Los juegos más esperados de 2021 y más allá: Hollow Knight Silksong
Hollow Knight Silksong es la secuela de uno de los indies 2D más exitosos de siempre que ahora busca consolidarse
En un momento en el que los metroidvania de nuevo cuño ya desafiaban descaradamente a los tradicionales, lo que Hollow Knight demostró como el que no quiere la cosa en 2017 es que las sorpresas con mayúsculas aún eran posibles en este tipo de juegos. Había pistas para anticiparlo: con el fenómeno del crowdfunding en Kickstarter bastante consolidado, Team Cherry había lanzado una campaña –en 2014– que dejaba claro en sus stretch goals que su proyecto aspiraba a lo más alto, pero no se podía esperar tanto. El juego salió en Steam y lo que sucedió a continuación no nos sorprende, ya que Hollow Knight es el mejor ejemplo que hemos visto en los últimos años, en toda la industria, de videojuego que esconde muchísimo más de lo que aparenta, esperando a quien desee sumergirse. Lo curioso es que aquel Kickstarter fue un éxito a medias en el que no se lograron todos aquellos objetivos que apuntaban a un juego enorme a nivel de contenido. Por suerte, al equipo le dio igual y siguió cuidando su gran proyecto –amparándose en unas ventas que acompañaron desde el comienzo– expandiendo y puliendo las aristas de su criatura. A ese mismo equipo lo encontramos ahora midiendo con cuidado los tiempos para lanzar una secuela, Hollow Knight: Silksong, a la que ya vemos en todas las listas de más deseados de este año, y no solo entre lo indie.
Toda una sorpresa
Hollow Knight fue la gran sorpresa de 2017. Hasta su lanzamiento, quien más quien menos de entre los que seguimos los juegos bidimensionales con la pasión de siempre ya había visto algo sobre el proyecto. Lo cierto es que el título siempre tuvo pinta de compra segura para este tipo de jugador, pero nadie podía ni siquiera imaginarse la magnitud de lo que se escondía bajo la fantasmagórica ciudad de Dirtmouth. Lo que parecía un humilde proyecto independiente, destinado a ofrecer diez o quince horas de juego al estilo de Metroid, empezaba a expandirse más y más, dejando sensaciones que hacía tiempo que no se experimentaban, hasta atrapar como el mejor de los grandes proyectos de aquel año. Un videojuego que se vendía a 15 euros crecía en interés por su atmósfera peculiar prácticamente a cada media hora de juego, y no te permitía dejar los mandos hasta haber jugado cuarenta o cincuenta horas, si es que querías explorar todo el mapa con calma. Una vez completado, el juego que parecía bonito de ver, pero tampoco mucho más, dejaba un poso que nadie se habría imaginado al empezarlo: el de haber jugado uno de los mejores metroidvania de siempre, si no el mejor.
El éxito de Hollow Knight hasta vender unos tres millones de copias se gestó a fuego lento. Su lanzamiento, coincidiendo en el tiempo con la recién estrenada Switch y Zelda: Breath of the Wild, no hizo demasiado ruido ni generó una gran cantidad de reseñas en la prensa internacional, aunque llamaba la atención lo positivas que fueron todas ellas. Concretamente, desde estas páginas estuvimos entre los primeros en señalarlo como la obra maestra que es, pero la cosa llegó a más para algunos de nuestros compañeros, que llegaban a aplazar Breath of the Wild porque estaban totalmente obsesionados con este juego o contaban que su banda sonora les había provocado sensaciones que no vivían desde Star Wars. Palabras muy gruesas para un juego que salía a la venta, insistimos, a quince euros.
Tres años después, varios aspectos se han demostrado claves en un juego que ya se considera obra maestra con unanimidad, dejando de lado la cantidad de contenido añadido tras el lanzamiento. Son precisamente esas facetas que queremos ver más ampliadas en esta próxima expansión que terminó por convertirse en secuela completa. Por un lado, su apartado artístico estaba mucho más cerca del de Ori and the Blind Forest o Rayman Legends que del típico indie minimalista, por mucho que sus personajes apostasen por la caricatura en sus personajes. Por otro, su dificultad y las mecánicas aprendidas de Dark Souls se aplicaron con magistral nivel de interiorización, resultando claves en la inmersión. Por último, la sensación de misterio que envolvía todo lo que hacíamos, la idea de ir creando nuestro mapa a medida que podíamos comprarlo por fascículos que no andaban precisamente a la vista otorgaba al juego la munición exacta para distinguirse de otros muchos títulos similares que ya había en el mercado.
Con la barbaridad de copias vendidas, el prestigio de Hollow Knight y del Team Cherry, al parecer formado por cinco personas, no ha dejado de crecer todo este tiempo, sobre todo a medida que su influencia se ha ido sintiendo en otros juegos. Mención especial para un Ori and the Will of the Wisps que ha tomado prestados tanto los idiomas ficticios de sus personajes como la compra de mapas para orientarnos. El panorama de los videojuegos bidimensionales ha tenido suficientes invitados de lujo desde entonces, pero Hollow Knight está presente en todos ellos de un modo u otro.
