Revita, análisis. Los roguelike pueden ser accesibles

El roguelike es y sigue siendo un género que cada vez gana más aduladores. Quizás no es el más satisfactorio, de hecho, ni tan siquiera es el más recomendado para iniciarse en esto que llamamos videojuegos, pero lo que no cabe duda es que es de los que más horas nos enganchan si están bien hechos. Revita es uno de esos juegos. No innova ni crea nada extraordinario, pero es un buen exponente del género, sólido y muy accesible para todos aquellos que quieran iniciarse en el roguelike.

Un roguelike accesible

Revita recoge y crea su mundo en base a otras mecánicas vistas en el género. Las iremos mencionando más adelante, pero vemos toques de juegos como Dead Cells, The Binding of Isaac y Enter the Gungeon entre otros grandes títulos de la aleatoriedad. Revita es capaz de aunar todo lo bueno en un juego que logra ser muy fácil de entender, pero difícil para los que quieran dominarlo con excelencia. Su historia es simple, pero como ya advierten en el propio título, se tratan temas como la depresión, el suicido o la muerte. Sin embargo, se explica dando pequeñas pinceladas en las conversaciones, así que, aunque nos esperábamos un juego intenso y lleno de emociones, lo cierto es que se han centrado especialmente en el gameplay.

A nivel jugable tenemos un deslizamiento que nos da invulnerabilidad, salto y distintas armas de fuego que iremos desbloqueando a medida que vayamos avanzando. Hay bonificadores, maldiciones, bendiciones, reliquias… hay tantísimos objetos y herramientas que se combinan y crean nuevas sinergias que hace de Revita un juego tremendamente adictivo. De hecho, estas sinergias vienen indicadas en el objeto, algo de agradecer para los que no quieren romperse la cabeza mirando la wiki cada 2 minutos. Cada intento no es muy diferente al anterior, de hecho, es bastante sencillo y puede resultar algo repetitivo de primeras. El arma que elijas al inicio es el gran elemento diferenciador del que dependerá tu estilo de combate. Por ejemplo, con el arma rotatoria te obligan a ser más agresivo, mientras que el fusil te obliga a mantener las distancias. Nos gusta mucho que Revita haya creado armas tan distintas entre sí. Hay bonificadores que funcionan mejor con unas armas que con otras, por lo que, aunque en un intento un objeto te parezca inservible, en otro puede ser el que marque la diferencia.

Obviamente hay algunos objetos que siempre son buenos y otros siempre malos, pero la realidad es que no hemos encontrado una cantidad enorme de ellos como ocurre en otros roguelike como The Binding of Isaac. Lo bueno de que Revita tenga pocos objetos es que, aunque las partidas sean bastante similares entre sí, es poco probable que una partida se te atragante o no puedas completarla por culpa de la aleatoriedad. De hecho, al igual que ocurre en Enter the Gungeon, Revita nos recompensará cada vez que acabemos con un enemigo final sin recibir un golpe con un corazón extra, lo cual significa mucho más que tener algo más de vida.

La vida, una moneda de cambio

Revita ha logrado crear una identidad propia usando un sistema de vitalidad medido, original y muy divertido. Los corazones son nuestra moneda de cambio en prácticamente todos los comerciantes, santuarios y otros elementos interactuables con los que conseguir nuevos bonificadores. Lo interesante de la propuesta es que estos corazones se recuperan con alma, la cual se consigue derrotando a nuestros enemigos. Recuperada cierta cantidad de alma podemos usar nuestro poder para recuperar medio corazón o, si ya tenemos la vida al máximo, generar un nuevo contenedor que tendremos que ir rellenando poco a poco hasta crear el corazón completo. Revita nos desafía constantemente sobre si es o no buena idea recuperar corazones para seguir sobreviviendo o gastarlos para conseguir bonificadores. Esta dualidad que nos genera mientras jugamos está muy lograda. Hemos llegado a perder partidas por abusar del sistema o remontar lo que creíamos perdido.

Aparte de esto hay puertas secretas, llaves para abrir puertas a salas con comerciantes, santuarios, cofres…También encontramos bonificadores de daño fijos o escudos, los cuales nos mantendrán con vida aunque sacrifiquemos todos nuestros corazones. Revita dispone de un abanico amplio y muy bien medido de objetos para que no resulte fácil, pero tampoco algo insuperable. Elimina la parte obtusa de este género y describe ciertos elementos básicos del juego, es amable con el jugador y le permite equivocarse a la par que complica los primeros pisos con nuevos enemigos para añadir cierta dificultad pasadas las primeras horas.

Secretos y rejugabilidad

También iremos desbloqueando y salvando a ciertos personajes que algunos acudirán al lobby para desbloquear la banda sonora o el libro de coleccionables entre otras cosas. Sin embargo, los más interesantes están en la torre con sus salas especiales. Algunos intercambian llaves por objetos, otros proponen desafíos específicos con grandes recompensas y otros pretenden hacerte jugar a una especie de casino a cambio de un corazón completo. Sí que lamentamos, por ejemplo, que algunas salas tengan una probabilidad tan baja en aparecer o las conversaciones repetitivas con los personajes secundarios que cortan muchísimo el ritmo de la acción. No hay un botón para activar rápidamente la misión que te proponen o iniciar el juego, sino que debes repetir el mismo texto una y otra vez. Esperemos que, próximamente, añadan nuevas rutas alternativas y jefes con los que paliar su estructura monótona.

Toda su complejidad nos ha mantenido horas enganchados a Revita hasta que lo hemos completado por primera vez a las 10 horas de juego. Pero hay mucho más. En el lobby típico de los roguelike mejoraremos las salas de la torre que escalamos, desbloquearemos nuevos objetos, armas y tiendas con las que variar nuestras partidas y, una vez completemos el juego, podremos añadir nuevas dificultades como ocurre en Dead Cells. En este caso tendremos el hándicap en la vida y la aparición de enemigos modificados que nos causaran el doble de daño. De hecho, Revita guarda muchísimos secretos y decenas de horas de diversión, por lo que calculamos que para completarlo al 100% Revita podría llegar a las 30-40 horas de juego, aunque la sensación de monotonía podría llegar antes de lo esperado. Las zonas no son muy diferentes entre sí más allá de los enemigos que nos encontramos y su estética visual, la cual no nos parece su punto más fuerte. Sin embargo, a nivel musical tiene composiciones largas y no se hacen repetitivas para tratarse de un roguelike. Consiguen amenizar con acierto nuestra escalada sin llegar a desactivar la música en el menú.