Ubisoft en PS4 y Xbox One: una generación de errores, aciertos y lecciones aprendidas
Repasamos los 7 años de la compañía francesa en la presente generación, donde comenzó con dificultades para terminar dando una vuelta de tuerca a sus políticas.
Mañana seremos testigos seguramente de los últimos vestigios de la aportación de una compañía especialmente prolífica a esta generación como es Ubisoft. Aún vamos a ver algunos de sus juegos más importantes en las consolas actuales, como son Assassin’s Creed Valhalla o Watch Dogs Legion, pero evidentemente, los esfuerzos de la editora gala, al igual que los de todas las compañías, grandes y pequeñas, están puestos ya en PlayStation 5 y Xbox Series X. Esos dos van a ser los juegos que cierren una trayectoria de 7 años que ha sido una verdadera montaña rusa, con picos altos y bajos, y que además, han llegado a ser muy extremos. Así ha sido la evolución, de una de las compañías de videojuegos más importantes de la actualidad, que partiendo de serias dificultades y malas decisiones, ha sabido redimirse.
Entre downgrade y bugs, inicios erráticos
Ubisoft, al igual que la grandísima mayoría de publishers, no se complicó la vida al inicio de esta presente generación que está en sus últimos meses de vida. Tres lanzamientos intergeneracionales dieron el pistoletazo de salida, destacando un Assassin’s Creed IV: Black Flag que, a pesar de sentirse muy diferente a lo que estábamos acostumbrados en la saga, aún es considerado por la comunidad como uno de los mejores, y sin ser adalid de una nueva tecnología, rayaba a gran altura en este, por aquel entonces, nuevo hardware. El gran Rayman Legends y el éxito perenne, Just Dance 2014, completaron un trío conservador con el que Ubisoft pisaba sobre suelo seguro ante la llegada de 2014, cuando ya había que empezar a mostrar el verdadero potencial de las máquinas que manejábamos. De cara a este año había un nombre propio que destacaba claramente sobre el resto: Watch Dogs, mostrado en ferias y eventos de manera absolutamente espectacular y esta vez sí, prometiendo exprimir al máximo la capacidad de las nuevas consolas. Con esta nueva IP comenzaba de verdad la nueva generación.
Sin embargo, la realidad cuando llegó a las tiendas en mayo de aquel año fue bien diferente, ya que lo que finalmente teníamos entre manos estaba lejos, visualmente, de lo mostrado hace apenas unos meses. Watch Dogs no era un mal juego, en absoluto, y de hecho su 80 en Metacritic lo sitúa como un título notable, pero la crítica era unánime en torno a dos premisas: la primera era positiva, y es que las habilidades de hackeo lo diferenciaban de otros sandbox, pero la segunda no lo era tanto, ya que insistimos, no era a nivel técnico el portento que se había prometido, y el malestar entre los jugadores era evidente. Por desgracia, no le irían mejor las cosas a la franquicia estrella por excelencia de la compañía…
Assassin´s Creed Unity no sería visto tanto como un listón a nivel técnico, pero como no podía ser de otra manera, Ubisoft tenía muchas esperanzas puestas en él: una ambientación que daba pie a entornos fantásticos –y así fue, al César lo que es del César- y ser la primera entrega desarrollada en exclusiva para esta generación eran premisas más que suficientes para ello. Por desgracia, todos recordamos lo que pasó en el lanzamiento del juego, y es que los numerosos errores y bugs, algunos de ellos grotescos, fueron fuente inagotable de memes y chanzas por la red. Aquello granjeó a la compañía el sobrenombre de “Bugisoft”, pero desde el punto de vista más serio, aquel desastre se achacaría al empeño de hacer de esta una franquicia de cadencia anual, algo que por suerte, se rectificaría más adelante. Así, aquel no fue el año exitoso que apuntaba para Ubisoft, a pesar de un buen Far Cry 4 y un muy sorprendente South Park: The Stick of Truth, aún lanzado para las consolas de la ya anterior generación.
Llega el cambio a Ubisoft
Aquellos dos lanzamientos, junto con un suceso que veremos más adelante, hicieron que Ubisoft diera un giro de 180 grados. La crítica, sobre todo de jugadores, no tuvo ningún tipo de piedad hacia dos juegos que estuvieron lejos de sobrevivir a su propio hype, pero no hay mal que por bien no venga, ya que se aprendió de los errores, y aún así, todavía tuvimos que volver a hablar de downgrade en un nuevo título como fue The Division. Empero, tenemos que hablar de un juego tremendamente exitoso, tanto, que aún hoy se sigue situando como la nueva IP más vendida de la historia, superando nada menos que a Destiny, y que a pesar de haber sido lanzado un tanto parco de contenido, el estudio sueco Massive Entertainment fue capaz de dotar de suficientes actividades a su juego para crear una comunidad grande y muy sana alrededor del mismo. Dicho esto, la manera de anunciar y presentar sus novedades cambió radicalmente, y así, se haría de una manera más clara y honesta, mostrando imágenes y gameplay reales de lo que finalmente llegaría a las tiendas y podríamos jugar. Desde entonces, muchos de estos lanzamientos se cuentan por éxitos, y los que no lo han sido, se han intentado mejorar, no dejándolos nunca abandonados. Este es el caso de For Honor, Ghost Recon Breakpoint, que ha tenido y tendrá numerosas actualizaciones, y el caso más extremo, Rainbow Six Siege.
