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Cazadores de lore

Devola, Popola y las conexiones de NieR

Atamos cabos entre NieR Replicant y NieR: Automata a través de estas gemelas y otros eventos que definen el universo creado por Yoko Taro... ¡Spoilers!

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Devola, Popola y las conexiones de NieR

Todo empezó en España. O al menos en una versión alternativa de ella. Porque, aunque nuestro objeto principal de estudio será el papel de Devola y Popola en el universo NieR, y cómo tanto ellas como otros elementos del recién estrenado NieR Replicant ver.1.22474487139... conectan con NieR: Automata, una contextualización del peculiar universo creado por Yoko Taro estaría incompleta sin hablar de Drakengard. Este juego de PlayStation 2, ambientado en una variación invertida de Europa, culminaba en medio de nuestra península cuando unos seres llamados custodios iniciaban una invasión a gran escala para exterminar a la raza humana.

Si no habéis probado este juego de culto y os queréis poner al día, tenemos por ahí atrás un reportaje dedicado a su historia y a sus perturbadores finales alternativos. El único que nos interesa hoy, el E, trataba sobre cómo Caim y su dragona, Angelus, llevaban el combate contra su progenitora, una criatura llamada Aberración, a otra dimensión: viajando a través de un portal, los tres acababan en “nuestro” mundo (no invertido) y disputaban el duelo final entre las calles de Tokio. Allí, Caim resultaba vencedor y daba matarile a Aberración, cuyos restos se esparcían por la ciudad en forma de cenizas. Entonces, tal y como reza el dicho popular, se lió parda.

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El síndrome de cloración blanca

2003 fue el año en el que se estrenó Drakengard (en Japón) y 2003 es también el año en el que el universo de NieR cambió para siempre. En él, la irrupción de Aberración y el esparcimiento de sus restos por el distrito de Shinjuku causó una enfermedad conocida como cloración blanca: debido a la naturaleza foránea de las partículas que formaban su cuerpo —denominadas maso por los científicos—, algunas personas empezaron a infectarse y perecer desintegrándose en restos salinos como los de Aberración; otras, en cambio, enloquecieron y atacaron a sus semejantes.

Lo que los científicos no sabían —y los jugadores tampoco a menos que indagasen en material extra publicado fuera de los juegos— es que esta enfermedad conectaba a los humanos con un dios de otra dimensión y los sometía a un dilema: rendirse ante él y formar parte de su legión o negarse y convertirse en estatuas de sal, desintegrándose en el proceso. Durante los primeros años el problema se limitó a Shinjuku, lugar en torno al cual se construyó un gran muro perimetral en 2004 (llamado muro de Jericó) para contener la enfermedad. Sin embargo, el brote era incontrolable y en 2008 la legión logró que dicho muro se viniese abajo.

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Este evento llevó a tomar medidas más drásticas y al año siguiente se bombardeó Shinjuku en un vano intento de evitar la dispersión de sus infectados. Vano, porque las explosiones en realidad sirvieron para propagar las partículas maso por la atmósfera y pocos meses después la cloración blanca se reveló como un problema de escala mundial. Las víctimas empezaron a aparecer y multiplicarse en otros países, causando que la legión reapareciese con más fuerza que nunca. La humanidad debería buscar otra solución si quería sobrevivir a la crisis.

El proyecto Gestalt

Tras años de intentos infructuosos para dar con una vacuna, en 2014 la comunidad científica se sorprendió ante el descubrimiento de que la propia partícula maso se podía usar para separar el cuerpo del alma y así evitar el peligro de infección. El plan entonces pasó a ser dar con un método de implementación segura —y masiva— como medida para evitar la extinción y ganar tiempo mientras no había una cura definitiva. Este estudio recibió el nombre de proyecto Gestalt y no se materializó con éxito pleno hasta 2025, cuando por fin se logró reintroducir el alma de un humano (Gestalt) en un nuevo receptáculo físico con el código genético de su cuerpo original (replicante). El mismo humano que con el que jugaríamos al principio de NieR Replicant y más tarde sería referido como Señor de las sombras.

