Riders Republic, impresiones de la beta. Caos, diversión y deportes de riesgo

A lo largo de todos estos años, Ubisoft nos ha transportado a lugares de fantasía, universos distópicos y localizaciones del pasado. También hemos viajado a escenarios reales del presente, aunque siempre aderezados por ciertos elementos ficticios. Riders Republic, la nueva producción de los estudios de Annecy, transcurre en un mundo abierto enorme y lleno de contenido, que retrata algunos de los parques nacionales más famosos de los Estados Unidos. Sin interrupciones, tenemos la oportunidad de visitar parajes como Bryce Canyon, Yosemite Valley o Mammotch Mountain. Gracias a la beta, en MeriStation hemos podido adentrarnos en la fantasía deportiva de Ubisoft. Prepara los esquís o la bicicleta, que en el descenso se vienen curvas y múltiples pruebas a superar.

Nada más iniciar Riders Republic toca diseñar al protagonista. La compañía francesa ha implementado un editor de personajes que nos permite crear a nuestro alter ego en el juego. Desde el principio, los desarrolladores han resaltado la importancia de que cada jugador pueda ser quien quiera ser en el título. Por eso, y como no podía ser de otra manera, encontramos un buen número de elementos de personalización, que se desbloquean de varias maneras: en el mismo mundo hallamos algunos de estos objetos, pero también podemos superar pruebas o adquirir artículos en la tienda de Riders Ridge, el hub donde se reúnen los usuarios, un entorno social desde donde se despliegan todas las opciones.

Hora de ponerse en marcha: así funciona Riders Republic

Riders Ridge, como decíamos, sirve de punto de reunión. Allí nos unimos a los grupos de amigos, participamos en actividades o nos relajamos mientras esperamos a la próxima carrera. Aun así, una vez viajamos hasta el mundo abierto, es posible recorrerlo con total libertad, de cabo a rabo. Por supuesto, Ubisoft ha introducido algunas ayudas para poder ir de un lado a otro rápidamente. Además del viaje rápido hacia localizaciones ya conocidas, si vamos en grupo, siempre queda la opción de teletransportarse hasta la zona en la que se encuentra uno de nuestros compañeros.

Uno de los puntos interesantes de Riders Republic es que podemos elegir el deporte desde un menú radial, de modo que en el mundo abierto nos desplazamos utilizando esquís, tablas de snow, motos de nieve, bicicletas, paracaídas o trajes de alas. Si no quieres valerte de ninguno de estos utensilios, también es factible ir a pie a casi cualquier lado, pero el avance es naturalmente mucho más lento. En cualquier caso, elijas lo que elijas, el modo de explorar y de controlar el juego cambia, lo que aporta variedad al conjunto. Pese a que todavía se trata de una beta, el universo se siente vivo, porque te topas en todo momento con otros jugadores que están disfrutando de la experiencia.

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Como todo videojuego, este título exige un pequeño período de aprendizaje, que por lo que hemos visto se va dosificado poco a poco. Son muchos los elementos a tener en cuenta, y no solo en lo que respecta a los controles, sino también en lo que se refiere a las diversas actividades, objetos, recompensas, coleccionables, etc. Además, no se manejan igual los esquís que la bicicleta, así que también hay que aprender los fundamentos de cada uno de los deportes. Ubisoft Annecy ha diseñado los controles para que sean relativamente fáciles de aprender, aunque la práctica es necesaria para tener éxito en las carreras y competiciones.

Los primeros minutos a los mandos los invertimos en aprender los aspectos básicos del videojuego, en solitario. Participamos en nuestras primeras carreras, nos estampamos alguna que otra vez y comenzamos a experimentar con los distintos trucos y piruetas. ¿Cómo funcionan las carreras en sí? Se introducen dos tipos bien diferenciadas: la primera de ellas consiste en pasar por los puntos de control hasta llegar a la meta. Un error o una caída desafortunada pueden suponer perder posiciones, de modo que es crucial adelantarse y estar atento a la morfología de las pistas, a las curvas y a los otros competidores.

