La retrocompatibilidad, o por qué Microsoft no piensa en Xbox Mini
La compañía de Redmond ha dejado claro a lo largo de la generación que prefiere preservar el pasado a través del presente. Reflexionamos sobre Xbox Mini.
PlayStation Classic es algo más que el gran tema de la semana, es también una declaración comercial de intenciones, una tendencia, que junto a Nintendo ya se ha visto materializada en productos externos recibidos con entusiasmo y crítica a partes iguales. Por un lado, tenemos el sector que aplaude la llegada de estos sistemas donde poder revivir juegos memorables de épocas pretéritas; por otro, los que consideran elevado el precio de estas máquinas “mini” por el número de juegos que ofrecen.
A ello tenemos que sumar quienes ven este movimiento como una forma de decirle no a la retrocompatibilidad tal como la conocíamos, que es el tema central de este artículo: ¿hará Microsoft lo propio con una Xbox Mini?
Una cuestión de perspectivas
Si nos ceñimos a la tónica actual, parece plausible pensar que Nintendo moverá ficha en el futuro y producirá una hipotética Nintendo 64 Mini con un número determinado de juegos a un precio similar al que tendrá PlayStation Classic este próximo mes de diciembre. Primero fue NES Mini, luego SNES Mini… Es el turno de los 32 y los 64-bit; es una cuestión de tiempo.
Mientras tanto, el otro gran productor actual de hardware mira desde la grada cómo Sony y Nintendo facturan con un movimiento que es, indudablemente, inteligente desde el punto de vista de la empresa. Pero parece que los de Phil Spencer no están por la labor de subirse al carro… o no al menos por ahora.
Una política decidida y ratificada
El ultimo tweet publicado esta semana por Xbox UK a tenor del anuncio de PlayStation Classic es un reflejo de la política de Microsoft a este respecto: la retrocompatibilidad por encima de todo. Ese cambio de devenir se gestó con la salida de Don Mattrick y la llegada de Phil Spencer a la jefatura de la división de videojuegos de la empresa. El adiós a Kinect, recular en la conexión permanente y la segunda mano o la apuesta ferviente por preservar el pasado en el presente, son solo algunas de las muestras que ha dado el concepto Xbox de cara al presente y al futuro, porque el precedente que ha sentado Microsoft con Xbox One será inevitablemente mirado con lupa por parte de Sony de cara al siguiente ciclo de máquinas.
¿De verdad se atreverá Sony a lanzar una PlayStation 5 sin retrocompatibilidad? ¿Lo hará sin un servicio como Xbox Game Pass? De base, PS Now ya permite descargar juegos, deja de ser un servicio de streaming sin más. Esta generación PS4 ya la tiene ganada, pero la siguiente no está escrita.
Microsoft sigue a lo suyo: retrocompatibilidad por encima de todo, abrir las puertas a los jugadores de Xbox One a jugar un amplio surtido de títulos de la primera Xbox que tengan en formato físico o a cambio de 10 euros en digital, aplicando mejoras y alta resolución tanto en estos como en los de Xbox 360.
Y es esta la respuesta, sin abrir boca, a la no existencia de una Xbox Mini. Quizá no solo ahora, sino nunca. Es un producto que ni lo necesita Microsoft y tampoco lo necesitan sus jugadores, porque todo ese contenido ya lo tienen en Xbox One.
De nuevo, una cuestión de perspectivas.