Mario + Rabbids: Sparks of Hope, impresiones. Ubisoft lo ha vuelto a hacer
Hemos jugado durante varias horas a la secuela de Mario + Rabbids y os contamos todos los cambios y mejoras que trae. Spoiler: se viene juegazo.
Allá por 2017, en los albores de Nintendo Switch, Ubisoft sorprendió a propios y extraños con el anuncio de Mario + Rabbids: Kingdom Battle. Varios insiders habían avisado de la existencia del juego en los meses previos a su presentación en sociedad, pero la idea sonaba tan disparatada que nadie otorgó demasiado crédito a sus filtraciones. Era un crossover extraño y arriesgado, un crossover por el que nadie daba un duro y que a pesar de ello se convirtió en el sleeper del año (su 85 en Metacritic así lo corrobora).
Ahora, 5 años después, Ubisoft vuelve a la carga con una secuela que esta vez no podrá adoptar el papel de underdog. El juego original ha vendido más de 10 millones de unidades y tiene a una legión de fans detrás esperando su continuación. Ya sin factor sorpresa, a este Mario + Rabbids: Sparks of Hope se le va a mirar con lupa y exigir como al que más, pero dejadnos adelantaros que, tras probarlo durante cerca de 3 horas, a nosotros no nos cabe ninguna duda: volverá a superar la prueba del algodón. Estamos ante una nueva explosión de colores, bromas y combates que añade a la cebolla más capas de las que podáis imaginar y será uno de los grandes lanzamientos de 2022.
La oscuridad y el mar de estrellas
La trama de Mario + Rabbids: Sparks of Hope nos sumerge en un peligroso viaje por el universo en busca de las Sparks que dan nombre al juego. Las Sparks son mucho más que la fusión entre los Rabbids y los Destellos de Super Mario Galaxy. Son la única defensa posible contra Cursa, una malvada entidad cósmica que ha sumido al firmamento en el caos y llenado todos los planetas de una densa oscuridad. Cursa absorbe la energía de los mundos y aterroriza a sus criaturas, a las que manipula y posee a su antojo.
Sólo queda una esperanza para los que dormimos bajo este mar de estrellas. Una esperanza que se comunica con berreos y balbuceos, que tiene unas orejas largas y aterciopeladas, y dos icónicos dientes frontales con los que devora zanahorias como combustible. Eso es, los Rabbids. Mario deberá volver a formar equipo con ellos para viajar de un planeta a otro en busca de las Sparks, visitando por el camino parajes más grandes y peligrosos que nunca. Estamos perdidos.
Más Super Mario Odyssey que Mario + Rabbids
Lo de que los mundos son más grandes no es ningún farol. Se acabaron los niveles lineales con forma de pasillo sin pérdida. Sparks of Hope rompe con la fórmula de la anterior entrega y se divide en fases más parecidas a las de Super Mario Odyssey. Entornos abiertos que, sin ser tampoco abrumadores, sí que pondrán a nuestra disposición varias rutas y caminos alternativos.
Habrá mapa, misiones secundarias y puzles opcionales para conseguir secretos y coleccionables varios. También enemigos a los que se puede bordear y evitar para saltarnos su respectiva prueba/combate. El objetivo es siempre llegar a un punto (un castillo, un mausoleo…) que hace las veces de mazmorra de RPG con sus peleas obligatorias, sus avances para la trama y su correspondiente jefe final. Cómo lleguemos y cuánto exploremos antes depende de nosotros.
Investigar el mapa y completarlo todo permite conseguir monedas, polvo de estrellas y energía de oscuridad purificada. Las primeras sirven a la hora comprar objetos a un nuevo mercader errante que se llama Ofertabot9,99+IVA. Son objetos para usar en combate y facilitarnos las cosas. El polvo es, tal y como sucedía en los Super Mario Galaxy, para alimentar a los Sparks/Destellos que encontremos. Así subirán de nivel y tendrán más efecto cuando los equipemos (luego hablaremos de ellos). Nuestras mascotas, vaya. Y la energía de oscuridad purificada es como las energilunas de Odyssey. Combustible para surcar el cosmos con nuestra nave.