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Generalmente, disponemos de un botón para realizar un acelerón, pero hay que utilizarlo con cabeza, porque depende de una barra que se va agotando y que solo se recupera si dejamos de usar el turbo. Además, en los saltos, mejor tener especial cuidado en cómo aterrizas, porque si caes mal, es posible que otros te adelanten. Por fortuna, los desarrolladores han implementado un botón que te permite recuperarte rápido, algo necesario para no ralentizar demasiado el desarrollo de las carreras. Al mismo tiempo, introducen un botón que te brinda la posibilidad de rebobinar y de arreglar errores, aunque el coste es un tiempo precioso que uno debe valorar si merece o no la pena perder.

El segundo tipo de carrera no consiste en llegar a la meta el primero, ya que el ganador no es el más rápido, sino el que más puntuación consigue realizando piruetas. Para entendernos, es una especie de Tony Hawk o Cold Borders en ese sentido. Durante un tiempo limitado, usamos todas las combinaciones que podamos con el objetivo de superar al rival en puntuación.

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Componente social, progresión y carreras masivas

Todas estas competiciones se pueden abordar en solitario, pero ni que decir tiene que son mucho más divertidas cuando vas acompañado de un grupo de amigos. Riders Republic es un título eminentemente social, por lo que invita a la socialización y a la diversión en compañía. Una de las actividades más divertidas que hemos realizado en el modo PvP es una competición por equipos (6 contra 6) en la que debemos ejecutar trucos y piruetas para ganar. La peculiaridad es que se añade el elemento de conquista: mediante un sistema de colores (rojo o azul en función del equipo), nos hacemos con rampas y otros elementos de la pista al realizar cualquier filigrana de forma exitosa. Al final, se convierte en una competición contrarreloj en busca de la puntuación más alta.

Todo esto se tiene que sostener en un sistema de progresión que resulte justo y efectivo. Por supuesto, no todas las carreras están disponibles desde el momento en el que ponemos los pies en el mundo, se van desbloqueando a medida que vamos progresando. Al participar en eventos, el juego te otorga unas estrellas que sirve para acceder a nuevas carreras, especialidades y patrocinadores. Los PX de especialidad permiten aumentar el nivel del personaje, lo que se traduce en mejoras de equipamiento y demás. Y es que los complementos cuentan con estadísticas que repercuten en la jugabilidad, por lo que elegir la bicicleta correcta para la carrera específica, por ejemplo, será vital. Al avanzar y mejorar se abren nuevos caminos, deportes y competiciones.

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Desde que Riders Republic fue anunciado, las carreras masivas siempre han llamado nuestra atención. Son eventos temporales que se celebran cada 15 minutos y que reúnen a más de 60 jugadores simultáneos en las máquinas de nueva generación (más de 20 en PS4 y Xbox One). Durante nuestra sesión, pudimos participar en una y es tal y como parecía: una auténtica y deliciosa locura. Empiezas con la bicicleta, rodeado de decenas de competidores, como si fueran los juegos del hambre. En un instante, ves a alguien estamparse contra un árbol, otro se apoltrona y trata de superar el pelotón, todo ello mientras tú, como jugador, intentas no quedar rezagado. Sin apenas transición, la bicicleta cambia a unos esquís y entonces te encuentras descendiendo en la nieve. Aparecen obstáculos por todas partes, uno se queda atrás y otro se cae por el barranco. Y cuando menos te lo esperas, vuelas en el aire, te has introducido en uno de esos trajes de aire y estás pasando por el interior de los aros, como en el minijuego de Quidditch de los juegos de Harry Potter. Entretenido a más no poder, aunque algo confuso.

A Riders Republic todavía le quedan unas semanas de desarrollo. En la beta, todavía aparecen algunos problemas gráficos (más visuales que de rendimiento —4K/60 FPS en nueva generación—, que al menos en PlayStation 5 funcionaba bien). Nuestro personaje lucía una trenza, pero cuando llevaba un abrigo de nieve se le traspasaba a través de la capucha. Por lo demás, un título bastante sólido que verá la luz el 28 de octubre en consolas actual y de nueva generación, PC y Google Stadia. Habrá que ver si la propuesta final es lo suficientemente profunda como para aguantar en el largo plazo.

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Impresiones de la versión de PS5.