubrimos que Jacob, el protagonista de la aventura, cuenta con tres principales herramientas para huir de esta espiral de locura. La primera es una especie de porra eléctrica que permite un intercambio de golpes cercanos contra los Biófagos. Es la manera más económica (en cuanto a recursos se refiere) de realizar daño, pero va más allá: interrumpe animaciones, crea ventanas de oportunidades para poder encontrar esos segundos necesarios para poder recular de tu posición.
La segunda, en cambio, arroja plomo desde la palma de tu mano. La pistola realiza la mayor cantidad de daño que puedes hacer en este tramo del juego (posteriormente sumarás una escopeta, por ejemplo). Como ocurre con la porra, sus usos trascienden de lo puramente ofensivo: también es una herramienta de contraataque y defensa. Con ella puedes cercenar los miembros del enemigo, lo que les hace cambiar su comportamiento en batalla. En un momento de la sesión se nos presenta una capa más de profundidad. Algunos enemigos comienzan una mutación en un momento determinado, que suele ocurrir habitualmente cuando están cerca de morir. En ese momento puedes disparar hacia la zona que pretenden mutar, lo que les eliminará al instante. Si no lo haces te enfrentarás a una versión más poderosa del mismo enemigo. Casi nada.
La tercera y última herramienta presentada s un dispositivo de control por telequinesis. Al usarlo podremos mandar por los aires a los enemigos, acercar recursos alejados a nuestra posición y resolver ciertos rompecabezas que sirven como obstáculos fuera de la acción. Como decíamos con anterioridad, el juego te empuja silenciosamente a utilizar todas tus herramientas como si fueses un malabarista.
Los recursos escasean muchísimo. Recibimos munición para la pistola con cuentagotas. Cada vez que sumamos una bala al cargador es todo un alivio. Una encerrona con dos Biófagos puede ser mortal: no hay que subestimarles en absoluto. Posteriormente conocimos una tienda ingame con la que intercambiar objetos por modificadores para las armas, el sistema de telequinesis y el personaje en sí. A medida que avanzas hay una mejora, sin duda, pero en todo momento de la sesión nos sentimos casi indefensos. El movimiento es pesado, cada acción que realizas está medida para que tenga una penalización inmediata en la siguiente batalla. Es tan duro en lo jugable como bestia en lo visual. Durante la sesión calculamos que morimos una 20 veces. Pues bien, al menos vimos 8 animaciones de muerte diferentes… y gráficas. No se guarda nada.
¿El tapado del año?
Nuestra toma de contacto con The Callisto Protocol es muy positiva. Estamos deseando poder descubrir los secretos que aguardan en la Prisión Negra. ¿Mantendrá el nivel para convertirse en el tapado del año? Lo descubriremos el 2 de diciembre en PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One y PC.
- Acción
- Aventura
The Callisto Protocol es una aventura de acción y terror a cargo de Striking Distance Studios y Krafton Inc. para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5 y Xbox Series. En este juego narrativo de terror y supervivencia en tercera persona ambientado dentro de 300 años, el jugador deberá encarnar a Jacob Lee, quien, por cosas del destino, termina en la prisión de Hierro Negro, una cárcel de máxima seguridad situada en la luna de Júpiter, Calisto. Cuando los presos comienzan a transformarse en criaturas monstruosas, el caos estalla en la prisión. Para poder sobrevivir, Jacob debe huir de la prisión de Hierro Negro.
