Anime
Los dos capítulos que cambiaron la historia de Dragon Ball Z (y no hubo ni un combate)
Tensión, miedo e incomprensión para dar un giro de 180 grados a una de las mejores sagas de toda la serie.
Hay un momento en Dragon Ball Z en el que todo cambia. Cambia el tono, el desarrollo de la trama e incluso la manera de dar hacer las cosas: sin un combate de por medio. Nos permitimos la licencia de hablar a través de Dragon Ball Z Kai, la versión remasterizada de la serie, que se llevaba por delante todo el relleno, aportaba ritmo a los acontecimientos y es seguramente la mejor manera de revisitar Z a día de hoy. Con esta pequeña licencia que nos tomamos, señalamos que hay dos episodios que son históricos. Y en lo que no hay ni un solo puñetazo. No los necesitan. Hablamos de los días en los que conocimos a Cell.
Porque en la saga de los androides, veníamos de una paliza de A18 a Vegeta, la revelación de Trunks de que algunas cosas estaban cambiando, las dudas que nos dejaba un Goku en la cama y un Piccolo que iba a buscar a Dios para fusionarse con él. Pero todo cambia 180 grados en el episodio 67 de Dragon Ball Z Kai (139 en Dragon Ball Z): Bulma recibe una llamada porque han encontrado un producto de la Corporación Cápsula abandonada. Es una máquina del tiempo. Pero no la de Trunks.
En ese momento, nuestra cabeza empezó a sospechar. Toda la secuencia del capítulo nos traslada a una trama de suspense e intriga. Trunks mirará la nave y confirmará que es la que le hizo su madre en el futuro (la palabra HOPE está presente), pero tras revisar los datos de la misma, se da cuenta que es una máquina que viajó en otro momento. ¿Otra línea temporal? Como para entender esto de las líneas temporales de pequeños. Nos embriagó el misterio y el miedo, porque pensábamos que los androides lo eran todo en esta saga.
Durante el capítulo 68 de Dragon Ball Z Kai (que abarca los hechos del 140 y 141 de Dragon Ball Z), la trama avanza sin dejar de sorprender al espectador. Un extraño caparazón descubierto por Gohan aparece cerca de la máquina y es una especie de insecto gigante. Los jóvenes guerreros no dan crédito a lo que está pensando. Mientras, en las noticias, se ve como en Ginger Town está desapareciendo la gente de forma inexplicable, dejando la ropa en el suelo, como si se hubieran evaporado. Todo era extraño e incomprensible.
Es ahí cuando Kamisama decide fusionarse con Piccolo, porque observa el terror que está sucediendo y se da cuenta que el mal presentimiento que tuvo hace cuatro años no era por los androides, sino por una bestia todavía peor que estaba por darse a conocer. Eso ya nos indicó que se venía algo terrible. Una vez fusionados, Piccolo llega a la ciudad fantasma.
Aparece un monstruo desconocido. Es Cell.
Una historia que no baja el ritmo en Kai
La trama de estos dos capítulos (67 y 68) está perfectamente recreada y con el ritmo exacto en Dragon Ball Z Kai, donde no existe el relleno y todo lo que sucede es crítico para avanzar en el desarrollo de la aventura. En Dragon Ball Z, los eventos que cambian el curso de una de las mejores sagas de la serie siguen presentes, pero es cierto que en el capítulo 139 el relleno hace demasiado acto de presencia (con pesadillas de Goku), que el 140 es casi impecable y que en el 141, con la aparición de Cell, el dibujado es errático y muy mejorable. En todo caso, sea en Z o en Kai, es un momento clave para la serie.
Dragon Ball Z Kai no ha llegado nunca a doblarse al castellano a pesar de las múltiples peticiones que ha habido al respecto. Los que sí han tenido suerte de verlo entero ha sido en Catalunya, donde la fiebre por Bola de Drac les llevó a tener doblada toda la serie y emitida en TVC durante varios años con las mismas voces con las que crecieron.