Por tanto, explorar es opcional, pero muy útil y reconfortante. Los mundos están llenos de recompensas y eso que no hemos hablado de las skins ocultas para las armas o de la consecuente subida de nivel para los personajes a costa de librar toda batalla posible. Con cada nivel ganaremos un prisma de habilidad para invertir en el árbol de habilidades del personaje en cuestión, con cinco ramificaciones y un buen puñado de mejoras. Es completísimo y sorprendentemente profundo.
Los combates también suben de nivel
Si los mundos tienen poco que ver con el anterior, ojo al sistema de combate. Ubisoft asegura que lo ha rediseñado desde cero, y aunque se siente familiar e intuitivo, incluye mejoras importantes. Los personajes, por ejemplo, han dejado de desplazarse por cuadrículas y ahora gozan de movimiento libre. Y aunque las batallas del original nos limitaban a equipos de tres, en este también afrontaremos algunas con escuadrones de cuatro personajes. Por no hablar de la infinidad de consumibles y objetos nuevos, los personajes inéditos o los movimientos en equipo que se estrenan en Mario + Rabbids: Sparks of Hope.
Pero la gran diferencia la marcan los Sparks, ese cruce entre destellos y rabbids. Hay decenas de ellos (¡decenas!) y podremos equipar con dos a todos los personajes de nuestro equipo (cambiándolos siempre que queramos). Cada Spark tiene sus propias habilidades activas y pasivas, se asocia a un elemento concreto (fuego, agua, viento, veneno, rayo, hielo...) y puede evolucionarse para que incremente aún más sus características y valor. Es un alarde de ingenio, un desfile de poderes hilarantes que se combinan de maneras inesperadas y que influyen de manera decisiva en combate. Porque cada adversario tiene sus propias fortalezas y debilidades, como si fueran Pokémon, reaccionando de un modo u otro al planteamiento que hagamos de la batalla y el equipo de sparks que demos a nuestros héroes.
Continúan siendo tres sus niveles de dificultad (aunque ahora difícil está desbloqueado desde el principio), pero Sparks of Hope es a todas luces más desafiante. La gracia del Mario + Rabbids original residía en lo satisfactorio de su fórmula, una versión casual de X-COM que convenció a veteranos y recién llegados. Era una sencilla mezcla de estrategia por turnos y acción en tiempo real que se sigue respetando en esta entrega, pero que también ofrece mayor evolución, va subiendo el listón a buen ritmo y acaba exigiéndonos estar pendientes de más campos y parámetros. No desesperará ni será digna de masocas y puretas, pero es un GRAN juego de estrategia. Para nada simplona y conformista, la secuela supone un salto importante.
El resultado es ver enemigos de agua que, al golpearnos, hacen que rebotemos de un lado a otro del escenario, como si el suelo fuera resbaladizo (cayéndonos por los mágenes y perdiendo una buena porción de vida por ello, cómo no). O ver a Mario hacer la catapulta infernal con algún compañero y, en el aire, disparar en plan Devil May Cry a los rivales, rebotar en la cabeza de alguno y aterrizar tras una cobertura desde la que activa un spark explosivo de veneno y revienta y contagia a todas las criaturas a su alcance. Es variado, es vistoso y no deja de ofrecer oportunidades de descubrir nuevos efectos, fórmulas jugables y combinaciones.
Las nuevas incorporaciones
En cuanto a personajes, no hemos podido probar a Bowser (la gran incorporación) y parece que hemos perdido definitivamente a Yoshi y Rabbid Yoshi (presentes en Kingdom Battle), pero sí hemos trasteado con Estela Rabbid y Edge. La primera parece inspirarse en Asco, el personaje de la película Del Revés, de Pixar. Vaga, pasota y hastiada de la vida, Estela Rabbid resulta divertidísima y prácticamente viene a confirmar que también veremos a la versión normal de Estela más pronto que tarde (o de Rosalina, en función de dónde seáis). Como ya pasara en Mario Strikers Battle League Football, la Princesa y Guardiana del Cosmos ha adelantado por la derecha a Daisy, denostada por Nintendo de un tiempo a esta parte.
Por su parte, Edge es una coneja emo de la que por ahora no se tienen apenas detalles. Maneja una espada con destreza y cualquiera diría que parece inspirarse en los personajes de Final Fantasy o Kingdom Hearts. Es más lista que el resto de Rabbids y puede que no tenga versión normal. Cloud (perdón, Edge) es uno de los grandes misterios de Mario + Rabbids: Sparks of Hope y se antoja tan útil en combate como importante para el devenir de la historia del juego. Parece que conoce de hace tiempo a los súbditos de Cursa, pues los jefes finales tratan con ella como si la conocieran, y es un misterio por qué se une a Mario y compañía.
