Dying Light 2 explora “la Edad Oscura en una ciudad moderna” tras 15 años posapocalípticos

Un mundo moderno, donde la tecnología lo es todo, nuestra realidad; un mundo antiguo, donde los móviles no existían, nuestro pasado; un mundo descompuesto, donde la tecnología es un recuerdo, la nueva realidad. Dying Light 2: Stay Human indaga en un futuro alternativo y posapocalíptico, un momento crítico para la humanidad. En entrevista con MeriStation, el diseñador jefe del videojuego, Tymon Smektała, lo define como un regreso a la Edad Oscura medieval, pero en la ciudad moderna.

Han transcurrido 15 años desde que la infección se extendió por el planeta. “Queríamos presentar un mundo en el que el apocalipsis se hubiera producido tiempo atrás, que la gente se estuviera adaptando a las circunstancias o ya lo hubiera hecho”, cuenta Smektała. En el primer videojuego, Techland retrató los primeros avances de la infección: “Eran personas que simplemente estaban tratando de sobrevivir al primer mes y a las primeras semanas. Pero ahora saben cómo hacerlo porque han sobrevivido” durante todos estos años.

El ser humano se termina acostumbrando a todo, y dada su naturaleza social, el desorden siempre se torna en cierto orden. “Están empezando a construir una nueva ciudad, un nuevo orden para el mundo. Esto fue muy atractivo para nosotros, personas creativas con ideas creativas, porque nos permitió moldear el mundo como creemos que sería en esas circunstancias”. Según el diseñador, ese fue el momento en el que acuñaron el término 'Edad Oscura Moderna', ya que imaginaron que en esa existencia sin tecnología “la humanidad regresaría” a aquellos hábitos del pasado más remoto. Los habitantes, por tanto, “actúan como en tiempos medievales, pero todo ocurre en una ciudad moderna, por supuesto destruida por el apocalipsis, pero aun así una urbe moderna”, recalca.

Distintas filosofías de vida, distintos modos de organizarse

En esos estadios primigenios, no hay una única facción candidata a reorganizar el territorio. Durante la partida, se deja entrever una dicotomía entre dos grupos diferentes, los Supervivientes y los Guardianes de la Paz (Peacekeepers). ¿Son verdaderamente enemigos? “No pienso que lo sean”, responde Smektała. “Representan dos filosofías diferentes" sobre las mismas cuestiones, "sobre cómo enfrentarse a la infección y al apocalipsis en situaciones extremas. El objetivo de los Supervivientes es sobrevivir, desean construir sus pequeños refugios para continuar viviendo, mientras que los Guardianes de la Paz tal vez luzcan como los chicos malos, pero en realidad buscan el cambio, acabar con los infectados para limpiar el mundo y construir algo nuevo”.

Lo que ambos tienen en común es su animadversión hacia los Renegados. Se trata de una facción que los dos grupos detestan “por una razón”, si bien no quiere revelarla para no entrar en destripes argumentales.

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Las decisiones son importantes y también repercuten en los grupos antes mencionados. “A medida que los jugadores se sumergen más en el juego”, deciden cuál de las facciones se adapta más a su línea de pensamiento o a sus metas. “Bosquejas esos cambios cuando asignas zonas, aunque también empiezas a conectar la historia y el cómo se desarrolla”. Es cierto que el Dying Light 2 tiene distintos finales, pero va más allá de la idea de “un buen o un mal final”, subraya.

“Quizá no sea tan importante el número de finales, puesto que para mí lo interesante es que a través de tus decisiones cambias el mundo. Y luego, cuando completas el título, puedes subirte al edificio más grande y observar lo que has creado. Más adelante puedes unirte a la partida de un amigo”, hacer el mismo ejercicio desde lo alto, “y ver un mundo distinto”.

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Parkour y armas rompibles

Para Techland, el escenario no es un mero decorado, “en Dying Light 2: Stay Human, los edificios y las localizaciones son parte de la jugabilidad”, todo ello “gracias a la habilidad del parkour”, que nos permite escalar, saltar de un lado a otro, etc. “Desde el principio quisimos conectar los escenarios con el parkour”, un sistema que se blinda con nuevos poderes canalizados a través de un árbol de habilidades.

“Los nuevos escenarios se adaptan a las habilidades más avanzadas”, es en este punto “donde hemos conseguido esta variedad”. En definitiva, lo que hace único a este videojuego con respecto a otros productos de mundo abierto. “Las localizaciones cambian porque las habilidades del jugador evolucionan”. Y añade: “Con fortuna, los usuarios no sentirán que están jugando una y otra vez a lo mismo, pues usan distintos poderes mientras exploran”.

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Que las armas se rompan es un aspecto que siempre tiene detractores, pero en Techland creen que encaja con la filosofía de la superviviencia. “Como siempre estás buscando recursos, necesitas prepararte para los desafíos que están por llegar. Sin embargo, también dedicamos tiempo a asegurarnos de que las armas se sintieran y lucieran diferentes. Nuestro método consiste en ofrecer a los jugadores la posibilidad de probar y experimentar. Sé que es una característica que no gustó a todos en el primer juego”, aunque piensa que en este caso no es un problema “porque nunca te quedas sin armas”. Admite que se produce un sentimiento de pérdida cuando una de tus armas se quiebra, pero crea asimismo la idea de exploración que te lleva “a buscar algo nuevo”.

¿La salida de Chris Avellone ha tenido incidencia en el desarrollo?

Chris Avellone fue uno de los consultores externos durante el desarrollo de Dying Light 2: Stay Human. Con todo, tras el escándalo sobre sus presuntos casos de acoso, que él ha negado, salió del proyecto. ¿Cómo afectó a la historia? “El núcleo del juego es el mismo porque lo que Chris hizo fue ayudarnos”, cuenta. “Nos enseñó a trabajar con narrativas no lineales, pero como ocurre con este tipo de productos tan complejos, siempre se hacen con un montón de gente”. Explica que cuentan con un departamento narrativo completo, en el que trabajan unas 20 personas aproximadamente.

“La historia ha sido escrita por guionistas polacos que han trabajado en una serie polaca bastante famosa creada por HBO. Estas personas, que atesoran un montón de experiencia en la televisión, han sido capaces de aprovechar lo que hemos aprendido de la construcción de juegos no lineales y aplicar sus propias ideas y su propia historia a ello”.

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Rosario Dawson, Ahsoka en The Mandalorian, encarna a Lawan en esta segunda entrega de Dying Light. Pese a que Tymon Smektała no ha trabajado directamente con ella, sí ha confirmado que su papel ha ido más allá de la mera interpretación: “Lo interesante es que el personaje que interpreta es un poco diferente a como era cuando contactamos con ella, cuando firmó para el proyecto. Después, cuando estaba trabajando en las sesiones de captura de movimientos, sugirió modificaciones en el guion”. El creativo indica que la actriz ayudó a perfilar el carácter de Lawan.

Dying Light 2: Stay Human saldrá a la venta el próximo 4 de febrero en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X, Xbox Series S, PC y Nintendo Switch (Cloud Edition). Desde Techland tienen confianza en que la versión de anterior generación esté a la altura:

“Comparativamente, funciona bien en Xbox One, la consola menos potente de todas. Pero todavía estamos trabajando en la optimización del juego”, reconoce. “Creo que la experiencia será parecida a la que has visto hoy o incluso mejor, porque otros periodistas han preguntado sobre la resolución y el framerate y les he explicado que todavía es pronto, ya que cuando trabajas en un juego, lo optimizas al final”.