No necesitamos una Nintendo Switch ‘Pro’ en 2020: no es el momento
Mientras el modelo estándar de la consola siga vendiendo a esta velocidad, Nintendo no necesita replantearse un relevo con esas aspiraciones.
Creo que, esta vez, Shuntaro Furukawa no va de farol. Aunque el año el presidente de Nintendo pasado se limitó a decir que no íbamos conocer la existencia de nuevo hardware durante el E3 2019 (y así fue), solo hicieron falta unas semanas para que Nintendo Switch Lite se materializase en la sustituta natural de Nintendo 3DS en el mercado. Tenía sentido comercial y había un público que demandaba una solución únicamente portátil.
No sucede lo mismo con una hipotética Nintendo Switch ‘Pro’. No, al menos, a día de hoy, porque la Nintendo Switch actual debe mejorar algunos aspectos antes de pensar solo en potencia. Furukawa asegura que no veremos nuevo hardware en 2020 y, aunque expertos analistas como Serkan Toto, The Wall Street Journal y DigiTimes digan lo contrario, por mucho que reflexione no veo sentido a una nueva versión de la consola este año.
Hace solo unos días salía el informe financiero de Nintendo donde la compañía hacía balance del último trimestre finalizado el pasado 31 de diciembre. Los datos quedaron por encima de mi mejor pronóstico: más de 10.81 millones de unidades despachadas para dar un total de 52 millones de consolas en menos de tres años. Lo más destacable es que, de esa decena, solo 3.24 millones se correspondieron con Nintendo Switch Lite, lo que demostró la clara ventaja que tiene el modelo original en estos momentos.
Nintendo es una compañía que acostumbra a renovar su línea de productos con nuevas gamas; especialmente en las generaciones de Nintendo DS y Nintendo 3DS con cuatro y seis modelos, respectivamente. No en vano, en todos había un denominador común: venían a cubrir un segmento de mercado no abastecido o, en su defecto, a mejorar algunas de las carencias de los modelos existentes. Nintendo Switch Lite cubre la demanda del producto con el precio más reducido de la familia y la comodidad de ser pequeño y portátil.
Pasó con la implementación de cámaras o una tienda digital en DS; pasó en Nintendo 3DS con una opción mucho más asequible, u otras donde se introducía el ansiado segundo stick con dobles gatillos traseros.
El mejor ataque de Nintendo para aplacar la llegada de PS5 y Xbox Series X es el software, no el hardware. Creo que convendremos todos en que el modelo actual de Nintendo Switch, por muy exitoso que sea, presenta defectos y mejoras. Desde la ausencia de Bluetooth a unos marcos bastante desaprovechados, que permitirían un chasis más pequeño y ligero sin renunciar a tamaño de pantalla. Necesitamos más memoria de almacenamiento interno, una mejor exposición de la pantalla ante la luz solar o una pantalla con mejor interpretación del color, sin alterar su resolución. Por tanto, ¿de verdad necesita ahora Nintendo una Switch ‘Pro’ con más potencia? Todo lo comentado debe ir antes de una eventual versión ‘Pro’ que, según algunas voces, sería compatible con resoluciones 4K.
Permitidme dudarlo. No tendría mucho sentido que Nintendo gastase esa bala a mitad de generación cuando sería uno de los grandes escaparates de marketing para promocionar a su sucesora, la de verdad, no la de mitad de generación.
Son muchas las compañías third party las que, a través de ports de alta calidad, han demostrado que la potencia no es un problema para Nintendo Switch. No ahora. Si en 2020 nos ponemos a pensar en lo que debe ser la consola en 2021 o 2022, creo que nos estaríamos equivocando. Las ventas hablan por sí solas: el modelo actual está vendiendo a un ritmo equiparable al de Wii. Lanzar un sistema más caro sin necesidad puede opacar a un producto que funciona a velocidad de crucero.
A modo de conclusión: Nintendo no tiene por qué pensar ahora en una Nintendo Switch con más potencia; mucho menos si es con resolución 4K. No tengo duda de que habrá un modelo mejorado, pero una vez PS5 y Xbox Series X estén plenamente asentadas en el mercado y su nombre no sea capaz de ensordecer a todo lo demás.
Nintendo no necesita entrometerse en esa pelea: sus videojuegos exclusivos serán la mejor medicina. Y, cuandoquiera que se produzca ese anuncio, no esperaría nada muy diferente a lo que supuso la gama New en Nintendo 3DS, con algo más de memoria y un poco más de poder. Olvidémonos de grandes saltos intergeneracionales que nunca han existido en la casa del fontanero.
La gran muralla de 2020 serán los grandes videojuegos.