Steelrising, impresiones. Soulslike en una Revolución Francesa con autómatas

La Revolución Francesa es un hecho histórico que cambió para siempre el devenir de la historia. Sin embargo, son pocos los videojuegos que se ambientan en esta época. Lo hizo Assassin's Creed Unity a una escala nunca vista hasta el momento, y ahora lo intenta el estudio francés Spiders, con ambiciones mucho más humildes. Los creadores de Greedfall presentan Steelrising, un título Soulslike que MeriStation ya ha podido probar: te contamos nuestras primeras sensaciones a los mandos.

París arde con las llamas de la Revolución. Los ciudadanos franceses, ahogados por los impuestos y por los desmanes de la monarquía y de la nobleza, han dicho 'basta'. Mientras tanto, en el Palacio de Versalles, María Antonieta camina intranquila por una de las pomposas habitaciones de su lujosa residencia. El rey no se encuentra en palacio y la reina teme por la salud de sus hijos.

Una fantasía oscura en la Revolución Francesa

Esta versión de la Revolución Francesa es, con todo, una visión distinta de la histórica. Spiders ha construido una narrativa que se apoya en la fantasía, aunque tomando referencias de la realidad. De hecho, la protagonista es Aegis, la auténtica obra maestra de Vaucanson, un ingeniero al servicio de Luis XVI. Esta autómata no solo comprende el lenguaje humano, sino que es una guerrera excepcional. El objetivo de Aegis es hallar a los vástagos de los monarcas y reencontrarse con su creador.

Steelrising no es Greedfall en cuanto a su narrativa. Sí, disponemos de algunas misiones secundarias e incluso de decisiones, pero nada de esto afecta a la historia como en un juego de rol.

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Nada más iniciar partida, el juego nos invita a personalizar al personaje. Podemos elegir distintos tonos de piel, la peluca y la forma del rostro. Además, también debemos elegir la clase: guardaespaldas y soldado utilizan armas pesadas, mientras que bailarina y alquimista se valen de armas ligeras. En cualquier caso, cada clase dispone de sus propias habilidades concretas. Además, las armas tienen distintas características, que se adaptan a cada situación específica. La personalización y el looteo está presente en todo momento, como en cualquier Soulslike.

La fórmula de los Dark Souls

Steelrising sigue la fórmula Dark Souls más clásica. En ese sentido, nadie debe esperar una revolución que dé un giro inesperado a las mecánicas ya conocidas. No en vano, el juego no tiene demasiado en cuenta las innovaciones del género, por lo que se ciñe a las convenciones jugables de la obra de Hidetaka Miyazaki: el sistema de combate, la progresión, la personalización y el concepto de muerte es casi calcado. Algunos quizá lo interpreten como algo negativo, pero tras probarlo durante varias horas, creemos que Spiders ha realizado un buen trabajo a la hora de reproducir estos conceptos jugables.

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Las calles de París se han plasmado con monumentos reconocibles de la ciudad del siglo XVIII. Desde el estudio son conscientes de que se trata de un producto doble A, por lo que en ningún momento han pretendido realizar una reproducción tan fidedigna como al de Assassin's Creed Unity. Spiders se ha asegurado de que los lugares reconocibles estén en el juego, pero las calles las han esbozado con el diseño de niveles en mente. Es una versión de fantasía oscura, como las criaturas autómatas que deambulan por los barrios de la Ciudad de la Luz.

Ni que decir tiene que cada tipo de enemigo presenta sus propias fortalezas y debilidades: perros mecánicos, androides que empuñan bolas de hierro con cadenas o lanzas... de todo hay en Steelrising, menos seres humanos. A las personas las vemos en cinemáticas o despatarrados en el suelo, muertos en acción de guerra. No obstante, nunca luchamos contra un humano.

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El sistema de refrigeración y la progresión

Quizá uno de los elementos más interesantes de Steelrising sea que el usuario debe jugar en todo momento con el sistema de refrigeración del androide. En un título que requiere una precisión de cirujano, como en todos los Soulslike, quedarse sin poder conlleva quedar fuera de combate durante unos segundos. Esta energía se consume al atacar, hacer dash, parry, etc. Se puede atenuar si pulsar el botón en el instante perfecto, porque solo entonces se recupera la energía de una tacada en lugar de que los circuitos se sobrecalienten.

El sistema de progresión va unido a la posibilidad de utilizar distintas builds y armas (nueve clases en total). Hay cinco atributos a mejorar y unos módulos que podemos encontrar y desbloquear para conseguir mejorar todas esas características. Las vestales funcionan como las hogueras en Dark Souls. Además de guardar la partida, nos permiten mejorar a la protagonista o cambiar su aspecto mediante el editor. Por supuesto, no faltan las piezas de equipamiento ni otros elementos habituales de este tipo de RPG de acción.

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Durante nuestra sesión preview tuvimos la oportunidad de enfrentarnos al Obispo, uno de los jefes finales. Como no podía ser de otra manera, la lucha brinda todos los desafíos que uno puede esperar de un producto como este. Por si eso no fuera poco, al vencerlo recibimos el gancho, que nos sirve para desplazarnos con más soltura por las zonas altas de la ciudad.

Modo asistencia, juega como quieras

A menudo se produce el debate sobre si los Dark Souls deben tener o no un modo fácil. En el caso de Steelrising, no existe esta posibilidad como tal, pero los desarrolladores saben que no todos los jugadores tienen el tiempo o la habilidad para completarlo. Así las cosas, han diseñado un modo asistencia, que nos otorga la posibilidad de modificar algunos atributos para que la partida se adapte a nuestras necesidades. Por ejemplo, podemos regular el daño que hacemos o el que nos infligen.

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Spiders todavía tiene trabajo por delante. La versión de Steelrising presenta ciertos problemas técnicos que tendrán que solventarse en el título comercial, aunque en lineas generales atisbamos un producto con potencial. Saldrá a la venta el próximo 8 de septiembre para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X, Xbox Series S y PC.