Company of Heroes 3, Primeras Impresiones Jugables

En septiembre del 2006 aparecía Company of Heroes, considerado por muchos como uno de los mejores juegos de estrategia en tiempo real que se han producido nunca. El equipo canadiense Relic, que saltaría al estrellato en el género con los magníficos Homeworld y Dawn of War, firmaba un trabajo magistral al plantear un RTS basado en la madre de todas las guerras: la 2ª Guerra Mundial, particularmente su lado más cinematográfico: el desembarco de Normandía y todo el operativo alrededor de la crucial operación para que las fuerzas aliadas pusieran el pie en el continente. Caracterizados por crear juegos atípicos, el estudio supo interpretar cómo poner en valor la riqueza de unidades y vehículos de combate en la contienda para crear un sabor propio, usando una escala más reducida y urbana que se alejaba de los choques entre grandes ejércitos para poner el foco en una contienda de claro carácter urbano, con constantes combates a cara de perro sobre los poblados en ruinas tras la conquista nazi.

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Hay numerosos elementos mecánicos y estéticos por los que Company of Heroes es un clásico tanto en su vertiente de campaña como en su aspecto multijugador pero no nos detendremos en ello. Tampoco explicaremos en detalle los motivos por los que la segunda parte, basada en la contienda por el frente oriental, no cuenta con ese amor incondicional, aunque sí diremos que había un evidente condicionamiento en su vertiente multijugador por el futuro del género, afectado por la irrupción de experiencias multijugador más destiladas y competitivas que habían afectado al caudal de nuevos jugadores interesados en el RTS tradicional. Desde entonces han habido muchos cambios, Relic casi desaparece en la hecatombe de THQ y el RTS ha seguido sin dar muestras de recuperar la vitalidad de antaño, pero a pesar de ello y gracias a la adquisición por parte de Sega y su apuesta por el PC, hoy podemos estar aquí contando algo por lo que hace unos años no hubiéramos apostado ni un euro: nuestra primera partida con Company of Heroes 3.

Un escenario poco explorado

Lo primero que pensamos cuando se nos invitó a un evento (digital, por supuesto) de presentación de Company of Heroes 3 fue el emplazamiento y contexto ¿dónde se iba a situar?. Dábamos por asumido que si utilizaban el “3” sería un juego continuista con respecto a los anteriores, así que no dudábamos de que estaríamos hablando de un RTS (o preferíamos no pensar en otras alternativas). Así que sin dudar en ese aspecto, la duda principal era el escenario bélico que se nos plantearía. La duda fue resuelta a los primeros segundos de la presentación oficial: Italia y Egipto con el mediterráneo como nexo compartido.

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Ciertamente no es el lado más habitual ni cinematográfico del conflicto, pero ese era también un factor atractivo para un estudio que ya había explorado los dos frentes principales de la contienda. Estaba la posibilidad de mirar al pacífico como la alternativa más popular restante, pero al plantear un RTS en ese escenario había dudas importantes sobre cómo presentar los bandos, el balance de las unidades o si la clase de batallas célebres allí, con gran protagonismo de la fuerza naval, era el adecuado para la clase de juego que esperaban los amantes de la saga.

La llamada “liberación de Italia” ofrecía por otro lado todo un cúmulo de atractivos interesantes. Una contienda más cercana al tipo de juego que se espera de Company of Heroes, con una combinación de fuerzas terrestres, aéreas y marítimas tratando de hacerse paso o defender posiciones desde Nápoles, pero con predominancia de fuerzas terrestres de infantería, paracaidistas y anfibias combinadas con unidades mecanizadas. Buena parte de la representación bélica de aliados y fuerzas del eje podía ser utilizada sin problemas, dando lugar a un mayor control del balance de fuerzas. Y además, era la oportunidad de jugar con una paleta de colores, clima y escenarios muy distinta de la utilizada normalmente en juegos basados en la 2ª Guerra Mundial, un reto atractivo para los artistas y diseñadores del estudio. Si a eso le sumamos la posibilidad de enlazarla con Egipto como parte de la batalla por la supremacía del mediterráneo, las posibilidades estilísticas se antojan frescas sin comprometer el estilo de juego.