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Siguiendo a un periodo largo de experimentación y más implantaciones exitosas, en 2032 este proceso de “gestaltificación” para una posterior “replicantificación” se empezó a ofrecer a las masas. A estas alturas, miles de millones de personas habían caído ya presa de la cloración blanca, así que muchos accedieron a pesar de tratarse de una medida tan drástica. De forma simultánea, y dada la ausencia de alma en sus cuerpos —lo que imposibilitaba su contagio y conexión con el misterioso dios del otro plano—, los replicantes se usaron para combatir a la legión.

Y justo aquí es donde Devola y Popola entran en escena: dada la necesidad de tanto custodiar a los Gestalt incorpóreos —que iban a entrar en hibernación a la espera de un regreso seguro a los cuerpos— como de supervisar a los replicantes, los humanos diseñaron modelos de androides gemelos que aunaban inteligencia, longevidad, invulnerabilidad a la cloración y apoyo mutuo para llevar la pesada carga de tener sobre sus hombros el destino de la humanidad. Así, múltiples parejas de Devolas y Popolas fueron manufacturadas para atender estos sistemas de replicación a lo largo de todo el mundo de una forma no tan diferente a una granja: cuando los replicantes envejecían y morían, ellas se encargaban de recuperar su maso y crear nuevos cuerpos a partir del ADN de los Gestalt en reposo, reinsertando sus memorias y perpetuando el ciclo.

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Sin embargo, aunque el método de gestaltificación parecía fiable, con el tiempo algunos Gestalt enloquecieron y se volvieron agresivos. Este fenómeno se denominó recaída y se debía a un fallo endémico del sistema: en los orígenes del proyecto se había dado siempre, desde el momento en el que se extraían las almas. No fue hasta la primera separación exitosa —la del Gestalt del que surge el replicante que controlamos durante NieR— cuando los científicos consiguieron estabilizar el proceso, así que decidieron usar el maso de ese espécimen en los demás. Una medida que funcionó a corto plazo, pero fue incapaz de sostener la separación más a la larga, derivando en los Gestalt que los replicantes y el jugador conocerían como Sombras.

En paralelo a todo esto, para acelerar el proceso de gestaltificación y replicantificación, también se llevó a cabo la creación de los grimorios, receptáculos de Gestalt con forma de libros mágicos alimentados por la materia maso. El propósito de Grimoire Noir era lograr una conversión rápida de los humanos a Gestalt (el de Grimoire Weiss, ayudarle a reinsertarlos en los replicantes), así que se produjo a gran escala para repartirlo entre la población y usarlo para separar el alma de aquellos individuos que no se habían presentado voluntarios al proceso.

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Una bibliotecaria y una juglar

Y esto nos lleva, por fin, a NieR Replicant, que empieza a narrar su historia en 2053, con el espécimen original (al que a partir de ahora llamaremos Nier) cuidando a su hermana Yonah muchos años después de participar en el proyecto Gestalt. Tras recibir dos volúmenes de Grimoire Noir de una supuesta organización caritativa, Yonah usa el suyo y entra en un proceso de gestaltificación malogrado. El fallo genera la recaída de su Gestalt, pero también una enfermedad llamada necrosis rúnica en su cuerpo, lo que impide realizar la fusión de nuevo y fuerza a Nier a buscar ayuda.

Esto lleva al acuerdo del que surge el Señor de las sombras: tras averiguar que se trata del espécimen original, capaz de mantener conciencia plena como Gestalt, la organización se compromete a inducir a Yonah en un sueño profundo para que pueda sobrevivir hasta el momento en el que la cura sea viable (periodo que estiman en mil años) a cambio de que Nier también pueda ser retenido y usado para intentar estabilizar a los demás Gestalt con su material genético. Nier accede y permanece en estado Gestalt durante esos mil años. Y luego otros cien, y otros, y otros, y otros... Hasta que, llegado 3465, se cansa y decide recuperar el replicante de su hermana.

