Sube de nivel
Xbox Elite Series 2, análisis. El mejor mando del mercado
Grandes cambios y mejoras.
Hubo un tiempo en el que si queríamos acceder a ciertos controles extras, teníamos que usar mandos personalizados por algunas marcas, como puede ser el caso de Scuf, especialistas por añadirnos unas palancas posteriores para poder tener un mayor control en ciertos géneros, como los FPS. Microsoft tomó nota de ello y lanzó al mercado Elite, un mando que además de muchas otras virtudes, contaba con esos cuatro botones extras posteriores en forma de palancas. Los acabados del mando, la personalización vía app y sus posibilidades hicieron el resto. Durante estos años hemos visto como muchas otras marcas han sacado mandos tremendamente interesantes: Razer, Nacon y la propia Scuf tiene apuestas solventes. Pero ahora llega Elite Series 2, la revisión del mando que Microsoft lanzó para Xbox One y PC y que sale a finales de mes por 180 euros. Y podemos decirlo: es el mejor mando posible a día de hoy.
El mando llega con una amplia cantidad de accesorios y elementos que completan la ya de por sí interesante oferta que tenía el Elite original. Contamos con los dos tipos de cruceta que ya conocíamos, las palancas posteriores, algo más compactas, y distintos tipos de sticks analógicos: más cortos, más largos, con la seta más ancha o redondeada hacia fuera. Ideales -en el caso del stick derecho, el más largo es garantía- para adaptarse a todo tipo de jugadores. Hay más: una pequeña pieza que nos permite tensar más o menos los sticks analógicos.
Este punto es interesante, porque además de la comodidad y recorrido que queramos tener según la tensión que le aportemos a nivel físico, luego tenemos los distintos tipos de piezas para adaptarnos mejor al control de LS y RS y, además, la personalización por software de la trayectoria de los trazos en cuestión. Hemos estado trasteando durante horas con varios juegos -Gears 5 a la cabeza- y la sensación de poder dejar el mando con un tacto radicalmente distinto según nuestras necesidades es muy satisfactoria.
En la parte de los controles, la apuesta otra vez por dos crucetas diferenciadas hace que nos sintamos cómodos jugando con el d-pad redondo en juegos de plataforma y beat'em up en 2D, mientras que en juegos de lucha como FighterZ la cruceta tradicional responde a la perfección, nada que no nos sucediera con el primer Elite, dicho sea de paso.
A todo esto, hay que sumarle una batería que permite conectar el mando desde la misma funda con conexión USB-C.Porque sí, una de las grandes virtudes de este nuevo dispositivo es que abandona por fin las pilas y se pasa a las baterías recargables. Cuando acabas de jugar, lo dejas encima de la pequeña plataforma de carga y no necesitas pensar más en ello. A todo esto, y siguiendo con la estructura del mando, se le añade la presencia de tres sistemas de bloqueo de los gatillos para reducir su recorrido. El entero, el medio y el inmediato. Algo que los amantes de los shooters agradecerán y que da un paso al frente respecto al anterior mando, que tenía dos posiciones. Siguiendo con las opciones evidentes en el propio mando, contamos ahora con tres perfiles distintos para poder escoger entre los 250 que podremos guardar en la aplicación que se necesita para configurar el mando tanto en Windows 10 como en Xbox One.
También han cambiado los handgrips o agarres del mando respecto el original, y ahora toda la parte rugosa cubre tanto delante como detrás de las extremidades. Uno de los fallos que se le encontraron al primer Elite era como se desgastaban estas gomas tras decenas de horas. Naturalmente no hemos podido jugar lo suficiente con éste para ver si el aguante es distinto, aunque la sensación durante nuestras largas sesiones es de solidez absoluta y el hecho de recoger toda la estructura de las extremidades se ha hecho pensando en que no se despeguen como en el anterior. Veremos.
Una vez nos adentramos en las entrañas del nuevo Elite Series 2, vemos que las capacidades también han aumentado en este sentido. Podremos personalizar el trazo y tipo de movimiento de los sticks analógicos, con distintas sensibilidades y respuestas. También cambiar el recorrido y presión de los gatillos más allá de los bloqueos físicos del propio controlador, así como, claro está, asignar todo tipo de botones de manera distinta a las palancas posteriores.
En este sentido, en Xbox One podremos asignar también comandos relacionados con la consola. Desde ir al menú principal hasta subir y bajar el volumen, capturar una acción concreta con el ya clásico “Xbox graba eso” pero pulsando solo un botón y otras funcionalidades. La más interesante es la del concepto “mayus”, que nos permite ir más allá de los cuatro botones extra.
En cada uno de los botones podremos asignarle una tecla mayus, que significa básicamente usarla como si fuera el botón shift de un teclado. Si dejamos pulsado el botónn correspondiente, eso nos abre la opción de que otros botones pueden tener funciones diferentes. Por ejemplo: el botón RB sirve como RB, pero si dejamos pulsado la palanca mayus, ese mismo RB pasa a ser B (cambiando su primer uso, lanzar una granada, por un segundo uso, recargar un arma). Es una función que aporta mucha más profundidad y opciones para personalizar el control a nuestro gusto.
Conclusión
El mando Elite es y sigue siendo uno de los mejores mandos hechos, y Elite 2 mejora todo lo que vimos en su primera versión. Más compacto y sólido, con más opciones de personalización tanto físicas como por software, con añadidos que nos permiten tener un mayor control de nuestras acciones de manera sencilla (el sistema mayus y tener tres perfiles lo hacen todavía más completo) y con añadidos que clamaban al cielo: la batería recargable nos hace olvidar, por fin, los cambios de pilas constantes. Solo el tiempo nos dirá si los grip son mejores y más resistentes que los del primer Elite, algo que al menos de primeras lo parece, y por echar en falta alguna cosa, algún sistema para asignar botones sin pasar por la app sería la guinda. Si quieres un mando premium, no hay mejor opción. Otro caso es si tienes un Elite y quieres dar el salto y saber si vale la pena. Ahí te tocará decidir si la batería, acabados, perfiles y comandos extra y otros añadidos son suficiente motivo para el cambio.
Lo mejor
- Más opciones que el anterior: tres perfiles, tres posiciones de bloqueo de gatillos, poder tensar los sticks analógicos...
- ... Y mantiene las virtudes del primer Elite (cuatro palancas, dos crucetas, diseño compacto...)
- Nuevas opciones de asignación de botones: comandos de voz, el uso del botón mayus para ampliar acciones...
- Un sinfín de elementos de personalización vía app, con la posibilidad de guardar 250 perfiles diferentes
- Por fin, con batería recargable en lugar de pilas
Lo peor
- No tiene un precio apto para todos los públicos
- Poder asignar cambio de botones sin pasar por app sería ya la guinda