El juego en la nube llega a Switch. Qué ofrece y qué podemos esperar

Hace unos días, en “el último Nintendo Direct Mini: Partner Showcase del año”, entre el anuncio de las remasterizaciones de No More Heroes y los detalles de Bravery Default II se colaron, como quien no quiere la cosa, las versiones en la nube de Control, disponible desde el mismo término de la retransmisión, y Hitman 3, de próxima aparición. Digo “como quien no quiere la cosa” porque no hubo bombo al respecto. Parecía lo más normal del mundo que juegos de la actual generación de PS4/One aparecieran vía computación en nube en una consola que no podría moverlos por sí misma. Es como si se quisiera restar importancia a lo novedoso y portentoso del asunto. ¿Falta de confianza en el producto tanto de los Third Parties como de Nintendo, tal vez? Veamos qué supone realmente esta nueva experiencia en Switch.

En mayo de 2018, también por sorpresa, se anunció Resident Evil VII Cloud Version para Switch en Japón. Llegó como un alquiler en el que el usuario pagaba 2000 yenes, lo que son más o menos 15 euros al cambio, por seis meses de uso renovables. En octubre de ese mismo año llegaba también a Japón vía cloud el recién estrenado Assassin´s Creed Odyssey. Lo hacía con un rendimiento mejorable que hacía temer por la necesidad de conexiones potentes para hacerlo funcionar en la consola de Nintendo. Transcurridos dos años ¿En qué condiciones ha llegado este tipo de servicio al mercado occidental? ¿Funciona bien Control? ¿Qué requisitos de conexión y espacio requiere? ¿Cuál es el método de pago elegido para poder jugarlo?

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Control Cloud Version en Switch se ejecuta a través de un launcher que necesita algo menos de cien megas de espacio en el disco duro. Buena noticia para empezar sabiendo los quebraderos de cabeza que da la consola a la hora de almacenar tanto juego después de tres años en el mercado. Desconocemos la rapidez de conexión que es necesaria para hacer funcionar el juego, pero no hay problema. Control te permite arrancar el juego para probarlo diez minutos. Si tu conexión no es lo suficientemente buena en tránsito de datos y estabilidad te expulsará de la partida advirtiéndote. Así, más que una demo, arrancar Control lo que nos ofrece es saber si nos va a ser posible jugar a él. De hecho, la utilización de estos minutos tiene un muy limitado número de usos. Una vez realizada la comprobación, si esta es positiva, se nos indica que podemos acceder desde el propio menú a la eShop para hacernos con el juego completo. Lo que nos encontramos entonces es una licencia de uso ilimitado de la edición con todos los DLC por 39,99 euros. Esto es, estamos comprando su uso hasta que un día se apaguen los servidores.

En nuestro presente, en este tumultuoso tránsito del físico al digital que estamos viviendo, puede que este método haya hecho arquear la ceja a más de uno. Si lo pensáis bien, es lo mismo que ocurre ya con juegos como Destiny aunque lo tengamos en físico, el juego queda inutilizable el día que apaguen los servidores. Yo por ejemplo, que soy esencialmente un jugador de campañas monojugador, no renové mi última suscripción al Plus porque no suelo jugar online y los juegos que regalan suelo tenerlos casi todos a estas alturas de la generación. Pues bien, eso me impide jugar a Destiny, pero también a Anthem o al primer Star Wars Battlefront. Por otro lado, títulos que adoro como No Man´s Sky o Elite Dangerous, que disfruto en solitario, necesitan igualmente de conexión permanente para generar y mantener en pie sus universos. Estamos ya metidos de cabeza en esta nueva realidad digital, y nos hemos introducido en ella casi sin darnos cuenta. Se trata pues de una cuestión de cambio de mentalidad que ya tenemos totalmente asimilada en la música con servicios como Spotify, o en el cine con plataformas como Filmin, HBO o Netflix. No hay posesión ahí, pagamos por la experiencia que nos da escuchar un disco o ver una película. Como dice al respecto mi amigo Loren, de La posada de Términa: “¿No es eso mismo lo que ocurre cuando pagamos la entrada para ver una película en el cine?”

Para ir concluyendo, recordemos cómo funciona esto. En el Cloud Gaming el juego se ejecuta remotamente en potentes servidores. El trabajo sucio se realiza allí. Se recibe nuestro input, por ejemplo pulsar el botón de salto, se procesa la respuesta en el servidor y se manda esa imagen del juego comprimida de vuelta a nuestras pantallas. El hardware que hace de receptáculo es una caja tonta, solo tiene que tener la capacidad de gestionar los paquetes de información que le llegan. Con respecto a la solvencia del asunto ahora mismo en Switch, Control funciona estupendamente. He jugado con la conexión de fibra de 100 megas que tengo en casa. Ya sabéis que la Switch no va muy fina con el wifi, pues bien, también he ejecutado el juego sin problemas desde una habitación adyacente al salón, donde tengo el router. Sí, me he dado el gustazo de echar partidas a Control en formato portátil tumbado tranquilamente en la cama de mi dormitorio. El juego va fluido y sin aparente lag. Y luce de maravilla, como si mi partida se estuviera dando en una PS4 o una One. Tiene, al igual que en estas consolas, opción de optimizar los gráficos o el rendimiento. Yo, optando por lo primero, no he tenido ningún problema en la tasa de frames. Una gozada, vaya.

No sé qué pensáis vosotros sobre las vías que se abren ante Switch. En mi caso me ganarían, más que con la adquisición individual de títulos para jugarlos en la nube, con un servicio tipo suscripción mensual por un catalogo de juegos en ese formato. Sería como la consola virtual que tiene ahora mismo Nintendo a través de su suscripción online pero sin instalar los títulos en la memoria de la consola. En lugar de clásicos de NES/Supernes tendríamos a nuestra disposición juegos triple A de la actual generación o de la Next Gen. Se ha hablado mucho de la estupenda relación de Nintendo y Microsoft. ¿Os imaginais algo como Game Pass en Switch pero con base en la nube? El servicio estándar cuesta ahora mismo en One 9,99€ al mes, alrededor de 120€ al año. ¿No es preferible pagar eso por más 100 juegos, muchos de ellos triple A, que 80 o 70€ por uno? Tendríamos en Switch la next gen con la versatilidad que da su carácter híbrido. Estamos hablando de juegos de los que la consola, por su limitado hardware, no podría ni generar en pantalla una sola imagen. Yo me tiraría de cabeza a por algo así. ¿Alguien ha dicho Ciberpunk 2077 Switch Cloud Version? Take my Money!