Tecnología en el Vaticano: nuevos cascos impresos en 3D para la Guardia Suiza
Adiós a los cascos tradicionales de metal. Hola cascos más ligeros y transpiradores hechos de PVC.
La Tecnología nos rodea. La tecnología está cambiando nuestra forma de ver y hacer las cosas a pasos agigantados. No es solo ya que no podamos vivir sin el smartphone, sino que elementos como la impresión 3D, antaño algo futurista, es hoy una realidad plenamente asentada que lo mismo sirve para imprimir muebles del Ikea que puentes de acero, casas, motos funcionales y hasta la comida que un día descargaremos de internet. Y es que incluso hasta el Vaticano le ha encontrado utilidad a esta técnica.
Los cascos de la Guardia Suiza del Vaticano
En el estado del Vaticano, dentro de la ciudad de Roma, los soldados de la Guardia Suiza llevan varios siglos siendo los encargados de proteger a la santa entidad, desde sus secretos hasta al Papa cuando se desplaza fuera del Vaticano. Y para ejemplificar su abolengo y tradición, el equipo y el uniforme de la Guardia Suiza apenas ha variado en su icónico traje de colores estilo Renacimiento desde que este fue introducido en 1914. Esto incluye las partes metálicas de la armadura, que durante un siglo han sido hechas y /o reparadas por artesanos herreros. Pero ni siquiera la tradición del Vaticano puede competir contra la modernidad y la eficacia.
Tal y como anunció el pasado año, los miembros de la Guardia Suiza ya visten en sus uniformes con un nuevo tipo de casco que viene a sustituir al que llevaban más de un siglo usando. Tras 105 años, el 22 de enero pasado la Guardia Suiza del Vaticano cambió su tradicional casco de metal por uno hecho de PVC. Sí, PVC tal cual, y además: impreso en 3D mediante una impresora HP. La tecnología actual ha hecho posible que los soldados puedan llevar cascos más ligeros, a prueba de rayos ultravioleta y que transpiran mejor, ahorrándoles incluso las quemaduras que los cascos de metal, al calentarse en días calurosos, les provocaban a algunos.
Más eficientes = más baratos
El cambio de cascos se ha producido en el 513 aniversario de la fundación de la Guardia Suiza, y los nuevos han sido hechos partiendo de diseños escaneados de cascos del siglo 16. Lo mejor no es sólo las mejoras que suponen para los soldados -los cascos de PVC pesan 570 gramos en comparación con los 2 kilos de los de metal-, sino también para el Vaticano, que se ahorrará un dinerito con el cambio de equipo. Y es que no es lo mismo pagarle a un artesano herrero que tarda 130 horas en hacer un sólo casco de metal, que una impresora 3D que tarda apenas 14 horas.
Para quien se lo esté preguntando, los nuevos cascos de PVC no significan un descenso en la seguridad de la Guardia Suiza, ya que estos no se van a llevar en tareas defensivas, solamente en visitas de Estado y los grandes eventos papales de masas.