Razer Huntsman Mini, análisis. Tan compacto como recomendable

Analizamos el nuevo teclado de Razer, una elegante unidad que opta por la simplicidad y la eficacia en su uso.

Actualizado a 11 de septiembre de 2020 12:02 CEST

El teclado de Razer, curioso espécimen que desde su nacimiento ha servido el noble cometido de ser la primera forma de muchos de adentrarse en el mundo de los teclados con interruptor, atrayendo a nuevos vistosos con sus vistosas luces. Antaño hasta ahí llegaba su mérito y logro, siendo teclados decentes como primera opción pero poco atractivos para cualquier persona más exquisita con sus gustos. Pero Razer ha escuchado a ese sector que se obsesiona por la calidad de un teclado como si de una miniatura de galeón se tratase y comienza a traernos teclados que mezclan su tradicional innovación tecnológica con un diseño más tradicional y cohibido. Es en esa línea que viene el teclado que analizaremos en este texto, el Razer Huntsman Mini.

Espacio para el ratón

Este nuevo teclado de Razer viene en el archipopular formato 60%. Esto significa que carece de algunas teclas que el usuario medio podría considerar indispensables, siendo las flechas direccionales quizás las más importantes para el jugador (muchos juegos las utilizan para movernos por interfaces) pero tampoco tenemos fila de F, captura de pantalla, etc. En su lugar estas quedan relegadas a una segunda columna de funcionalidad accesible presionando la tecla de función. Las flechas por ejemplo se activarían presionando Fn+J, Fn+K, Fn+L o Fn+I. En primer lugar esto puede resultar engorroso pero en juegos que realmente no necesitan estas teclas ausentes (vease la mayoría de FPS multijugador) el reducido tamaño del teclado libera espacio para mover el ratón. Cuanto más espacio para mover el ratón, mejores nuestras posibilidades de ser precisos y rápidos simultaneamente. Queríamos, no obstante, recalcar esta pérdida de funcionalidad inmediata por el formato.Por supuesto, la “Ñ”brilla por su ausencia.

Por lo demás la versión del teclado que hemos recibido podría pasar por estar fabricada por una buena marca china de teclados mecánicos simples, sin pocas modificaciones pero con buena calidad en todas sus partes. Nuestra versión viene en lo que denominan un “blanco mercurio” y resulta bastante agradable a los ojos, con una carcasa minimalista que permite que sobresalgan las teclas y con poco espacio entre las mismas, dejando entrever los interruptores. Un diseño que en nuestra opinión es muy elegante pero que facilita la acumulación de polvo, aunque facilita su limpieza.

Destacar que el plástico de las teclas es PBT, de mayor calidad que el ABS que se usa tradicionalmente en estos teclados pero tradicionalmente más dado a imperfecciones. Son teclas más que agradables al tacto y su mayor peso se nota bastante al usar el teclado, además de su que es imposible que se desvanezcan las leyendas. Al dar la vuelta al teclado, eso sí, se pierde toda consideración estética al haberse decidido plasmar el nombre de la empresa en un mosaico diagonal francamente antiestético.

El teclado viene con un cable de buena calidad que se engancha al mismo gracias a una apertura rectangular que encaja con la cabeza del cable. Esta misma solo está situada a la izquierda del teclado así que quienes quieran que el cable comience desde la derecha o el centro deben tener cuidado. La unica pega de el diseño utilizado es que no quedará tan elegante con cables personalizados como con el de fábrica. El teclado cuenta con unos pies de doble altura a 6 y 9 grados ambos con suela de caucho así como cuatro pequeños parches para disminuir la fricción en las cuatro esquinas.

La belleza real esta en el interior

De alguna forma desde Razer no están tranquilos si no incorporan alguna innovación tecnológica en sus productos y este es uno de esos casos en los que lo agradecemos encarecidamente. El terreno de los interruptores de teclado lleva tiempo estancado en las imitaciones de los Cherry, con su base plástica que se desliza por un cilindro con muelle. Estos nuevos interruptores de Razer cuentan con un diseño que nos recuerda a las trampas de ratón de toda la vida, con dos barras de metal a cada lado del mismo que actúan como si de pequeños estabilizadores de barra espaciadora se tratase.

El resultado es una sensación de linearidad bastante fluida incluso antes de aplicar lubricante a los mismos aunque debemos mencionar que sí notamos algo de arañado al apretar las teclas demasiado rápido o demasiado fuerte. Sus propiedades analógicas los hacen uno de nuestros teclados favoritos para jugar a juegos como osu! que requieren increíble velocidad y precisión en el tiempo a la hora de presionar los botones. Desafortunadamente sigue requiriendo del uso del incomodo software Razer Synapse para desbloquear el potencial de su iluminación o macros, pero nosotros hemos usado el teclado sin problemas sin siquiera instalarlo.

En general este pequeño teclado se trata de una de las mejores opciones para jugadores que quieran encontrar algo por poco más de 100 euros. Su diseño elegante destaca en un mercado donde los teclados gamer suelen buscar la vistosidad (moda que la misma Razer empezó y ahora parece dispuesta a enterrar) y su funcionalidad analógica lo hace superior para jugar a la mayoría de teclados de entusiasta.

Con algunas modificaciones este puede ser un teclado no de primera gama pero sí todo lo cerca que se puede llegar sin una base de metal sólida. Para quienes no buscan nada más que un teclado extremadamente funcional que puedan usar tanto en la oficina como en la mesa de su cuarto el Razer Huntsman Mini es ahora mismo una de las mejores elecciones disponibles y una apasionante nueva dirección para la empresa de Singapur.

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