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Reportaje

Crítica One Piece 1052: éramos pocos y parió la Marina

Repasamos los mejores momentos del capítulo 1052 de One Piece, la calma antes de la tempestad, las bases del penúltimo cliffhanger previo al gran parón.

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Crítica One Piece 1052: éramos pocos y parió la Marina

(Atención: este artículo contiene spoilers del manga. Si no vas al día, sigues sólo el anime o no quieres destripes, no sigas leyendo).

Estos 25 años de One Piece nos han enseñado cuatro cosas sobre Eiichiro Oda. La primera es que pase lo que pase, hay que creer en él, hay que creer en Oda. La segunda es que no importa lo grande que sea el agujero de guion que tengas delante; todo es parte de un plan de Oda largamente estudiado. La tercera es más simple: Oda es un pervertido, punto. Y la cuarta es que al muy cabrito, con perdón, siempre le gusta dejarnos con el culo torcido antes de hacer un parón. Le gusta ver cómo nos matamos entre nosotros defendiendo teorías que nunca se cumplen y cómo establecemos vínculos y relaciones entre cosas que a él jamás se la pasaron por la cabeza.

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Si encima el parón en cuestión es de un mes, como el que se avecina, podéis imaginaros el pedazo de bait que nos va a meter. Va a levantar tanta polvareda que hasta ha necesitado un segundo capítulo para ir preparándolo. Y de eso va precisamente el capítulo de esta semana, el 1052. Se llama “Un nuevo mañana” y es la definición gráfica de la calma que precede a la tempestad.

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Oda parece tener prisa por irse de vacaciones y está yendo a la carrera en esta recta final de Wano. Entre el capítulo anterior y éste han pasado siete días, pero no sólo en la vida real, sino también en la Capital de las Flores. Atrás queda ya el caos tras la derrota de Kaido y la coronación de Momonosuke como shogun. El país ha empezado un vertiginoso período de recuperación. El plan Bolonia ha llegado a su sistema educativo y el hambre ha sido erradicado. Ahora cualquiera puede acceder a un plato de gazpacho (o como lo llamaba Oda, sopa de frijoles rojos).

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En los Sombrero de Paja, tanto Luffy como Zoro se han recuperado. De la charla del marimo con la muerte, ni pío. Debe de ser una de esas cosas que dibujas porque queda muy chula, pero de la que luego te arrepientes a nivel argumental. Lo mismo pasa con Zunesha y la isla de Zou, o con los piratas de Big Mom y el Queen Mama Chanter. Los cuatro han desaparecido entre bambalinas y como si no hubieran estado en Wano.

Pero para desaparecida, Robin, la única a la que Oda no ha dedicado un mísero panel en todo el capítulo. El mangaka sólo menciona su nombre una vez, en boca de los Cinco Ancianos y para ponerla de nuevo en el punto de mira del Gobierno Mundial. Nos vamos echando a temblar. ¿Se viene Water 7 o Ennies Lobby 2.0? Por calidad, ojalá. Son dos de nuestros arcos preferidos, pero es muy probable que esta vez a nuestra arqueóloga favorita no le vayan tan bien las cosas.

Sólo existe un tipo de fan que pueda celebrar esta especie de marca negra pirata que Oda ha vuelto a entregar a Robin por decimonovena vez. Esos fans son los carrotistas. El único modo de que Carrot siga navegando en el Thousand Sunny pasa porque le toque la lotería y haya una baja en la plantilla. Eso de las gallinas que salen por las que entran. Porque si quedaba alguna duda sobre quién será el décimo nakama de los Sombrero de Paja, el capítulo 1052 la ha despejado.Yamato vuelve a ser el protagonista indiscutible de la semana.

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Yamato se ha terminado de ganar a los mugiwaras con sus rezos y sacrificios para que se recuperen, sus bromas a Momonosuke y un maravilloso abrazo a Luffy en el que sólo le faltaba decir garchu mientras le guiñaba un ojo a Carrot. Hasta se ha vuelto a echar la bandera trans a los hombros junto a Kiku, protagonizando ambas una memorable escena en los baños que ni siquiera los de siempre han podido empañar. Porque con ciertos temas es como si alguien levantara la tapa de una alcantarilla y dejara salir lo peor de foros y redes sociales. Una prueba más de lo mucho que nos queda por recorrer como sociedad y de lo necesario que son personajes así.

