eFootball PES 2020, ya lo hemos jugado: así ha cambiado

Pro Evolution Soccer se renueva, y como es habitual, el primer lugar de su presentación es en el E3 de Los Ángeles. Este año con cambio de nombre incluido, ya que el juego pasa a llamarse eFootball PES 2020. Pero no es el nombre lo único que se ha modificado de una saga que hace ya tiempo que volvió, se asentó y tutea a nivel jugable a su gran contrincante. La temporada pasada tuvimos un juego de altura en el terreno de juego, aunque menos atractivo en opciones y modalidades. Este año vuelve con varios puntos agitados y removidos para ofrecer una nueva experiencia. ¿La definitiva? Eso solo lo sabremos el 10 de septiembre. Mientras llega, ya hemos podido jugar en Los Ángeles al nuevo fútbol made in Konami.

Durante los primeros compases con el juego en nuestras manos, hemos tenido claras dos cosas. La primera, que estamos ante una evolución de PES 2019, un juego que tiene pocas pegas a nivel jugable y que muestra una gran solidez en casi todos los frentes que propone. La segunda, que estamos ante un título más dinámico y ágil en el control de los jugadores. Es un tema manido, y siempre hemos visto mejoras en el movimiento del jugador entrega tras entrega, pero estamos ya en la fase definitiva. En la que han desaparecido esos movimientos a veces excesivamente lentos. Tenemos giros inmediatos, cambios de dirección sin fisuras y en general, una sensación de que los jugadores ya se mueven perfectamente sobre su propio eje.

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Eso se nota sobre todo en los regates y en los uno contra uno, que se han mejorado de manera notable gracias a un elenco de nuevas animaciones del cuerpo del jugador que permiten fintar y cambiar de posición sin tocar el balón, ampliando el abanico y haciendo que según qué cambios de dirección ya no sean una pérdida segura. En esto ha tenido que ver, explican los desarrolladores, el trabajo hecho con profesionales -entre ellos Iniesta-. Y la verdad es que hay algunos giros de 180 grados totalmente naturales y elegantes que antes eran simplemente imposibles.

En este dominio del cuerpo y del espacio se añaden dos mecánicas nuevas que aportan una visión más completa del juego ofensivo. Por un lado, la finta antes de recibir el esférico. Ahora, podemos engañar a los defensas haciendo que nos vamos a mover hacia un lado para, cuando recibimos el balón, movernos hacia otro. Se hace con R2 y el stick izquierdo, y va muy bien para generar nuevos movimientos y nuevos espacios. Por el otro, tenemos una nueva revolución con el engaño de disparo. El clásico cuadrado-X de toda la vida con el que nos hemos tirado más de 20 años recortando rivales, además de ser mucho más ágil en todas sus direcciones, ahora añade la posibilidad de convertirlo en un pase al hueco.

Lo llaman dummy kick, a falta de traducción oficial al castellano, y es algo tan sencillo como amagar con el disparo y acabar lanzando un pase al hueco. Pulsas cuadrado o redonda (disparo o centro) y cuando el jugador va a tocar el balón, se pulsa triángulo para lanzar un pase inesperado. Muy efectivo. Muy vistoso. Puede servir tanto para filtrar un pase desde línea de tres cuartos como para abrir un balón suave al lateral o dar un gol cantado ante la sorpresa del portero. Seguramente la característica más destacada de todas las nuevas.

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Otro cambio tiene que ver con ciertos movimientos sin balón del equipo. El concepto inspire se encuentra ahora dentro de las estadísticas de los jugadores, que pueden tener cero, una o dos estrellas de tres características: pase en corto, pase con efecto y dribling. Según las capacidades, los jugadores de nuestro equipo se mueven de una manera u otra. Un buen jugador filtrando pases hará que, cuando tenga el balón en posesión, los atacantes busquen el hueco. Si la recoge un jugador con regate y este efecto motivador, los demás acompañantes arrastrarán defensas para que pueda penetrar en el área. En lo primero no hemos tenido la sensación de grandes cambios, pero en el segundo sí que hemos visto a Suárez dejando hueco tanto a Messi como Dembélé, dos jugadores con esta inspiración asignada.

Y sí, hemos jugado la mayoría de partidos con el Barça, que vuelve a ser equipo oficial de PES, con el Camp Nou y la nueva equipación como reclamo, así como la portada: Messi para la versión estándar y Ronaldinho para la legendaria. De hecho, la estrella brasileña también ha aportado un sinfín de movimientos y trucos que le vimos en su mejor época del Barça. Van desde regates como la elástica o sombreros imposibles hasta el movimiento de cintura que nos maravilló con ese gol en el campo del Chelsea hace ya más de 12 años.

A nivel jugable, hemos notado algunas nuevas animaciones de los porteros, que siguen estando a un buen nivel, un exceso de efectividad en el tiro de calidad, que en buenos jugadores o acaba dentro de la portería o al palo, y un sistema de juego en el que a pesar de las mejoras en regate y conducción, sigue premiando el juego de toque y la búsqueda constante de espacios libres mediante paredes, tocar de primera y tocar de cara.

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Se han prometido novedades con diálogos y una mayor interacción en el modo Master League, donde tendremos entrenadores legendarios como Cruyff y Maradona, así como otros detalles que podéis leer aquí y bastantes novedades que podremos ver en las finales de PES que se celebran próximamente. De momento, las sensaciones son de evolución respecto al año pasado, con añadidos que mejoran la experiencia general del título sobre el terreno de juego.