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Un nuestro primer contacto con el juego pudimos disfrutar de un ejemplo particularmente paradigmático de las posibilidades de este escenario. Era una misión para ayudar a un grupo de partisanos italianos que habían sido descubiertos y acorralados en un pequeño poblado italiano. Salvarlos supondría un empujón en el apoyo de las fuerzas de resistencia locales, pero el emplazamiento, un pequeño poblado en lo alto de una colina rodeada de terrazas de cultivo, impedía una operación a gran escala. No sólo era un mapa precioso a nivel visual, cargado de verdor y colores cálidos, también su estructura nos condicionaba tácticamente, obligando a desplegar una efectiva combinación de unidades de infantería que nos permitiera avanzar poco a poco contra las defensas nazis, evitando ser pillados en una posición de inferioridad frente a las armas alemanas apostadas en lugares altos e inaccesibles.

Metamapa, la gran novedad

Hay que decir que esa misión que mencionábamos no era obligatoria o parte de una campaña lineal establecida. La gran novedad de Company of Heroes 3 es la inclusión de un metamapa al más puro estilo de sus ahora hermanos de productora, Creative Assembly y sus Total War. Partiendo desde la base de operaciones en Nápoles, tendremos un mapa con diferentes localizaciones, enemigos y puntos de interés. Hay objetivos primordiales que marcan lo que serían las batallas que hilan la campaña narrativa, pero hay una amplia variedad de objetivos secundarios que nos permitirán adquirir experiencia y ventajas concretas a la hora de entrar en batalla.

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Por ejemplo, conquistar aeropuertos no sólo impedirá que el enemigo pueda lanzar ataques aéreos contra nosotros, también nos permitirá invocar ayuda aérea en las misiones, ya sea lanzando ataques contra las posiciones enemigas o reforzando nuestras posiciones con tropas frescas o municiones. Algunos combates se librarán automáticamente entre las fuerzas del tablero, como si fuera un Civilization, mientras que en otras batallas pasaremos a un combate escaramuza en modo RTS, por lo que es importante mantener el dominio en el mapeado y tener en cuenta consideraciones estratégicas como las fortalezas y debilidades de las unidades que tenemos en el mapa. Elementos de apoyo, como la posibilidad de lanzar bombardeos desde los barcos de guerra asentados en la costa italiana, también son de vital importancia para facilitar nuestro avance.

Otros aspectos que se nos antojas claves son la forma en la que las unidades en el mapa adquieren experiencia y mejoran sus prestaciones, tanto en el mapa como en la batalla. Conservar unidades con experiencia y no perderlas tontamente será importante. También tendremos que tener en cuenta la forma en la que completar distintas misiones secundarias nos permitirá acceder a ventajas dentro de un árbol de habilidades y bonus extra, con elementos que nos pueden dar interesantes ventajas según la estrategia de despliegue que queramos utilizar. Lo que está claro por nuestras primeras horas de juego que el mapa estratégico es un aspecto importante y que la campaña, que promete superar las 20 horas de contenido, presentará múltiples estilos de juego acorde con nuestras decisiones y preferencias.

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Familiaridad en el combate

Dentro de las batallas en modo RTS, los amantes de Company of Heroes se sentirán como en casa. Más allá del aumento de la fidelidad gráfica, la base jugable de los combates se mantiene. El sistema de cobertura sigue siendo vital para salvaguardar a nuestras unidades del fuego enemigo; el posicionamiento de nuestras tropas y su adecuada configuración para poder afrontar todo tipo de amenazas enemigas también es fundamental. Ocupar posiciones defensivas como edificios es una constante, pero también tener cuidado de no permitir que el enemigo llegue para lanzar una granada en interior que barra a toda nuestra unidad de un golpe. Resulta todo familiar, aunque las horas que jugamos sólo nos da un pequeño atisbo de lo que ofrecerá y queda por ver detalles exactos de las unidades y de cómo afectará el metamapa a nuestra posibilidad de recursos y despliegue dentro de la acción bélica más directa.

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Un prometedor futuro

En esta primera presentación del juego sólo hemos podido jugar unas horas con la campaña de Italia, así que no hemos podido ver Egipto ni tampoco probar nada respecto al multijugador, un pilar clave a la hora de anticipar la popularidad a largo plazo del proyecto. Sí podemos decir que lo que hemos visto nos ha gustado, no sólo por el hecho de jugar a un nuevo Company of Heroes con el que no contábamos a estas alturas, sino también por el aspecto general del proyecto, tanto en presentación como en su combinación de nuevas ideas y planteamiento jugable clásico. A poco que tengan una visión clara de cómo llevar el multijugador y no se pierdan del mismo modo en el que lo hicieron con la segunda parte y sus expansiones, podríamos tener ante nosotros a un nuevo representante AAA de un género que hace tiempo que no da alegrías en esta categoría de gran producción.