Videojuegos de Harry Potter, Parte II: el final de la magia
Después de narrar los orígenes de la saga del niño mago en los videojuegos, nos encaminamos a los capítulos finales, los últimos títulos de EA.
En el presente, un juego para dispositivos móviles basado en Harry Potter y diseñado por Jam City es lo único actual a lo que pueden jugar los seguidores de los libros creados por J.K. Rowling. Hogwarts Mystery probablemente no sea el título ideal para los fans; Harry Potter: Wizards Unite, de Niantic, padres de Pokémon GO, todavía está por ver. Lo que está claro es que el juego filtrado, según algunas fuentes titulado Harry Potter Magic Awakened, sí tiene visos de convertirse en el sueño de muchos de los que desean entrar de lleno en el mundo de Hogwarts y de los magos.
Hasta que se diga lo contrario, ninguno de estos videojuegos tendrá estatus de canon. Según Portkey Games, el sello de Warner Bros destinado a crear videojuegos basados en la franquicia, “estas experiencias no serán adaptaciones directas de los libros y las películas, no han sido escritas por J.K. Rowling y no deben considerarse canon. Dichos título se han diseñado para los fans por desarrolladores que se consideran seguidores y que se han inspirado en el mundo mágico”.
Todos los juegos que hemos nombrado hasta ahora pertenecen a Warner Bros, propietaria de los derechos de la franquicia. Hace años, cuando no estaban metidos de lleno en el negocio de los videojuegos, Electronic Arts consiguió la licencia. De esos primeros títulos basados en las películas ya escribimos largo y tendido en la primera parte de este artículo. De los orígenes pasamos a la parte final, los últimos juegos de Harry Potter que EA diseño. Luces y sombras.
Un primer tropiezo
Los tres primeros videojuegos, La Piedra Filosofal, La Cámara Secreta y El Prisionero de Azkabán, tuvieron en común la esencia aventurera. El jugador podía encarnar a Harry y visitar cada recoveco del castillo e incluso adentrarse en la oscuridad del Bosque Prohibido o en el misterioso Callejón Diagón. A medida que la tecnología lo fue permitiendo, el mundo se fue haciendo cada vez más grande y detallado. Sin embargo, esa evolución se topó de bruces con la decisión de Electronic Arts de cambiarlo todo en El Cáliz de Fuego.
De la aventura en tercera persona pasamos a una especie de shooter donde la colaboración de Ron y Hermione es más que necesaria. A través de los escenarios de la película, el trío protagonista recorre sus lugares emblemáticos, pero sin un segundo de pausa. Nada de pararse a charlar con compañeros ni a explotar libremente el castillo. El diseño de niveles invita a avanzar mientras eliminamos a las amenazas que se ciernen sobre nosotros. Por desgracia, el propio concepto de juego languidece, pues lo que se narra no justifica en muchos casos que Harry y sus amigos se paseen por el colegio varita en mano. Vale que sea un universo plagado de criaturas fantásticas, pero lo que se vio en El Cáliz de Fuego, adaptación a los videojuegos, poco tiene que ver con los productos en los que se basa, más allá de los rostros de los actores y de los escenarios.
Vuelve la aventura
Con Harry Potter y la Orden del Fénix, EA volvió a la senda de antaño y diseñó uno de los mejores títulos de la saga. En lo que se refiere a los gráficos, nunca antes se había presentado un Hogwarts tan fiel a lo visto en pantalla, al igual que los modelados de los personajes, que lucen igual que en su versión cinematográfica. Además, a diferencia de los anteriores juegos, en La Orden del Fénix se utilizó por primera vez el tema principal de las películas, compuesto por John Williams.
El lanzamiento de la obra coincidió con la época de apogeo de los controles por movimiento. De hecho, en la versión Wii, el mando de la consola se convirtió en varita. A pesar de que la aventura seguía siendo un poquito más infantil que las películas y los libros, el rato que pasamos en Hogwarts siempre fue muy agradable.
El Misterio del Príncipe continuaba una senda parecida. Los duelos de magos y otras situaciones recurrentes aparecen en este título, que en líneas generales madura un poco con respecto a los anteriores productos. No en vano, los personajes adolescentes siguen creciendo y los sentimientos amorosos afloran. Desafortunadamente, las secciones de Quidditch se simplifican y los minijuegos de pociones resultan un tanto anodinos.
La caída de Voldemort...¿o de Harry Potter?
Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte se dividió en dos partes, por lo que los videojuegos también lo hicieron, muy a pesar de que entre una y otra película no transcurrieron más de seis meses. Por aquel entonces, la moda de Gears of War y de los juegos de acción ya estaba plenamente instaurada. Teniendo en cuenta que la estructura narrativa del libro y de las película nos alejan de los muros de Hogwarts y que tenemos al trío protagonista a la fuga, puede que el sistema de juego planteado tuviera cierto sentido, al menos más sentido que en El Cáliz de Fuego. Sin embargo, las dos partes fueron un auténtico desastre.
Mecánicamente, ni el sistema de coberturas ni el 'gunplay', por llamarlo de alguna forma, terminaban de cuajar. Además de los bugs y de la nefasta progresión, los amigos de Harry no eran más que una especie de marionetas que estaban allí porque tenían que estar. EA Brigthblade, estudio que cerró poco después, intentó enmendar los errores en Parte II, pero solo lo consiguió en algunos aspectos. El diseño de niveles, en ambos juegos, estaba muy por debajo de las expectativas.
Después del mediocre final, Electronic Arts perdió los derechos, que regresaron a Warner Bros. Lo mismo ocurrió con El Señor de los Anillos, otra de las franquicias que empezó con buen pie, pero que sucumbió después de la cancelación de El Concilio Blanco y de El Señor de los Anillos: Conquista. Pese a que los últimos productos no fueron los mejores, al menos sí dejaron varios juegos para el recuerdo. Esta es la historia de los juegos de Harry Potter de EA; ahora tendremos que escribir la de los videojuegos basados en el universo del niño mago que nos traiga Warner Bros.