Este shooter táctico recibió críticas muy similares a las de The Division, y es que a pesar de partir de una base jugable muy solvente, el juego adolecía de una falta de contenido tan evidente que fue punto en común en cada análisis. Pero donde parecía que íbamos a terminar hablando de un nuevo fracaso, nada menos que cinco años después tenemos que hacerlo de uno de los juegos de referencia en el entorno competitivo de más alto nivel, y con una base de jugadores enorme que se cuenta por decenas de millones. Ubisoft ha llevado a cabo numerosas pruebas de juego gratuitas con él, el estudio a cargo lo ha dotado de muchísimo contenido como mapas, modos y agentes –y de hecho quieren convertirlo en free to play-, y sobre todo, su importancia en los esports, son algunas de las claves de su éxito, un éxito que por cierto, continuará en la próxima generación.
Otra de las lecciones aprendidas por Ubisoft todos estos años viene al respecto del trato que le da a sus franquicias más importantes. Obviamente, tenemos que mencionar a Assassin’s Creed, y es que tras un mejorado Assassin’s Creed Syndicate, se tomó la mejor decisión posible: ya no sería anual, se tomaría el tiempo que hiciera falta para desarrollarlo, y lo que es no menos importante, se daría un giro de 180 grados a la fórmula. Un giro que, dicho sea de paso y a pesar de convertir tanto a Assassin’s Creed Origins como a Assassin’s Creed Odyssey en excelentes juegos, ha alejado a la franquicia demasiado de sus orígenes, una crítica que en Ubisoft Montreal han anotado de cara a Assassin’s Creed Valhalla, donde volverán algunos de los elementos que hacen reconocible a la saga.
No es la única franquicia cuya imagen ha mejorado. Far Cry 5 o Watch Dogs 2 han revitalizado dos licencias venidas a menos, por diferentes motivos, pero eso ha sido compatible con la costumbre de arriesgar con nuevas IP o juegos diferentes que pueden tener más –Mario + Rabbids: Kingdom Battle- o menos –Starlink: Battle for Atlas- éxito.
Y tenemos que hablar de ese “otro suceso” que mencionábamos antes: la “casi” compra por parte de Vivendi, el gigante francés del entretenimiento. A mediados de 2016, Vivendi ya poseía cerca de ese 30% de acciones de Ubisoft que posibilitaba una OPA hostil, una idea que no gustaba en absoluto en la compañía y que forjó un sentimiento de pertenencia que se hizo patente en el mensaje de despedida de Yves Guillemot en la conferencia del E3 de aquel año, junto a los miembros de los estudios que estaban allí para hablar de sus videojuegos. A través de diferentes vías, como inversores externos o los propios Guillemot, se pudieron comprar las suficientes acciones como para mantener alejada a Vivendi hasta 2018, cuando ambas empresas acordaron descartar cualquier tipo de adquisición.
¿Qué podemos esperar en la próxima generación por parte de Ubisoft? Por el momento seamos cautos, porque sabemos que, como decíamos al comienzo, Assassin’s Creed Valhalla y Watch Dogs Legion son dos títulos intergeneracionales, con las limitaciones que eso conlleva. Es decir, tendremos que esperar unos meses más para saber de lo que la compañía gala es capaz en PS5 y Xbox Series X. Mientras, habrá también que estar atento a las novedades de mañana, ya que hay un buen puñado de títulos sin fecha de lanzamiento y que, en caso de anunciarse, trazarán de manera más clara la hoja de ruta de Ubisoft en los próximos tiempos: Rainbow Six Quarantine, Skull & Bones, Roller Champions, Gods & Monsters –que sabemos que finalmente no será llamado así- y sobre todo el esperado y largamente esperado Beyond Good & Evil 2.
- Acción
- Aventura
Assassin's Creed Valhalla es una nueva entrega de la saga de aventura y acción histórica a cargo de Ubisoft Montreal y Ubisoft para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5, Xbox Series y Stadia ambientada en la era vikinga. Ponte en la piel de Eivor y lidera a tu clan desde los gélidos páramos de Noruega hasta un nuevo hogar en los exuberantes campos de la Inglaterra del siglo IX. Funda tu asentamiento, conquista esa tierra hostil cueste lo que cueste y gánate un lugar en el Valhalla. La Inglaterra de la era vikinga es una nación fracturada, plagada de ruines señores feudales y reinos en guerra, pero bajo ese caos yace una tierra rica e indómita que aguarda a que alguien la conquiste.