Todos los personajes están la mar de diferenciados. Mario Rabbid es un experto en el combate a corta distancia (con escopetas y puños metálicos a modo de guantes de boxeo) y Luigi un arquero especialista en mantener alejado de la acción. Estela Rabbid tiene una pistola de disparo rápido que hace trizas las coberturas enemigas y una habilidad con la que duerme a los enemigos de aburrimiento y los inmoviliza durante un turno. Por su parte, Edge es de lo más ecléctica, pudiendo deslizarse en plan despeje de fútbol (o entrada al tobillo, más bien) y lanzando su espada como si de un sable láser se tratara. Los combates cambian por completo según a quiénes utilicemos y resulta francamente divertido ir probando y variando hasta dar con nuestro estilo y equipo de All-Stars.
Los enemigos también son dignos de mención, pues en apenas un par de mundos hemos visto más variedad que en todo el primer Mario + Rabbids. Francotiradores, Don Pisotón a la espalda de conejos kamikazes, Bob-Ombs que podemos activar y arrojar a otros (si nos damos pirsa), jefes intermedios... No es la tónica habitual, pero ojalá durante el resto del juego se mantenga el ritmo de diseños de los mundos probados (una playa y una región de nieves). Como nota negativa, el único adversario final con el que nos las hemos visto andaba un pelín por debajo de nuestro recuerdo con los bosses del primero.
Concierto audiovisual
Gráficamente, Sparks of Hope vuelve a ser un despliegue de colores que entra por los ojos. Llamativo, vivo, variado. Pero donde remata la faena y cobra una nueva dimensión es en lo sonoro. Como dijimos hace unos meses, la BSO de Kingdom Battle, con ese jefe inspirado en El Fantasma de la Ópera, es sencillamente HISTÓRICA. A cargo de la misma se encontraba Gran Kirkhope, el genio tras la época dorada de Rare (Banjo-Kazooie, Donkey Kong 64, GoldenEye 007, Perfect Dark, Viva Piñata...), pero es que en Sparks of Hope, Kirkhope se verá acompañado del talentazo de Gareth Coker y Yoko Shimomura.
Coker es el compositor de, entre otros, Ori and the Blind Forest, su secuela (Will of the Wisps) y el reciente Halo Infinite, mientras que Shimomura ha firmado desde los lejanos Final Fight y Street Fighter II hasta los recientes Kingdom Hearts y Xenoblade Chronicles. Un dream team que hará las delicias de los más melómanos y que nos lleva a marcar en rojo el día en que de Mario + Rabbids: Sparks of Hope cuelgue su soundtrack en en Spotify. Por plantel y resultados estamos ante uno de los acontecimientos sonoros del año.
Conclusiones
Durante las tres, cuatro horas pasadas a su lado, Mario + Rabbids: Sparks of Hope nos ha encantado. Es aún mejor que su precuela y nosotros ya estábamos enamorados de aquella, así que imaginad. Estamos ante un delicioso título de estrategia que apunta a estar en todos los tops del año y que multiplica las virtudes de su antecesor sin perder ni un ápice de accesibilidad y desenfado. No podemos tener más ganas de que llegue el 22 de octubre para disfrutarlo en nuestras Nintendo Switch y clamar a los cuatro vientos que Ubisoft lo ha vuelto a hacer. La compañía se ha sacado otro conejo de la chistera. Otra joyita para la portátil.
Mario + Rabbids: Sparks of Hope
- Estrategia
Mario + Rabbids: Sparks of Hope es un juego de estrategia con combates por turnos a cargo de Ubisoft Milan y Ubisoft para Switch, secuela de Mario + Rabbids Kingdom Battle. Únete a Mario, Luigi, la princesa Peach, Rabbid Peach, Rabbid Luigi y sus amigos, y embárcate en un viaje galáctico para derrotar a una entidad malévola y salvar a tus compañeros Spark. ¡Explora planetas y viaja por la galaxia descubriendo misteriosos secretos y completando emocionantes misiones!