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Esto, naturalmente, supone un duro golpe para su propio replicante, nuestro protagonista del prólogo en adelante, que ha desarrollado conciencia y emociones por su cuenta y es ajeno a toda la situación. Pero también para las Devola y Popola de la aldea donde habían residido él y la replicante de Yonah, puesto que ya pretendían enviarlos junto al Señor de la sombras tras completar la búsqueda de los Versos Sellados y restaurar el poder de Grimoire Weiss (necesario para activar la reunión de cuerpo y alma junto a Grimoire Noir), pero se chafan sus planes.

Con el Señor de las sombras enfadado y oculto tras un sello mágico, Popola —bibliotecaria y de mayores inquietudes intelectuales que su hermana— debe investigar la forma de abrirlo, lo que lleva al lapso de cinco años y la búsqueda de los fragmentos de llave en la que nos embarcamos durante la segunda mitad de la aventura. Sin embargo, el nuevo plan también plantea un problema, y es que el Nier replicante se ha vuelto muy poderoso y cuenta con aliados como Kainé y Emil. Su determinación a recuperar a Yonah puede resultar en la muerte del Nier Gestalt, algo que a la larga también condenaría a los demás Gestalt y significaría el fin de los humanos originales. Así que, con el sello roto y el acceso al Señor de las sombras abierto, se adelantan al grupo para intentar detenerlos. Pero no son capaces.

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Devola, juglar dicharachera que amenizaba a los replicantes en la plaza y la taberna de la aldea con su música, es la primera en morir, situación que destroza a Popola. Por primera vez en milenio y medio de existencia, está sola y experimenta tristeza e ira de una forma antaño solo atribuible a los humanos.

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¿Parar? ¿Parar? ¿Quieres que pare? ¿Crees que puedo permitirme el lujo de parar? ¡¿Rebanas a mi hermana como si fuera un animal y me pides que pare?! ¡Aquí no va a parar nadie! ¡Es muy tarde para parar! ¡Aquí no va a parar... nadie!

Popola, NieR Replicant

Pero su pesar se apaga pronto, pues no es rival para el trío y Grimoire Weiss, que también los asiste por los vínculos afectivos creados en el viaje. En un intento desesperado por detenerlos, se auto inmola, aunque el sacrificio de Emil consigue poner a los demás a salvo para proseguir la búsqueda del Señor de las sombras.

Este, mientras tanto, ha logrado reintroducir el Gestalt de Yonah en su replicante, pero a la llegada del grupo asiste atónito al abandono voluntario de su hermana, negada a adueñarse de un cuerpo que ahora tiene conciencia propia y sentimientos profundos hacia su otro hermano. La situación, de nuevo, empuja al Nier Gestalt al límite, haciéndole enfrentarse a su replicante y —como bien suponían Devola y Popola— pereciendo en el intento. Este hecho, al margen del final obtenido por el jugador para concluir la historia del Nier replicante, de Yonah o de Kainé, lleva siempre hacia una constante inamovible: la humanidad tiene los días contados.

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Gloria a la humanidad

El final de NieR Replicant fue acompañado por el final de las Devola y Popola que conocíamos durante el transcurso del juego, pero no el de los otros modelos idénticos que velaban por los Gestalt en otras partes del mundo. Diseñadas para durar indefinidamente y cumplir ese cometido, el resto de Devolas y Popolas pasaron más de medio siglo viendo como las almas humanas recaían una tras otra y los replicantes contraían la necrosis rúnica. No fue hasta principios del cuarto milenio cuando el proceso de custodia y uso de ADN para crear nuevas copias llegó a su fin. El proyecto Gestalt había fracasado y, salvo por la excepción de Emil —capaz de sobrevivir a su sacrificio—, ya no quedaban humanos sobre la tierra.