El resto del capítulo 1052 ha seguido los mismos derroteros. Prisas y escenas de lo más emotivas que nos hubiera gustado ver un pelín más desarrolladas. Es el caso del tributo a Ashura e Izo, inexplicablemente los únicos Vainas Rojas caídos en combate. La conversación entre Kin'emon, Kawamatsu y Marco es preciosa, pero leñe, Izo es hermano de Kiku y ésta anda de banquete y baño turco mientras sucede. Una pena, pero podría ser peor. Mayor disgusto es el que nos hemos llevado al ver a Oda matar a Hawkins y sin embargo salvar y seguir dando protagonismo al indeseable de Apoo.

Pero por mucho que nos quejemos de una tontería u otra, si amamos One Piece es por capítulos como éste. Capítulos en los que nos quedaríamos a vivir. De esos en los que nuestros protagonistas se dedican a comer, beber, reír, bailar y celebrar. En los que se ponen al día, Zoro y Sanji se la pasan peleando, Chopper se sube feliz a la cabeza de alguien, Brook toca de fondo y Nami reparte chichones ante los comportamientos de pajillero de sus coetáneos.

Uno se siente como en casa cuando ve al Franky Shogun siendo la envidia de terceros, o cuando sale el Law que parece por encima el bien y del mal con sólo una mirada. Capítulos repletos de detalles sobre lo vivido hasta ahora, como la patada de Hiyori a Momon veinte años después, o las menciones de los aldeanos a Oden y Joyboy. Porque One Piece nos ha enseñado mucho sobre la amistad y pelear por nuestros sueños, pero también nos ha enseñado a celebrar cada victoria. Y esta victoria llevábamos diez años esperándola.

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Entonces Oda nos saca del ensimismamiento y nos recuerda por qué es un maestro del arte del cliffhanger. ¿Cómo? Poniéndonos la miel en los labios. Primero con los nuevos carteles de recompensa. Ya están en Wano y no podemos tener más ganas de verlos. Por si las bromas habituales, las rivalidades y las comparativas en la escala de poder no fueran suficientes, el autor nos confirma que esta vez en los carteles también viene quiénes son los nuevos emperadores del mar, los nuevos yonkou.

Esto, que ya valdría como cierre antes de un parón semanal para que nos saquemos los ojos entre nosotros, viene acompañado de una segunda revelación: el almirante Ryokugyu acaba de llegar a Wano. ¡Un almirante! Y encima, el único al que no habíamos visto nunca en la serie. La misteriosa sombra y sonrisa detrás de las reuniones con Akainu. El llamado Green Bull.

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Ryokugyu apareció hace más de doscientos capítulos teniendo una reunión con Fujitora en relación al Levely. Entonces no enseñó ni su aspecto ni sus poderes y lo único que sabemos de él es que ascendió en la Marina hasta su actual posición durante los años en que los Sombrero de Paja estuvieron entrenando por separado. Con todo, durante aquella reunión dejó caer que lleva más de tres años ayunando y sin probar bocado, lo que disparó las teorías.

Muchos ya apuntaron a que si no comía quizás fuese porque hacía la fotosíntesis, o porque provenía de Wano y tenía la fuerza de voluntad de un samurái. Pues bien, ambas teorías podrían ser plausibles visto lo visto en este capítulo. En cualquier caso, cada vez que ha aparecido un almirante, los mugiwaras han sido vilmente derrotados o han tenido que huir. ¿Qué demonios tiene prepardo Oda para esta ocasión? ¿Se viene drama? ¿Alguien puede hacernos el favor de encontrar a Robin?

El capítulo 1052 de One Piece ha dejado bien sentadas las bases del tremendo cliffhanger que se avecina en el capítulo 1053 (para el que ya hay fecha). Después del mismo no habrá manga hasta el lejano 24 de julio, pecisamente el fin de semana en que One Piece cumple 25 años y uno antes del estreno de la película One Piece RED en Japón. No vamos a decir que Oda lo tiene todo planeado, pero Oda lo tiene todo planeado.

La última vez que el autor se tomó un descanso similar fue en 2010, entre los capítulos 597 y 598, cuando se produjo el famoso time skip. Aquel fue otro parón de cuatro semanas que además simbolizó el paso de dos años dentro del mundo de One Piece. A su vuelta, todos los personajes de la serie volvieron cambiados, a rebosar de nuevos poderes y listos para un Nuevo Mundo hoy día casi conquistado. ¿Estamos ante un cisma semejante dentro de la historia?