Crítica One Piece 1057: Yamato, el final de Wano y la decisión más polémica de todo el manga
Repasamos lo que ha dado de sí el último capítulo de One Piece en Wano, en el que Eiichiro Oda se ha metido en un charco con Yamato y ha desatado el caos.
Los hombres también lloran, los dioses también sangran y Oda también se equivoca. Eso es lo que ha venido a demostrar el capítulo 1057 de One Piece, en el que nos hemos despedido de Wano con una sensación agridulce. Vaya por delante que éste ha sido un arco memorable. Un arco repleto de grandes peleas y power ups, con uno de los mejores flashbacks, más muertes que nunca, descubrimientos y avances importantes en la trama, así como personajes y momentos para el recuerdo. Y sin embargo, su final es eso, uno de los finales más agridulces y decepcionantes de toda la serie. Al mangaka, quién sabe si por la presión, las ganas de acabar o el deseo de sorprendernos, no se le ha ocurrido nada mejor que tirar por la borda cuanto llevaba construyendo durante estos dos últimos años y ha decidido dejar a Yamato en tierra. El Thousand Sunny zarpa y lo hace sin un nuevo nakama a bordo.
Dos años y cerca de 100 capítulos (86, para ser exactos, desde su irrupción en el 971). Ese es el tiempo que llevamos viendo a Yamato queriendo salir de Wano para vivir aventuras junto a los Sombrero de Paja. Lo había dicho él mismo por activa y por pasiva. Que es su sueño, que si hizo una promesa con Ace, que ha estado años esperando a Luffy, que quiere seguir los pasos de Oden y descubrir qué ponía en las páginas arrancadas de su diario… etcétera, etcétera. Demonios, si hasta se presentó ante la tripulación y dijo “A partir de ahora navegaré con ustedes”. Y no es que Luffy se haya opuesto. Al contrario, él estaba encantado y le ofreció un sitio a bordo. Pero nada, que a Eiichiro Oda se le han cruzado los cables y al final, de un capítulo para otro, a Yamato le apetece más quedarse y hacer turismo por Wano. Ridículo, mal escrito y sin justificación.
Es imposible no pensar que Oda ha desaprovechado a Yamato. En estos últimos años, el personaje ha pisado todos los charcos habidos y por haber, y encima lo ha hecho sin botas para la lluvia (es decir, salpicando agua a los ojos de sus haters). Hija de Kaidou, amiga de Ace e icono trans, Yamato es un oni con rasgos de mujer que se identifica a sí mismo con pronombres masculinos. Le hemos visto compartir confidencias con Luffy, pelear de tú a tú con su padre, el Rey de las Bestias, y recorrer media Onigashima protegiendo a Momonosuke. Y eso por no hablar del flashback tan tierno que le dedicó el anime, donde relleno y canon se abrazan. Si hasta fue protagonista del episodio 1015, para muchos el capítulo más bonito del anime. Lo tenía todo. Hasta los más acérrimos al Carrotismo se habían rendido a la evidencia. Su índice de popularidad situaba a Yamato entre los más queridos de la banda y, sinceramente, dudamos de que el gobierno japonés no le tuviera encargada ya una estatua en Kumamoto. Pero eso. Que no. Que c’est fini. Sanseacabó. Rien de rien.
Los grandes fallos de Wano
Semejante jarro de agua fría ha abierto un nuevo cisma en redes que ha servido para repasar otras grandes incoherencias de Wano. Porque no han sido pocas. El paseíto “para saludar” de Zunesha; las bombas de humo de Marco, la Marina y los piratas de Big Mom, quienes desaparecieron sin más; el nombramiento de Carrot (¡¡Carrot!!) como líder regente de Zou; el modo de ignorar sus principios de Zoro y Chopper, desaprovechados también; los baits de Franky o Hawkins… La lista no deja de crecer. Oda ha abierto tantas puertas que se ha olvidado de la mitad de ellas. Y como dice la famosa norma de la pistola de Chéjov, “si muestras un rifle colgando de la pared, alguien debe descolgarlo antes o después. Si no va a ser disparado, no debería haber estado allí”.
¿Se unirá Yamato más adelante, como Jinbe?
Los fans de Yamato guardan la esperanza de que sea otro caso Jinbe y se una más adelante a los mugiwara, pero ni queda tiempo ni es lo mismo. Luffy invitó al gyojin a unirse a la tripulación en el capítulo 648, allá por 2011, y éste se terminó incorporando en el 976, en 2020. Con Oda insistiendo en que quiere acabar el manga en tres años, y viendo sus primeros amagos de rush (o lo que es lo mismo, de dar carpetazo a ciertos temas de forma abrupta y precipitada), da igual que falle en sus predicciones por uno, dos o tres años. El caso es que One Piece se encamina a su recta final y si no estás presente en los grandes momentos que se avecinan, va a ser difícil considerarte un Sombrero de Paja por mucho que hagas una aparición estelar en la última batalla. Es cierto que también hay algo romántico en que toda la banda sea pre-time skip, pero Wano parecía el puerto perfecto para cerrar el grupo. Quién sabe que nos deparará el futuro.
¿Y ahora qué?
Las risas de los fans de Carrot se oyen desde aquí, y lo cierto es que la situación ofrece un rayo de esperanza para ellos y su teoría de que la mink volverá a subir a bordo como polizona, pero deberíamos ir asimilando la verdad. A Oda se le han hinchado las narices con tanta peleíta entre un fandom y otro y ha optado por aniquilar ambos. Y ojo porque ya han salido los primeros cartógrafos indicándonos a dónde se dirige cada tripulación de la Alianza Pirata. De ser ciertas las teorías, Oda también se cargaría nuestras ganas de ver a Usopp en Elbaf convirtiéndose en el gran lobo de mar que siempre ha soñado ser. Ese destino sería para Law, mientras que Kid iría a Hachinosu (la isla de Barbanegra, ojo al posible Eustass vs Kurohige) y Luffy and co. desembarcarían en Sphinx, la isla de Marco y donde debieran estar las tumbas de Ace y Barbablanca. Otra razón para que Yamato hubiera subido al barco…
El primer territorio de los Sombrero de Paja
Pero dejemos de llorar por Yamato. Wano han sido 4 años y 149 capítulos. El arco más longevo de One Piece y seguramente Top 5 (o Top 3) en la mayoría de listas. Ha tenido más bueno que malo, mucho más, y será difícil de olvidar. Más cuando se despide con otro momentazo. Luffy entrega por primera vez la bandera de los Sombrero de Paja a un reino, convirtiéndolo en su primer territorio oficial (por más que intuyamos como simbólicos otros como Arabasta, Dressrosa o la Isla Gyojin). Si alguien se mete con Wano se estará metiendo con el futuro Rey de los Piratas. Un gesto que marca un antes y un después, como el de la Flota mugiwara, y que demuestra lo mucho que han crecido nuestros chicos del East Blue. Pelos como escarpias ante ese momento y ante la frase de Luffy a Momonosuke en la que lo tacha de ser como un hermano pequeño, justo lo mismo que le dijo Barbablanca a Oden en su día. Si es que cuando quiere, Oda sabe qué hilo tocar...