Lo que quedó fue la ausencia de un objetivo, el motivo esencial para existir. Y también el odio. El odio de las Devolas y Popolas supervivientes hacia las responsables de custodiar a Nier, y el odio de los demás androides hacia las Devolas y Popolas supervivientes por fallar en su cometido. Se convirtieron en parias y fueron mal vistas, mal tratadas y, con el tiempo, también atacadas. Su única razón para seguir adelante eran ellas mismas. Cada Devola tenía a su Popola, cada Popola tenía a su Devola. Así que persistieron juntas. Hasta que los otros androides decidieron eliminar a la mayoría y borrar la memoria de las restantes, programando en su lugar un sentimiento de culpa que les empujaba a ser serviciales.

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No obstante, no sería ese el legado final de Devola y Popola porque, tras descubrir el inevitable fracaso del proyecto Gestalt, unos modelos decidieron reunir la información restante y enviarla a la luna. Allí fue guardada en una base de datos y permaneció mucho después de la extinción de la humanidad, llevando a la gran mentira sobre la que se construiría el argumento de NieR: Automata: miles de años después de la muerte del último Gestalt, y siguiendo a la invasión de unos alienígenas que intentaron dominar la Tierra mediante el despliegue de robots, los androides organizaban una resistencia para hacer frente a las máquinas y recuperar la Tierra para esos humanos que, presuntamente, se habían refugiado en la luna.

En un golpe de ironía e historia cíclica, los aliens también se extinguían, dejando tras de sí tanto a máquinas huérfanas de sus creadores como a androides que se negaban a aceptar que sus rivales eran capaces de desarrollar los sentimientos propios de los humanos mitificados y reverenciados por ambas especies. YoRHa, la fuerza militar responsable de 2B, 9S y 2A, perpetuaba el conflicto sobre esa mentira, escondiendo además que las cajas negras usadas por sus modelos como fuente de poder y recuerdos se basaban en la misma tecnología que daba conciencia a las máquinas.

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Este sentido del propósito, si bien falso, permitió a los androides seguir viviendo y luchando hasta que, durante los eventos de NieR: Automata —a punto de alcanzar decimosegundo milenio—, asistimos a los últimos compases de una de las muchas guerras disputadas contra los robots. En ella, los modelos de Devola y Popola residentes en el campamento al que acuden nuestros protagonistas a lo largo del juego ayudan a 9S a acceder a la gran torre aparecida durante la ruta C, propiciando las revelaciones finales y el desenlace del conflicto con las máquinas.

Es una decisión motivada por su sentimiento de culpa permanente, y resulta en el sacrificio de ambas, precio que pagan de buen gusto antes de que uno de los pods revele a 9S su historia y la razón por la que fueron tratadas como parias a pesar de no ser responsables de los actos atribuidos por los demás androides.

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A la llegada de 2A a la misma torre poco tiempo después, ambas yacen en la puerta. Sin energía, al borde del colapso. Pero juntas.

Mientras tengamos cuerpos para apoyarnos la una en la otra... Mientras tenga a alguien con quien compartir mi destino... Entonces, seguiré adelante, sin importar qué me ocurra. Porque no pararé de protegerla. No pararé de hacerlo. Nadie para. Pues es el destino que nos ha tocado a las androides gemelas.

Popola, NieR: Automata

NieR Replicant ver.1.22474487139...

  • PC
  • PS4
  • XBO
  • RPG
  • Acción

NieR Replicant ver.1.22474487139... es una nueva versión del título de acción RPG original de PlayStation 3 para el mercado japonés, esta vez, para todo el mundo en PC, PlayStation 4 y Xbox One a cargo de Toylogic y Square Enix. La precuela mejorada de NieR:Automata. Un bondadoso joven parte en compañía de Grimoire Weiss, un extraño libro parlante, en busca de los Versos sellados para salvar a su hermana Yonah, enferma de necrosis rúnica.

Carátula de NieR Replicant ver.1.22474487139...
8.5