Una secuela bajo la lupa
Team Cherry ya ha demostrado con creces que es un equipo con una capacidad de trabajo fuera de lo común. También nos ha dejado claro que sus proyectos salen a la venta cuando están suficientemente pulidos, cosa que se toman bastante en serio ya que hace casi dos años que vimos el primer tráiler de este futuro Silksong. A tenor de los veinte minutos de gameplay enseñados en el E3 de 2019, Silksong se ha ganado a pulso la expectación, pero también plantea algunas preguntas a quienes más se sumergieron –y se perdieron alguna vez– en su primera entrega.
Es evidente que todo en Silksong gira en torno a su nuevo personaje protagonista, la letal Hornet a quien ya conocemos del primer juego. De hecho, su presencia como personaje jugable era uno de aquellos stretch goals no conseguidos de la campaña de Kickstarter, pero ahora que la hemos visto en movimiento entendemos por qué no ha entrado en ninguno de los DLC posteriores. En una reciente entrevista con Edge Magazine, el equipo cuenta cómo el desplazamiento de la nueva protagonista -más pesada, con saltos menos pronunciados, pero al mismo tiempo mucho más acrobática- no funcionaba con los entornos de Hollow Knight: había que crear un nuevo mundo a su alrededor. Tanto el tráiler como el gameplay que ya hemos podido ver inciden sin complejos en esta idea: Hornet puede dar volteretas, se impulsa entre los enemigos en el aire y seguramente podrá hacer mil cosas que aún no hemos visto, así que necesita más verticalidad. En el gameplay del E3, Silksong da la sensación de salir bastante pulido y sin los problemas de rendimiento que arrastraba su predecesor en sus comienzos, por lo que su objetivo es ambicioso: mantenerse en la cumbre de una escena indie ahora que es todo un indie triple A.
Un metroidvania de sensaciones
Hollow Knight bordaba muchas cosas, pero las vamos a resumir en dos: lo bien que se planteó el combate -y la movilidad del personaje- y lo maravilloso que había en la sensación de ser un minúsculo personajillo perdido en un mundo que apenas podía abarcar: un mundo que, para colmo, no dejaba de expandirse sin estar siempre claro por donde avanzar. Son dos de las cuestiones sobre las que más ojos se posarán cuando tengamos con nosotros esta segunda parte, tratándose como lo hacen de recuerdos imborrables para quienes exprimimos a fondo el primero. Sobre el combate, lo cierto es que las cosas pintan bastante bien en lo que se ha visto: Hornet y su aguja parecen diversión asegurada, ya que los patrones de los enemigos vuelven a parecerse a los de infinidad de juegos clásicos, de nuevo ejecutados con el acierto de un equipo que ha demostrado mano experta precisamente en eso. Sobre las sensaciones que causaban los momentos de pérdida, en cambio, tenemos muchas más dudas con esta secuela. Es cierto que había algunos algo exagerados en el primer juego y que encontrar el camino podía llegar a desesperar en ocasiones, pero tampoco lo es menos que Hollow Knight fue un juego que basó su impacto en su dificultad, y esa pérdida era un componente muy bien integrado.
Son muchos los ejemplos de grandes juegos que pierden fuelle en alguna de las facetas que los han hecho grandes a las primeras de cambio. Sin ir más lejos, el sensacional Ori and the Will of the Wisps no resulta tan duro como su primera entrega a nivel de plataformas difíciles, pero lo suple con otras cosas nuevas y no anda para nada escaso de desafío adicional. Con Silksong, lo que más esperamos es que aquellas sensaciones del primer juego vuelvan a tener el suficiente peso específico y no se diluyan con una navegación que pueda resultar excesivamente guiada, porque eso disminuiría mucho la personalidad del juego, por evidente que sea que las expectativas están disparatadas o que el equipo quiere dirigirse a un público aún mayor. Por suerte, todo lo que se ve, se escucha y se percibe a los mandos parece estar en el camino adecuado. El sensacional Christopher Larkin vuelve a enamorar con su música, y la protagonista parece justificar de sobra su ascenso a personaje principal. Pronto averiguaremos si el evidente reciclaje de recursos o el afán -declarado- por resultar accesible a los nuevos jugadores no termina diluyendo parte de la grandeza de Hollow Knight. Suceda o no, lo que es evidente es que aquel proyecto indie que no parecía nada especial en 2017 tiene a miles de personas suspirando por su secuela tras haberse convertido en juego de culto, y esa es una gran noticia para los proyectos en 2D que necesitan nuevos referentes tras el sensacional Ori and the Will of the Wisps. Hollow Knight: Silksong bien podría ser su siguiente gran escalón.
- Acción
- Plataformas
Hollow Knight: Silksong es la secuela del celebrado plataformas de acción Hollow Knight a cargo de Team Cherry para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5, Xbox Series y Switch. Descubre un extenso reino encantado en Hollow Knight: Silksong, la secuela del galardonado juego de acción y aventura. Explora, lucha y sobrevive a medida que asciendes a lo más alto de una tierra bajo el hechizo de la seda y la música. Encarna a Hornet, la princesa y protectora de Hallownest, y aventúrate a lo largo de un nuevo reino en el que imperan la seda y la música.